Julia Camps: «Haremos una mamografía con contraste cada año a todas las mujeres que han tenido un cáncer de mama»

VIGO

Julia Camps, con el nuevo mamógrafo con contraste de Povisa
Julia Camps, con el nuevo mamógrafo con contraste de Povisa Oscar Vázquez

La jefa del área de mama del grupo Ribera Salud explica que Povisa utilizará su nueva técnica radiológica para detectar posibles recaídas de forma precoz y así tratarlas con más eficacia; también prevé implantar una consulta de diagnóstico genético

01 feb 2023 . Actualizado a las 23:36 h.

Hace cuatro años que el Grupo Ribera Salud, propietario de Povisa, creó un área de mama para todos sus hospitales. La dirige la radióloga Julia Camps, especializada en este órgano y que sigue haciendo asistencia cuando puede. También está involucrada en varias investigaciones internacionales y fue presidenta de la Sociedad Europea de Radiología Mamaria.

—¿Qué casos estudia el comité de mama de Ribera en sus hospitales?

—Todos los cánceres de mama que diagnostica el Grupo Ribera y también las lesiones de alto riesgo (pretumorales) Hacemos reuniones online, con cada hospital, al que también se conecta nuestro grupo de asesores oncológicos, el International Breast Cancer Center (IBCC), liderado por Javier Cortés, un oncólogo de reputación mundial, y que nos alertan de posibles ensayos clínicos para nuestras pacientes.

—¿Qué ha cambiado en estos cuatro años?

—Muchas cosas. La idea es estandarizar todos los procedimientos y que una mujer en Vigo se trate igual que una mujer en Denia.

—Con los radiólogos parece más sencillo, pero ¿prevén que cirujanos de unos hospitales puedan operar a pacientes de otros?

—Se está haciendo. El doctor Lorenzo Rabadán, que es del hospital de Torrejón, está haciendo cirugía oncoplástica en Vinalopó.

—¿Y en Galicia?

—Él ha estado aquí operando puntualmente, para formar a otros en el tatuaje del pezón. Compartir radiólogos es más fácil, aunque los que trabajan para el Sergas no pueden informar cosas de la pública del resto de España, por las incompatibilidades, que aquí son más cerradas.

—La Sociedad Española de Oncología Médica publicó un informe esta semana que dice que en el 2023 se diagnosticarán 35.000 cánceres de mama en el país. Es un 30 % más que al comienzo del siglo. ¿Qué puede esperar una mujer diagnosticada hoy frente a hace veinte años?

—Primero, puede esperar que España es el país europeo con mayor supervivencia por cáncer de mama. Aquí hay un sistema de cribado que alcanza al 100% de la población. En España hay una radiología mamaria de altísima calidad. Estadificamos mejor a las pacientes [se refiere a valorar la fase en la que se encuentra el tumor y su extensión] y eso es radicalmente distinto a otros países. Cuanto mejor estadificada esté la paciente, la cirugía va a ser más exacta, más precisa y menos agresiva. Participamos en estudios para que en un futuro no lejano venga una paciente con cáncer, se estadifique y si cumple ciertos criterios, ese mismo día o después de la biopsia, se le quite el cáncer y ya está.

—¿Y el resto del tratamiento, la radioterapia, la quimioterapia---?

—Estamos colaborando con Australia donde han demostrado que puede omitirse radioterapia en aquellas pacientes que en resonancia muestran un cáncer muy localizado. No hay por qué tratar a pacientes con cánceres de cuatro centímetros igual que a pacientes con cánceres de uno.

—Le preguntaba antes cómo ha cambiado la perspectiva...

—Sí, y quería irme no a la mujer que tiene un cáncer sino a la que lo ha tenido. Nos dedicamos a ellas en cuerpo y alma. Está demostrado que cuanto antes detectes una recidiva, un segundo cáncer, mayor supervivencia hay, porque el tumor es más pequeño y no le da tiempo de metastatizar. Por eso, les hacemos una mamografía con contraste anual. Es una técnica con un valor predictivo negativo cercano al 100 %, te permite descartarlo.

—Povisa acaba de incorporar esa técnica, la mamografía con contraste. ¿Se van a hacer estas pruebas aquí a las mujeres curadas?

—Sí, Ribera ha apostado por poner este mamógrafo, porque ha tenido unos resultados muy buenos en otros hospitales y permite hacer pruebas a mujeres que no pueden hacerse una resonancia. Vamos a ir poniendo en marcha poco a poco ese programa en Povisa, porque logísticamente no es fácil, son ocho o nueve pruebas al día.

—¿Y el riesgo asociado a la radiación de la mamografía?

—Es mínimo. Una cada 100.000 mujeres puede tener un riesgo de cáncer radioinducido; es mayor el riesgo de cáncer normal.

—Es una mamografía al año... ¿para siempre?

—Vamos a hacer estudios de coste efectividad. Mi impresión es que adelantamos dos años el diagnóstico de recidiva.

—El cáncer tiene un componente aleatorio importante, pero ¿qué se puede hacer para reducir el riesgo de padecerlo?

—Hay dos pilares: el ejercicio y mantener un peso equilibrado. El 70% de los tumores son hormonosensibles. Las mujeres en edad posmenopáusica convierten la grasa periférica, las hormonas, a estrógenos y esas hormonas te pueden crear un nuevo cáncer. Pero la mayor prevención es hacerse las mamografías de cribado cada dos años.

—Y luego están los cánceres con componente genético. ¿Cómo se aborda el diagnóstico genético?

—Hay unas escalas que de alguna manera nos ayudan. Hay unidades de consejo genético donde se aborda, en caso del número de familiares, si tuvo un cáncer bilateral o no y el grado de parentesco.

—¿Tienen previsto ofrecer una consulta de consejo genético?

—Sí, está previsto ofrecerlo en Povisa y ya se ofrece en otros hospitales.

—¿Cómo funciona?

—Es un oncólogo que tiene unas consultas de riesgo genético, no solo para la mama sino para todos los cánceres. Normalmente, deriva el médico de cabecera. El experto en consejo genético hace un árbol familiar y entonces determina si cumple o no los criterios y en ese caso se llama a la familia o a quien corresponda.