Dusan Trifkovic: «A los diez días en el Novás, ya me sentía en casa; esa es la clave»

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El serbio es el máximo goleador del equipo de O Rosal, líder de la División de Honor Plata y firme candidato al ascenso a la Liga Asobal

10 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Dusan Trifkovic (Sremska Mitrovica, Serbia, 1992) avisa de que su español es aprendido a base de escuchar, que no lo ha estudiado y que puede que meta alguna palabra en gallego. Lo cierto es que se expresa como un libro abierto y entiende casi todo después de algo más de un año en España. La primera temporada, en el Torrelavega, en Asobal; la segunda, en el Novás, del que es su máximo goleador y al que define como «una familia». Cree que ese es el secreto de que lideren la División de Honor Plata y que puedan mirar sin miedo hacia la máxima categoría.

El lateral tenía claro al acabar la pasada temporada que quería cambiar de club, pero también que deseaba seguir en España. Ahí encajaba perfectamente la opción de un Novás que suponía dar un paso atrás en cuanto a la categoría, algo que no le preocupaba. «No pensaba en eso. Yo al Novás lo veo como un equipo para mirar hacia arriba, que puede jugar bien y ganar muchos partidos, como estamos haciendo», señala.

Además, en Asobal no había tenido los minutos deseados, de ahí que estuviera decidido a moverse. Y recibió muy buenas referencias del conjunto de O Rosal que le animaron a aceptar su oferta. «Hablé con mis amigos del Torrelavega y todos me hablaron muy bien del club y de la afición. Se habían enfrentado a ellos la temporada anterior y conocían bien al equipo», comenta. También buscó en Internet, admite, y se decidió enseguida.

No pasó nada de tiempo tampoco entre su llegada y el momento en el que supo que no se había equivocado. Calcula que pudieron ser alrededor de diez días. «Me sentía como en casa y esa es la clave de que las cosas nos salgan bien», analiza. Cuando llegó, hablaba menos español que ahora y tenía que tirar mucho de inglés, pero pese a esa dificultad, se sintió acogido y a gusto desde el primer instante.

Y la experiencia le dice a Trifkovic que «cuando te sientes bien, juegas bien», la explicación que encuentra también a que esté teniendo una aportación importante en el equipo. Le resta importancia a lo individual y pone el foco en el grupo. «La atmósfera es muy buena, tenemos un gran ambiente aunque eramos mucha gente nueva al principio», recuerda.

Está convencido de que el ascenso a Asobal no es ninguna quimera, aunque también sabe que queda camino que recorrer. «Podemos conseguirlo. Al final, depende de nosotros. Si tenemos salud y nos respetan las lesiones, tiene que ser nuestro objetivo», subraya. No cree que permanecer tanto tiempo en la zona alta de la tabla —casi siempre como líderes— sea casualidad. «Si estamos primeros es porque estamos dando un gran nivel», sostiene.

Una hija gallega en camino

Una pieza clave del éxito es también su entrenador, Samuel Trives, para el que Trifkovic tiene palabras de elogio. «Fue un buen jugador y eso le dio experiencia que le ha llevado a ser un gran entrenador, de gran nivel», valora. Destaca que habla mucho con sus jugadores y que se implica con ellos, no solo en lo relacionado con la pista. «Mi mujer está embarazada y se preocupa desde el primer día. Podemos hablar de todo y recurrir a él cuando necesitamos cualquier cosa. Es un amigo», dice.

Sobre su próxima paternidad, la pequeña Julija nacerá el próximo mes de mayo. «Sí, voy a tener una hija gallega», presume. Mientras espera su llegada, lleva una vida muy tranquila en O Rosal. «Estoy a cinco minutos del pabellón y me gusta mucho la gente de aquí. Se habla mucho de balonmano, entienden mucho de este deporte y nos hacen sentir muy queridos».

En ese sentido, y desde su experiencia en la máxima categoría, destaca que «la mayoría de los equipos de Asobal no tienen una afición como esta». De momento, su idea es disfrutarla este año y luego, ya se verá. Pero repite que O Rosal ya es su casa.