El drama de los empresarios a los que los grandes del naval no pagaron sus deudas

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Familias enteras quedaron arruinadas y algunos emprendedores fallecieron sin cobrar lo que se les debebía

27 ene 2023 . Actualizado a las 00:15 h.

Ahogados por las deudas con los bancos porque los astilleros para los que trabajaron no les pagaron. Así se encuentran empresarios de compañías auxiliares del naval que recurrieron a créditos para poder cumplir con los encargos que tenían encomendados cuando se produjo la crisis del 2008. Confiaban en que acabarían cobrando de los astilleros y que recuperarían su dinero, pero eso nunca pasó. La banca les reclama hoy en día por la vía judicial el pago de ocho millones de euros que no tienen.

Un total de 18 empresarios formaron una plataforma de afectados. Su presidente, Balbino Barcia, afirma que el número de auxiliares perjudicadas a las que se les dejó a deber es mayor porque no están integradas todas en la asociación. Trabajaron para empresas como Barreras, Vulcano, Metalships, MCíes o Factoría Naval de Marín. «Montábamos bloques, piezas, hacíamos el chollo en los astilleros», recuerda Balbino. Pese a no cobrar, se vieron muchas veces en la situación de tener que abonar el IVA de facturas no cobradas para no defraudar a Hacienda.

Uno de ellos llegó a permanecer colgado 10 horas en lo alto de una grúa en el 2011 para exigir el pago de 600.000 euros y todavía no ha cobrado. La desesperación le llevó a tomar esta medida de presión con sus bienes y la nómina de su mujer embargados y deudas con la Seguridad Social, Hacienda y otros proveedores, y tras tener que cerrar su empresa y despedir a 38 trabajadores.

Los empresarios afectados empeñaron su propio patrimonio personal y se quedaron prácticamente con lo puesto.

Balbino Barcia señala que hay familias que han perdido sus viviendas por culpa del problema en el que se vieron envueltos. «Dos de nuestros socios murieron y las viudas se quedaron sin los pisos. Ahora tenemos a uno en Moaña y a otro en Cangas que también están a punto de quedarse sin casa». Él mismo tuvo que vender su coche y utiliza el transporte público. «Esto no es vivir ni es nada. Llevamos 14 años tirados. Necesitamos cobrar para pagar y vivir tranquilos», afirma. Los impagos ahogaron económicamente a las empresas. Algunas cerraron y otras siguen trabajando, «pero mal porque arrastran unas deudas terribles y tienen que pagar al banco. La situación ha empeorado porque todo subió y la vida se complicó mucho», señala Balbino Barcia. La plataforma de afectados lamenta la falta de apoyo institucional. «No tiran para adelante con nuestro tema», se queja Balbino. Todas las reuniones que han tenido hasta la fecha han sido inútiles.

Falta de apoyos

«Fuimos cinco veces al Parlamento gallego y no nos dieron solución alguna. Solo muy buenas palabras, pero nada más. El tema se soluciona hablando y no escapando de nosotros», lamenta Balbino. Tampoco tuvieron éxito las reuniones con los responsables del Igape o con el conselleiro de Industria.

Los afectados cuentan con el apoyo de los sindicatos. También los ayuntamientos de Vilaboa, Cangas y Bueu se han solidarizado con su causa, pero no así el de Marín. Al Concello de Vigo también le han pedido apoyo, pero no lo han recibido. «Me encontré con Caballero en la calle y me dijo que sí, pero cuando hice la primera solicitud, llegué a hacer hasta cinco o seis, no me recibió». También pidieron ayuda a Asociación de Industrias del Metal (Asime) «y nos dejaron tirados», señala Balbino. El comisario de Mercado Interior de la Unión Europea trasladó a la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad la situación de impagos en el naval de Vigo y expresó su deseo de que este dialogue con el Gobierno español para resolver la situación. Balbino Barcia recuerda aquella reunión. «Nos dijeron que esto era una estafa a la empresas auxiliares del naval», afirma. Los empresarios criticaron el incumplimiento de la ley de morosidad.

El portavoz de los afectados: «No duermo tranquilo, quiero pagar y no deber a nadie»

La deuda producida por los impagos en el sector naval arruinó la vida a los empresarios que no cobraron y que, a su vez, se habían endeudado para poder afrontar los encargos. Ellos hicieron bien su trabajo y, a cambio, se llevaron para casa un gran problema económico. «No duermo tranquilo quiero pagar a Hacienda, a los juzgados, no tengo porqué deberle nada a nadie», señala Balbino Barcia, que reconoce que se ha quedado «con lo puesto» después de que le dejaran a deber. «Llevo 14 años sin cotizar y ya tengo la edad para jubilarme. Cobro una miseria», lamenta.

La plataforma de afectados considera que las empresas matrices son las que deben pagarles todo el dinero que les adeudan. Balbino Barcia sostiene que ya tenían que haberlo hecho hace mucho tiempo. «¿Porqué dejaron vender Barreras si somos los primeros en tener que cobrar? ¿Si tienes un piso embargado lo puedes vender?», se pregunta el portavoz de los afectados. Su última baza será recurrir a la Valedora do Pobo para que presione ante la administración autonómica para la búsqueda de una solución.

Cierres y despidos

Las empresas afectadas tenían en plantilla a más de medio millar de trabajadores. Al no cobrar, más de la mitad de ellas quebraron. El banco embargó a algunas empresas y viviendas porque no eran capaces de devolver el dinero que les habían pedido para poder asumir sus compromisos con las grandes empresas del naval. Los impagos en varios astilleros de referencia provocó la quiebra de decenas de empresas auxiliares.