De espionaje industrial a pagarle para no ir a trabajar

E. V. PITa VIGO / LA VOZ

VIGO

Imagen de archivo del hospital Álvaro Cunqueiro
Imagen de archivo del hospital Álvaro Cunqueiro M.MORALEJO

El Tribunal Superior de Galicia avala que una multinacional médica estadounidense pague su salario íntegro a una ingeniera técnica de un hospital de Vigo a que tuvo que readmitir sin que ella tenga que acudir a su puesto ni prestar servicios

22 may 2024 . Actualizado a las 01:51 h.

 Una ingeniera técnica de instrumentos y material sanitario que trabaja en los quirófanos del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo podrá cobrar su salario íntegro sin tener que acudir a su puesto tras una sentencia del Tribunal Superior de Galicia. La mujer fue despedida en el 2022 por una multinacional médica estadounidense que la acusó de espionaje industrial, de deslealtad y de incumplir su contrato de confidencialidad. Incluso contrataron a un detective privado para que hurgara en sus correos y este descubrió que se carteaba con un director de una empresa rival, aunque ella aclaró que era un viejo conocido al que le hacía consultas legales.

El despido fue validado por un juez de Vigo pero la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) revocó la sentencia y lo anuló el pasado 23 de enero. Los magistrados no vieron pruebas de tal espionaje, además de reprochar a la empresa que entrase en el correo de la trabajadora para buscar algo que la incriminase porque se la querían cargar y no porque sospechasen que filtraba documentos a la competencia. La sala anuló el despido y obligó a la empresa, Abbot Medical España SA, a readmitirla y a indemnizarla con 7.501 euros por daño moral.

La multinacional recurrió ante el Tribunal Supremo pero mientras espera por una resolución firme que zanje el pleito se vio en el dilema de permitir entrar en sus oficinas y acceder a su red de ordenadores a una trabajadora que tiene bajo sospecha. La solución fue pedirle al TSXG que le autorizase a pagarle el salario a su empleada permitiendo que se quedase en casa sin hacer nada. Estaban dispuestos a satisfacer sus salarios sin compensación alguna y eximiéndola de prestar servicios.

La respuesta llegó el 8 de mayo en un auto de la sala de lo social del TSXG. Al no tratarse de salarios de tramitación, el tribunal concluye que no cabe descontar nada del salario y deberá abonarse íntegro. Acepta que la multinacional libere a la readmitida de prestar sus servicios.

La vinculación laboral entre la empresa y la trabajadora era cuando menos peculiar pues ella durante varios años estuvo dada de alta por la Fundación Biomédica Galicia Sur aunque seguía órdenes y cobraba de Abbot Medical, un donante para proyectos de investigación de la entidad pública. La técnica se encargaba de manejar diversos aparatos de cardiología en el quirófano y recoger del almacén el material médico requerido por los doctores.

El Juzgado de lo Social número 5 de Vigo, en una sentencia del 30 de diciembre del 2022, validó el despido por el incumplimiento de las obligaciones de confidencialidad pero no pasó por alto la precariedad laboral de la empleada. El juez admite que no está dispuesto a depurar un eventual fraude en el contrato mercantil o por cesión ilegal pero deja escrito que «la trabajadora durante esa franja de tiempo [en la que estuvo vinculada a la Fundación Biomédica Galicia Sur] fue víctima de un negocio especulativo de tráfico de mano de obra definido como cesión ilegal».

Dicho párrafo fue decisivo para retrotraer la antigüedad de la empleada al 2016. La multinacional intentó eliminar esa frase de la sentencia pero el TSXG la reafirma: «Había un ingente tráfico de correos electrónicos y mensajes de WhatsApp que la trabajadora intercambiaba a diario con la empresa Abbot, de los que se deriva que se le impartían continuas indicaciones sobre cómo ejecutar su trabajo».