El olvido de los humedales

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO

La actualización del catálogo en Galicia implica aportaciones, pero no implica ninguna obligación de mantenimiento

19 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Pasó un poco desapercibido, pero el pasado lunes se actualizaba el inventario de humedales de Galicia. En esta actualización se mantienen algunos espacios de nuestro entorno cercano ya catalogados, como la ensenada de San Simón (que también está incluida en la Red Natura europea), el Esteiro y la Foz del Miñor (también Red Natura) y las Gándaras de Budiño. Y se incorporan algunos nuevos que pueden resultar en algunos casos sorprendentes y chocantes con la idea preconcebida que tenemos de lo que es un humedal.

De esta forma, se incluyen en el listado espacios artificiales, el lago Castiñeiras en Cotorredondo (que aunque a mucha gente pueda sorprender es una laguna artificial) y los embalses de Eiras, Zamáns y Baíña. La justificación es que con el paso del tiempo algunos de estos espacios artificiales, especialmente las cabeceras de los embalses, poco a poco van siendo colonizados por la flora y fauna y de alguna forma al menos en parte se «naturalizan». Se incorpora también al inventario de humedales la Lagoa dos Nenos en Cíes y todo su perímetro litoral, de manera que, sobre el papel, nuestras islas Cíes están cada vez más protegidas, aunque en la temporada estival no lo parezca y sigamos persiguiendo batir todos los récords imaginables de visitantes durante todo el año.

Otra incorporación es la Lagoa Mol, junto al aeropuerto, un pequeño pero ecológicamente valioso humedal interior muy poco conocido y que durante mucho tiempo se consideró como el nacimiento del Lagares. Justo al otro extremo del río, se añade la Xunqueira del Lagares al inventario de humedales de Galicia. Cabe destacar que el inventario de humedales de Galicia es solo eso, un inventario. Estar incluido en el listado de humedales no implica que el espacio esté protegido a menos que tenga un decreto de protección específico. El problema de los humedales es que durante demasiado tiempo fueron considerados lugares insalubres, nidos de ratas y mosquitos. A consecuencia de ello, cuando nos dimos cuenta de que eran exactamente lo contrario, auténticas depuradoras naturales (como los riñones del planeta) y espacios de enorme biodiversidad, ya nos habíamos cargado la mayoría de ellos.

Por eso son los únicos ecosistemas que cuentan con un convenio internacional para su conservación, el famoso convenio Ramsar. La propia administración nos recuerda la importancia de su conservación, y así lo reflejaba en la presentación del inventario: «Actualmente, hace falta subrayar que las zonas húmedas son espacios escasos y delicados, que proporcionan un gran número de recursos y constituyen un valioso patrimonio cultural y natural. En este sentido, hace falta recordar que la finalidad del inventario de zonas húmedas es proteger y destacar el importante papel que juegan los humedales desde el punto de vista del cuidado y de la protección de la biodiversidad, incluyendo en él aquellos sistemas naturales, seminaturales o artificiales que puedan ser adscritos a alguno de los tipos establecidos en la clasificación de zonas húmedas del Convenio Ramsar. La Xunta es consciente de su importancia, por eso impulsa toda una serie de medidas con el fin de promover la conservación y puesta en valor de estos espacios naturales, que en la Comunidad cuentan con una gran variedad y, en su conjunto, albergan una notable riqueza de flora y fauna, entre la que destacan taxones amenazados y hábitats prioritarios».

Es difícil no estar de acuerdo, y es bonito que se considere necesario subrayar y recordar la importancia de estos ecosistemas. También es irónico que así lo considere una administración que ha fulminado la educación ambiental de su organigrama y pretende considerar, a efectos sociales, los espacios naturales como un mero soporte para actividades turísticas o deportivas; ignorando el papel de educadores y educadoras ambientales. Suponemos que, una vez eliminada la educación ambiental, la idea de la Xunta es que la sociedad subraye y recuerde la importancia de conservar los humedales por si sola. Quizás la Xunta debería empezar por ella misma.