Cambian de puesto a un policía local de Vigo que ponía pocas multas con el radar

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

El funcionario no llegaba a la media de entre 40 y 50 sanciones diarias

20 mar 2023 . Actualizado a las 23:24 h.

Un policía local destinado al manejo de un radar móvil denuncia que le han cambiado de puesto por imponer pocas multas. «Me dijo que no producía», afirma el guardia municipal, refiriéndose al actual jefe en funciones de la Policía Local, Javier Carballo, que sustituye a su hermano, que atraviesa una baja médica de larga duración. Tras cinco años en la sección del radar, donde asegura que «nunca tuve ningún problema con nadie», ha pasado a trabajar dentro de la Casa Consistorial. El caso ha provocado que el departamento de Riesgos Laborales haya abierto un protocolo de acoso psicológico en el trabajo contra el jefe policial.

El agente denunció a su superior por las presiones que presuntamente ejerció sobre él para que cazara a más conductores infractores. Aporta como pruebas capturas de pantalla de mensajes de Whatsapp que le enviaba el mando policial diciéndole que espabilara. En días en los que se encontraba de descanso, le enviaba estadísticas para que comprobara que tenía poco rendimiento. No llegaba a la media de entre 40 y 50 multas diarias.

El agente asegura que cumplía con su trabajo haciendo los controles en las calles y en las horas que ordenaba el jefe policial. Pero no camuflaba tanto su vehículo como lo hacían otros agentes. «Me pongo normal, hay compañeros que se esconden más y los coches caen como pajaritos», afirma. En una ocasión, se negó a rebajar el radar a 30 en la Avenida de Europa en el tramo del carril bici pintado sobre el asfalto «porque era ilegal».

El protocolo de acoso podría desembocar en la apertura de un expediente disciplinario por una falta muy grave contra el jefe en funciones de la Policía Local si se demuestra que ejerció una presión injustificada sobre el policía. El Concello debe nombrar una comisión de valoración que analice las pruebas aportadas y emitir una resolución en el plazo de un mes. Se trata de un procedimiento que la Junta de Gobierno Local aprobó hace cinco años porque «toda persoa ten dereito a recibir un trato correcto, respetuoso e digno». Califica el acoso laboral como «unha conducta moi grave que non será tolerada».

El jefe policial en funciones se está enfrentando, en menos de un mes, a dos protocolos de acoso laboral. También fue removido de su puesto otro agente del departamento de atestados. Esta misma semana ha entrado otro escrito en el departamento de Riesgos Laborales para que determine si es acoso la situación de una policía a la que el jefe en funciones ha cambiado el horario impidiéndole conciliar.

Relegar a policías por poner pocas multas no es nuevo en el Concello de Vigo. Otros agentes ya denunciaron hace años a través de los sindicatos la presión que sufren para imponer sanciones. En 2015 fueron removidos una quincena de agentes. El jefe policial de entonces se reunió de manera individual con ellos para explicarles que ponían un número inferior a lo deseable de sanciones de tráfico o de avisos a la grúa para la retirada de vehículos mal estacionados. Así lo dio a conocer entonces el sindicato UGT, aunque posteriormente, el edil socialista Carlos Font lo negó. Lo cierto es que el Ayuntamiento cada vez pone más multas a los ciudadanos. A lo largo del 2022 impuso sanciones de tráfico por un total de 7,8 millones. Esta cantidad es prácticamente el doble de lo que preveía, según la liquidación del presupuesto.

Oleada de quejas de los agentes por no poder conciliar bajo la orden del jefe en funciones

La llegada del nuevo jefe en funciones de la Policía Local ha provocado un malestar generalizado en el cuerpo policial porque con sus decisiones está impidiendo que muchos no puedan conciliar su vida laboral y familiar. Cerca de 200 policías integran un grupo de Whatsapp para poner en común todas sus quejas. Muchos han empezado a denunciar en el Ayuntamiento por la vía administrativa la denegación de solicitudes de conciliación familiar.

Por ejemplo, una agente entraba y salía una hora más tarde para poder llevar a sus hijas al colegio. «Al anterior jefe no le importaba, pero al cambiar, el que está en funciones dice que no es viable», lamentan. Los policías denuncian que «se acabó la conciliación». Ya no se permiten ni cambios de turnos, ni de días, a pesar de que los servicios no quedan descubiertos.

Tampoco concede permisos especiales de 21 días retribuidos para poder atender a familiares enfermos. «Los echa para atrás con el pretexto de no tener personal», denuncian. Cerca de 150 policías se han anotado para contratar a un abogado e iniciar una demanda contencioso administrativa conjunta para denunciar todos los problemas que están teniendo en la jefatura. Afirman que no les queda más remedio que defenderse en los tribunales con el dinero de su propio bolsillo para que se les devuelvan sus derechos.

Por otra parte, dos agentes de la nueva promoción que acaban de incorporarse al Concello de Vigo desde la academia de formación se quejaron ante la comisión de policías por el trato que están recibiendo y por que no les dan ropa para ejercer bien sus funciones.