Pily Reñones: «Me decían que la fotografía era cosa de hombres y que no daba para vivir»

Monica López Torres
mónica torres TOMIÑO / LA VOZ

VIGO

cedida

La artista tomiñesa Pily Reñones está nominada a os Premios Goya de Fotografía y Vídeo Profesional

02 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La artista tomiñesa Pily Reñones está nominada en la vigésima edición de los Premios Goya de Fotografía y Vídeo Profesional, que se fallan en la gala que se celebra este sábado en Zaragoza. El certamen ostenta este nombre desde 1983, dos años antes de que se gestasen los galardones del cine español, y tan solo los profesionales en activo pueden optar a alzarse con este premio de prestigio internacional y con estatuilla propia, obra de Paco Rallo. Reñones no es nueva en esto de los Goya, porque ya optó en otras dos ocasiones, pero la ilusión sigue siendo la misma.

La obra por la que ha sido seleccionada forma parte de una colección en la que trabaja desde hace cuatro años sobre formas de vida en la calle por diferentes lugares de España y Europa. Es una de las diez que optan al premio en la categoría de gráfico documental y fue tomada en un viaje de un solo día en Madrid.

«Fui por la mañana y volví de noche buscando gráficos. Surgió esta delante de mis ojos, como si fuera un regalo de Dios, y solo hice un clic cuando vi la foto en mi cabeza», recuerda.

En su obra plasma «las diferentes oportunidades que tienen las personas en la vida». «En la imagen miras la pobreza tirada en la carretera y, por detrás, hay un reflejo de un cristal que es superpotente, con una señora con grandes joyas, un joven trajeado paseando, unos niños con camisetas de marca o un cochazo. En un solo clic cuenta muchísimas historias de lo que pueden ser la vida de las personas, de no tener nada a tenerlo todo», explica la artista.

Se muestra «emocionada y feliz» por la nominación: «Llegar hasta aquí con otras nueve personas más es en sí un premio». «Todos nos queremos llevar la estatuilla, que ya sería la guinda del pastel, pero el gusanillo de toda la experiencia desde que te llaman hasta la gala, es ya de premio», reconoce.

La tomiñesa, que allá donde va recuerda de dónde viene, insiste en que «las mujeres pueden llegar a donde quieran. «Las ganas y la ilusión mueven el mundo, además del trabajo, el sacrificio y la constancia claro está», dice. Desplegó todas esas armas y aptitudes desde que era bien pequeña esta mujer que no vino al mundo con una cámara bajo el brazo pero casi.

«Creo que siempre me gustó la fotografía porque contaba muchas historias sin hablar. Cada vez que gano un reconocimiento, es un orgullo para mis padres, pero ellos son mi orgullo por su sacrificio para que yo pudiera estudiar y hacer lo que quería», afirma.

Cuando le pidió una cámara y en casa no sobraba ni una peseta, le dijeron que tendría que conformarse con unas zapatillas por su santo, aunque al final le esperaba la sorpresa de su primera cámara. Ya entonces acumulaba horas de grabación, con un lápiz y una mandarina, eso sí, a modo de micrófono, porque entrevistaba siempre a su abuela Odilia, que le hablaba de la Guerra Civil y de cómo trabajó en las obras de la carretera de Couso a Gondomar. Ella también intercedió, recuerda Reñones, cuando decidió dejar sus estudios de administrativo para hacer fotografía. «Mira que la fotografía no es una profesión que dé para comer más que a tres o cuatro, y es cosa de hombres. No pierdas la afición pero haz una carretera que te de para vivir», le dijeron cuando decidió cambiar su rumbo profesional, motivada también por la atracción que sentía tras una infancia de domingos revisando con su tía Carmen fotografías que familiares emigrados a Argentina mandaban a la casa de su abuela Francisca de Couso.

En su currículo figuran otros grandes premios, como el de maestra fotógrafa Internacional de la asociación lusa portuguesa Appimagen o la séptima plaza de los premios FEP de Roma. Sobre las cualidades para ser un buen fotógrafo, habla de «ilusión, creatividad e inquietud». En su caso, suma hábitos que le inspiran y que resume de esta forma: «Ser observadora, gran lectora, una viajera empedernida y escuchar música».