Dos ascensos por sorpresa

MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

CD CHOCO

El Val Miñor y el Choco vuelven uno y dos años después a División de Honor Juvenil sin que ese fuera el objetivo que se habían marcado al inicio del curso

01 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El Choco y el Val Miñor militarán la próxima temporada en División de Honor Juvenil junto con el Celta y el Coruxo. Los redondelanos regresan dos años después y los nigraneses, solamente uno. Los técnicos correspondientes —que se estrenaban en sus cargos— aseguran que el ascenso no era el objetivo, pero que el crecimiento de sus grupos, cargados de chavales de primer y segundo año, propició que pudieran aspirar al regreso y que lo acabaran consiguiendo.

La otra ocasión en que el Choco militó en la máxima categoría fue en circunstancias atípicas, recuerda su preparador, Hugo Álvarez. «Fue el año de la pandemia y fue diferente tanto por la forma de subir como por la liga en sí», recuerda. Por eso ahora es otra historia. «Es una alegría inmensa. Además, con un grupo compuesto mayoritariamente por gente de primer y segundo año», recalca. A algunos los había entrenado siendo cadetes y también había ascendido con ellos en su día a División de Honor.

El hecho de conocerse de antes es algo que tenían ganado, admite. Pero la principal clave del éxito argumenta que ha sido «que son un grupo al que le encanta entrenar y el encanta el fútbol, son serios y responsables a la hora de trabajar». El 80 %, además, son productos de su propia cantera y todos se adaptaron muy bien a la categoría, valora.

Álvarez asegura que no partieron con el objetivo del ascenso. «La idea era poder pelear algo hasta el final, que los últimos partidos no fueran un mero trámite y llevar con posibilidades», firma. Pero de ahí a ascender este curso había un trecho. «Al ser tan jóvenes, hay dudas. Es una liga con mucha gente de último año y nosotros teníamos a gente de primer año en posiciones como la portería y los centrales habituales», detalla.

A la última jornada llegaban dependiendo de sí mismos para el ascenso y no titubearon: 11-0 al Alondras. «Son un equipo trabajado y con buenos jugadores, pero al final, se notó la diferencia entre lo que nos jugábamos uno y otro, marcamos pronto y se fue encaminando», sostiene.

En un año en que su primer equipo regresó a Preferente, este ascenso es una pequeña compensación. «Fue un año complicado, también con cambio de directiva, e intentamos abstraernos. Satisfecho por el hecho de que vaya a haber cuatro equipos del área de Vigo en la máxima categoría, no revela su futuro: «Estoy a gusto, pero no sé nada».

«Cuando asciendes al año siguiente de descender, la alegría es doble»

Tras poner fin a una larga etapa en División de Honor, el Val Miñor iniciaba hace un año un nuevo capítulo en Liga Nacional con nuevo técnico, Marco Rodríguez Teijeiro. Álex Villar, del que cuenta que ha sido un gran apoyo para él toda la temporada, daba un paso al lado y tocaba relevo. Admite que le dio vértigo. «Es el primer equipo de la escuela y sustituir a Álex, un trabajador nato y alguien importantísimo para el Val Miñor, era un gran reto», señala.

Un año después, lo ha superado con nota, logrando recuperar la categoría. «La alegría es doble, porque siempre es complicado ascender al año siguiente», dice. Además, la plantilla era prácticamente nueva, con muchos juveniles de primer y segundo año que necesitaban acoplarse y acostumbrarse unos a otros, un motivo más para concederle «doble valor», insiste.

Deja claro que regresar tan pronto a la máxima categoría no estaba ni en las previsiones más optimistas. «Se hizo un equipo nuevo pensando a medio plazo, en dos o tres años. La idea era más un proyecto de futuro», comenta. Pero sí es cierto que el planteamiento fue cambiando a medida que transcurrían las semanas. «Viendo cómo iba la competición, empezamos a aproximarnos a la zona alta, el equipo seguía progresando y entramos en un bucle de confianza», cuenta. Al verse ahí arriba, empezaron a creérselo, añade.

Tras perder con el Deportivo, encadenaron siete jornadas seguidas ganando y llegaron al último partido sin estar ascendidos, pero teniéndolo en su mano. «Era un poco complicado de gestionar. Se mezclan muchas cosas: emociones, tensión, la dificultad del encuentro y del contrario... Era un partido de rivalidad máxima con el Valladares», cuenta. Y les tocó remontar: «Fue importante darles confianza, hablarles mucho e intentar tranquilizarles».

El hecho de que un 75 u 80 % sean de casa es un espaldarazo al proyecto del club y para su técnico, una de las claves del éxito. También la «fuerza colectiva, porque han hecho un grupo fenomenal» que le ha «sorprendido» en el trabajo diario.

Cree que la presencia de cuatro conjuntos del área de Vigo es algo que hay que valorar muy positivamente y destaca que les esperan «muchos paridos de máxima rivalidad».

ED VAL MIÑOR