«Cierro el bar porque no puedo trabajar para los ladrones»

A. Martínez TUI / LA VOZ

VIGO

cedida

Vecinos de Tui se sienten impotentes ante una ola de robos. El propietario de un establecimiento de hostería ha decidido directamente echar la reja. «Sufrí nueve robos en trece años»

29 sep 2023 . Actualizado a las 01:27 h.

«Nos sentimos impotentes y desprotegidos. Robar sale muy barato». Con estas consignas se reunieron una decena de vecinos de Tui que han sufrido robos en los últimos meses. «Hay muchos más pero nadie hace nada», afirman. La situación les ha puesto contra las cuerdas a varios. La responsable del bar Sobreiro de Guillarei ha decidido echar la reja. «Cierro porque no puedo trabajar para los ladrones, no compensa. Sufrí nueve robos en trece años», dice Beti González.

El último de estos robos fue el jueves pasado. Más allá de los cuantiosos daños materiales y pérdidas económicas, tienen que hacer frente al impacto emocional. «Trabajo todos los días diecisiete horas de media y los ladrones me llevan la mitad y además violan mi intimidad», advierte. En esta última ocasión se llevaron más de 2.000 euros en metálico y otros tanto en tabaco y lotería pero, lo que más duele, las dos pulseras del bautizo de su hijo. «Eso no vale ni para fundir. Por favor que me las devuelven aunque sea tirándomelas en la puerta», pide esta mujer, que da la cara para que sus vecinos no tengan que pasar por lo mismo.

En la madrugada del lunes, los ladrones entraron en la cafetería del centro cultural de Guillarei, en la misma parroquia. «Vengo de presentar denuncia en el cuartel de la Guardia Civil. Forzaron una ventana y la persiana, reventaron la registradora y se llevaron unas ocho botellas de whisky», explica Paco, su encargado. Las cámaras lo pillaron, «así que esperemos que esta vez haya algún detenido».

Aseguran que, además de estar hartos de los robos, no entienden que no haya habido arrestos o que se tomen otras medidas extraordinarias. «Ni con cámaras, ni con alarmas, ni con máquinas antivandálicas podemos protegernos», lamenta Alberto Fernández, del bar Contos. Acaba de sufrir dos robos seguidos en una semana. «La primera vez, desde la ventana se llevaron unos 4.000 euros de la tragaperras. Luego me pusieron una anti vándalos y entonces como tuvieron que entrar, destrozaron todo el local e igual se llevaron también lo de la tragaperras» indica.

Tanto Alberto como otros afectados aseguran que ya dejan hasta las máquinas registradoras abiertas «para que, al menos, no las rompan». «En nuestro caso cortaron la alarma y la registradora se la llevaron entera, pero los investigadores ni llegaron a tomar huellas», sostiene Chelo, del bar Muñiz.

Todos estos robos se produjeron entre Randufe, Rebordáns, Guillarei y Tui. «Pero son muchos más. Tenemos un grupo de doscientas personas y varios hay vecinos del centro a los que les han desvalijado pisos y casas», insisten profundamente contrariados «por la impotencia y su impunidad».