
Afaga pone en marcha programas en las parroquias de ocho ayuntamientos del área de Vigo para combatir «el miedo, la angustia y el aislamiento» que padecen
17 feb 2023 . Actualizado a las 01:04 h.Los mayores sufrieron más que nadie un confinamiento cuyas secuelas todavía siguen siendo infranqueables hoy en día para muchos. La denominada nueva normalidad de la pospandemia supuso un éxodo masivo de las ciudades. La gente iba en busca de espacios abiertos gracias al teletrabajo, pero para las personas de más edad la realidad ha sido distinta. Ha aumentado su sentimiento de soledad y se han sentido más inseguros en un entorno en el que, además, tenían que seguir normas para su protección, en muchos casos sin contar con su opinión. Tras dos años aislados, muchos de esos mayores que viven las zonas rurales han de reactivarse.
La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer y otras demencias de Galicia (Afaga) advierte de la necesidad de conseguir que los mayores pierdan el miedo y vuelvan a socializar. «Con las medidas preventivas y garantistas que se focalizaron en las personas mayores se generó mucho miedo, angustia y aislamiento. Los mayores han vivido un proceso de aislamiento social que consideramos que es un gran problema y hay que abordar programas para la socialización», advierte el presidente del colectivo, Juan Carlos Rodríguez. Considera «excesivo» el aislamiento al que se les sometió. «Muchos se quedaron en sus casas, abandonando sus programas y sus relaciones sociales. Hay que conseguir que los mayores vuelvan a socializar tras el covid», insiste.
Para hacer frente a esta nueva realidad, ocho de los diez ayuntamientos del área de Vigo en los que trabaja Afaga están poniendo en marcha nuevos programas, ampliándolos a las parroquias, como Gondomar, Nigrán, Baiona, A Guarda, O Porriño, Tui, Salceda y Mos. Los datos de participación son abrumadores pero abren la puerta hacia una nueva normalidad también para las personas más longevas.
«Los programas orientados a la relación social de los mayores se han disparado en toda el área de Vigo a causa de la pandemia. Es fundamental que se resocialicen y también en el rural», indica Juan Carlos Rodríguez.
El triple de personas que el año pasado se suman a los programas como Cutiva a mente, para mayores de 55 años. «El año pasado había 250 inscritos en estas actividades y este ya vamos por 630», confirma el responsable de Afaga a la vez que agradece la implicación activa de los Concellos para acercar estos instrumentos de salida de la pandemia a los mayores de las parroquias. «Hay que llevar estos programas donde están los colectivos de las personas más mayores, que suelen ser las parroquias. Es donde está la población de edad más avanzada y el principal aislamiento», señala la entidad. La valoración tras la puesta en marcha en más de una decena de parroquias es muy positiva.
«El resultado es francamente bueno. Se combate la soledad no desada y se fomenta el autocuidado, la autoestima y la estimulación cognitiva para personas mayores que tienen ganas de relacionarse», explica Juan Carlos Rodríguez.
«El aislamiento y la soledad no deseada han acelerado los procesos de deterioro cognitivo. En el conjunto de la sociedad, se han visibilizado más los problemas de salud mental y en el caso específico de los mayores, estos aislamientos desataron angustias, deteriores y depresiones por lo que hay que abordar y paliar esta situación», defiende.
La pandemia ha acentuado los temores de las personas mayores, lo que ha impactado en su salud. «Lo que hemos hecho ha sido un desastre en ese sentido.Por su bien, hemos actuado de una forma paternalista y en muchos casos no se ha atendido a las necesidades de las personas de forma integral», señala Juan Carlos Rodríguez. En la misma línea, Mos estrenan un programa, con la Xunta y el Concello en que jóvenes voluntarios compartirán actividades con los mayores.
La pandemia alimentó el edadismo y la soledad no deseada
Además de soledad no deseada, la brecha tecnológica y la falta de asistencia sanitaria, la pandemia alimentó el edadismo. Afaga, que lleva años trabajando en todo lo que tiene que ver con el abordaje de los estigmas asociados a la edad fue la impulsora con la entidad de servicios Atendo de la cátedra de Edadismo de la Universidad de Vigo, que se fundó en junio del año pasado. Su objetivo es terminar con la que la propia Organización Mundial de la Salud ha señalado como la tercera forma de discriminación, después del racismo y el sexismo.
«Estamos muy contentos con la repercusión de la cátedra en estos nueve meses. Se ha puesto el foco en trabajar los estereotipos vinculados a la edad y es muy importante abordar este cambio de mentalidad», indica Juan Carlos Rodríguez. Desde la cátedra, señala, «pretendemos cambiar la mirada para cambiar la sociedad y por eso tenemos que mirar a las personas por sus valores y no por su edad». Destierra, por ejemplo, términos como abuelos sino se refieren exclusivamente a un lazo familiar.
Destaca la importancia de que tanto la RAG como la RAE hayan incorporado el vocablo en sus respectivos diccionarios. Avanza que también trabajan con la universidad en crear una red de entidades que les ayuden a abordar el cambio de visión.
El covid fomentó el edadismo. «En pandemia se vivieron situaciones tremendamente edadistas. Muchas veces las personas mayores se han sentido ninguneadas, que no se ha contado con ellas para la toma de decisiones y que, en pro de su seguridad, se les ha aisló socialmente», dice. El edadismo, apunta, «tiene que ver con la forma de pensar, de sentir y de actuar así que tenemos que cambiar la manera de pensar».