Lauri y Miro, la histórica pareja en la que uno iba a aceptar que atracó un banco y el otro no
VIGO

Fueron pillados en Coruxo con un botín de 123.000 euros. El juicio previsto para ayer se aplazó al 17 de julio al no cerrarse el pacto con el fiscal
02 jul 2024 . Actualizado a las 21:46 h.El juicio por el atraco a punta de pistola a una sucursal bancaria de Coruxo, en Vigo, en noviembre de 2023 se suspendió ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo porque uno de los acusados no aceptó el acuerdo de conformidad que les ofrecía la Fiscalía a las puertas del juzgado. Los dos implicados son los atracadores históricos Laureano Fernández, Lauri, y Edelmiro Fernández, Miro, ambos de 56 años, para quienes la Fiscalía pide un total de seis años de cárcel. Edelmiro no quiso declararse culpable a cambio de una rebaja de la condena, motivo por el que el juicio se aplazó al día 17. El fiscal tuvo en cuenta que ambos asaltantes tienen una adicción crónica y grave a la cocaína.
No tenían mucho a lo que aferrarse porque fueron detenidos cuando salían del banco con un botín de 123.000 euros. A raíz de ese robo frustrado, la comisaría de Vigo sospechaba que en los últimos años habían perpetrado dos golpes más: uno en Coia, en Cronista Rodríguez Elías, y otro en Candeán, en la avenida del Aeropuerto. Años antes los habían detenido por lanzar billetes al aire al verse acorralados por la policía en un atraco al mismo banco de Coia.
El 3 de noviembre del 2023, los acusados, siempre según el fiscal, entraron en la oficina bancaria de Abanca, en Coruxo, en la que en aquel momento había seis empleados y un cliente. Llevan puesta una media para cubrirse la cara. Laureano portaba una pistola y Edelmiro, un cuchillo.
El arma de fuego era una pistola semiautomática Baikal, modelos IZH-79-8 (las letras figuran escritas en alfabeto cirílico por estar fabricada en Europa del Este). Detonaba cartuchos de 8 milímetros pero fue modificada para disparar balas de tipo Browning de 7,65 milímetros. Estaban en perfecto estado de conservación y disparaba correctamente.
El fiscal relata que el cajero de la sucursal les abrió la puerta y, una vez dentro, Laureano mostró la pistola y exigió que todos se quedasen quietos y no pulsasen ninguna alarma. Encañonándolos con el arma de fuego, exigió a un empleado que abriese la caja fuerte. El subdirector se encargó de ello mientras que Edelmiro hizo bajar al resto de personas al almacén, en la planta inferior, donde les inmovilizó y les ató manos y tobillos con bridas.
Los implicados sacaron 123.172 euros de la caja fuerte y bajaron al subdirector con el resto y lo inmovilizaron con un esparadrapo. Al abandonar la sucursal, ya en la calle, fueron interceptados por policías antiatracos, que ya los estaban esperando a la salida. Echaron a correr pero un agente capturó a Edelmiro y otros tres pararon a Laureano al poco.
Edelmiro llevaba una mochila con el dinero sustraído, fraccionado en billetes, así como un par de guantes, la pistola, tres cartuchos y el cargador. El botín fue devuelto íntegramente al banco.
En su escrito, la Fiscalía les beneficia con una atenuante de drogadicción porque ambos sufren una adición a la cocaína que disminuye su voluntad. La Fiscalía les aplica la agravante de uso de disfraz. Les acusa de ser coautores de dos delitos. Por un lado, de una tentativa de robo con intimidación en establecimiento abierto al público, con uso de armas, por el que pide 4 años de cárcel. Por otro, les atribuye un delito de tenencia de armas prohibidas y solicita dos años de prisión.
Más bandas desmanteladas
La caída de estos atracadores dio paso a otros golpes policiales contra asaltantes históricos en los siguientes meses. El Migallas de Cabral fue detenido el 13 de noviembre. En abril del 2024, cayó la banda liderada por Rey Márquez y Javier Tielas, vecino de Covelo, sospechosos de robar con pistolas una sucursal de Caixabank el 7 de diciembre en Gran Vía. Se llevaron un botín de récord de 300.000 euros pero los pillaron por las cámaras.