El espartano de la velocidad

X.R.C. VIGO

VIGO

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Jorge Román Leirós, todo disciplina y trabajo, firma una marca de primer nivel en los 200 metros (21.68 segundos) para colgarse la plata en el nacional sub-23

07 feb 2023 . Actualizado a las 10:12 h.

Jorge Román Leirós (Bembrive, Vigo, 2003) comenzó en el cros en O Porriño, pero el barro y el monte no le acaban de convencer. Cuando dio el salto al Celta de atletismo y al tartán, se dio cuenta que la velocidad era lo suyo y el domingo dejó como carta de presentación una marca de 21.68 segundos (mejor registro personal) en los 200 metros que le sirvió para colgarse la plata en el Campeonato de España sub-23 en su primer año en la categoría. El próximo verano, su intención es dejarse ver en el 400, la exigente prueba a la que parece destinado.

Su bautismo en el atletismo no fue idílico. «Las carreras por el monte no me gustaban mucho», recuerda de su época en O Porriño. Sin embargo, cuando llegó a la escuela del Celta, todo empezó a cambiar. «Ahí comencé con el tema de la pista, me interesé por la velocidad y me gustó». Del grupo de iniciación pasó al sub-18 y se encontró con Fran Rodríguez, el entrenador que le cambió la vida en materia deportiva. «Estoy aquí gracias a él», dice desde la Blume, donde entrena como externo al tiempo que busca la beca. «Es muy buen chaval, disciplinado, hace caso a todo y le encanta entrenar», comenta su exentrenador. De su mano, Jorge Román se integró en el grupo avanzando de entrenamiento del Celta en el 2019.

El confinamiento como impulso

Al año siguiente llegó la pandemia y, curiosamente, el confinamiento terminó por convertirse en una baza fundamental para que el velocista vigués diese el empujón definitivo. «En la pandemia me demostró que le encantaba este deporte. Fueron momentos muy complicados para todos y el chaval siguió entrenando en casa, hizo todo lo que le iba mandando», recuerda Fran Rodríguez. Seguramente porque el atleta antepone el entrenamiento a todo. «Soy una persona muy disciplinada, no falló a los entrenos. Sé que para conseguir algo hay que trabajar duro, no buscar excusas».

En el 2020, cuando la normalidad comenzó a asomar, Leirós fue al Campeonato de España, pero una gripe le dejó sin opciones. El infortunio no le hizo desistir y en el 2021 envió el primer aviso en los 400: fue tercero en el Nacional sub-20 al aire libre con una marca de 47.42 segundos. Ese registro y sus ganas de mejorar le llevaron a entrenar en las instalaciones de la residencia Blume.

El sacrificio de sus padres

Desde hace dos años, reside en Madrid, donde compagina sus estudios de Fisioterapia con seis días de entrenamiento semanales. Todo costeado por sus padres. «Estoy aquí por ellos, están haciendo un gran esfuerzo para que yo pueda permitirme esto», relata mientras suspira por hacerse con una beca.

Como recompensa a sus progenitores y como primer paso para ganarse la asignación, se hizo con la plata firmando una gran marca en el Nacional bajo techo sub-23. «En principio, el objetivo principal eran los 400 metros, pero no tenía mala marca en el 200, era el quinto en el ránking y aposté por esta distancia. Bajé dos décimas mi marca personal e hice podio, más contento no podía quedar», dice Jorge. «Es muy buena marca, máxime teniendo en cuenta que es sub-23 de primer año», matiza Fran, que destaca sus cualidades innatas para la velocidad —aunque no para el 100— y su resistencia, un aspecto que le asegura el futuro en el 400. «Es donde va a terminar, no es corpulento ni pesado y eso para el 400 es muy bueno».

El atleta también se ve en la distancia de la vuelta a la pista, e incluso sueña con ganar una medalla en el Nacional del verano y hacerse un hueco en el relevo 4x400 del Europeo, pero al mismo tiempo, no renuncia a estar en el 200 en el Nacional absoluto bajo techo. Ha demostrado que se puede codear con cualquiera.