Goteo de muertes no naturales de animales en el zoológico de Vigo

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

Wallabys fueron atacados, un muflón deCórcega se golpeó y un águila falleció por estrés
Wallabys fueron atacados, un muflón deCórcega se golpeó y un águila falleció por estrés Cedida

El último deceso ha sido un lémur que falleció de frío por falta de calefacción

17 mar 2023 . Actualizado a las 20:51 h.

Vigozoo registra desde hace tres años la muerte de animales en extrañas circunstancias que podrían haberse evitado. El domingo pasado se produjo el último deceso. Un lémur murió de frío al no poder soportar las bajas temperaturas por una calefacción insuficiente en su guarida. Ese animal de Magdagascar no debe permanecer a una temperatura inferior a los 24 grados, pero en VigoZoo no estaba a más de 15.

Otra pérdida irreparable hace dos años fue la de una pareja de tigres. Primero murió la hembra y, en menos de una semana, se fue el macho. Este último se ahogó en el foso donde iba a beber. Estaba tan debilitado que no fue capaz de subir por una rampa inclinada y cayó a la charca. Dicha rampa carecía de trabillas para poder sujetarse con las patas. Tardaron tres días en encontrarlo en el fondo. Tanto él como su compañera llevaban seis días con un pronóstico grave cerrados dentro de la instalación con abultamiento en la zona abdominal y salivación abundante, con signos de una posible intoxicación. El macho presentaba problemas renales, si bien la hembra gozaba de un buen estado de salud, pero el hermetismo de la dirección sobre las causas de ambos fallecimientos fue total. Los cadáveres de dos castores que estaban bien adaptados también aparecieron flotando en una ocasión.

Otra muerte trágica reciente en Vigozoo fue una hembra preñada de oryx cimatarra. Desde que rompió aguas hasta que le practicaron una cesárea pasaron tres días, tiempo en el que se desangró. En la lista de los últimos animales muertos figura también un muflón de Córcega, una especie de oveja pequeña. Al parecer, se dio un golpe y no sobrevivió a una intervención quirúrgica.

Un lémur de Vigozoo no pudo soportar las bajas temperaturas
Un lémur de Vigozoo no pudo soportar las bajas temperaturas

Poco a poco va desapareciendo la fauna protegida que queda en el recinto de A Madroa después de que el Concello se haya desprendido de una buena parte mediante subastas, ventas o cesiones para colecciones particulares. Actualmente solo quedan un tercio de los animales que había hace un año. Más de la mitad de las instalaciones ya se encuentran cerradas al público. La intención del Concello es dejar de tener animales salvajes en cautividad y cerrar el zoo a medida que vayan muriendo para dar paso a un centro de interpretación medioambintal con actividades educativas. El caso es que estas muertes se han acelerado durante los últimos tres años y siempre por motivos no naturales que nunca han sido aclarados.

Seis wallabies de Bennet perecieron por estrés tras juntarlos con otra especie incompatible 

Tras la muerte del último lobo y en contra del consejo de los expertos, el responsable del zoo decidió que en ese espacio iban a convivir wallabis de Bennet, unos marsupiales parecidos a los canguros, con emús, unas aves grandes no voladoras. El resultado fue que las aves empezaron a atacar a los marsupiales para defender su territorio. Empezaron a estresarlos y a acorralarlos y fallecieron seis. Solo se salvó un miembro de esta especie.

Otro ejemplar que ha fallecido por estrés en Vigozoo recientemente ha sido un águila calzada. En este caso, el problema fue cambiar al ave de lugar mientras se lleva a cabo la reforma de la instalación de aves rapaces diurnas. El águila no pudo adaptarse a su espacio provisional, el mismo lugar donde estaban las gallinas de Mos. Los buitres leonados también están sufriendo una situación de estrés mientras esperan en la zona de cuarentena a que terminen las obras de su futuro hogar. Otros animales no reciben los cuidados apropiados mientras se llevan a cabo otras tareas de embellecimiento de jardinería o albañilería, pero no otras que redunden en el bienestar directo de los animales. Por ejemplo, para los burros, no hay orden de cepillar para eliminarles los parásitos. También han desaparecido crías de aves y huevos, señalan fuentes municipales. En el pasillo central del zoo queda una solitaria leona, el último oso, la pantera y los linces. Están clasificados como «excedentes», en espera de ser trasladados pero, criados en cautividad, no se pueden reinsertar en su medio natural o con otras manadas. Muchos de los animales que se han ido a colecciones privadas han muerto por estrés.