Iván Ferreiro, diseñador de portadas

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

cedida

El músico vigués, que estrenará nuevo álbum el 10 de marzo, prepara una edición limitada artesanal reutilizando discos antiguos de otros artistas

12 ene 2023 . Actualizado a las 23:35 h.

Antes de acabar el año, Iván Ferreiro anunciaba la inminente publicación de un nuevo disco cinco años después de Cena recalentada, con versiones de temas de Golpes Bajos. En el alambre es el primer single de Trinchera pop, un trabajo con lanzamiento previsto para el 10 de marzo, con este adelanto ya difundido a través de las redes sociales que devuelve a la actualidad al artista vigués de voz nasal cuyo prestigio no ha hecho más que crecer desde que dejó atrás Los Piratas para volar solo, aunque siempre con su hermano Amaro muy cerca.

También lo está en su última incursión creativa que ha compartido con sus seguidores a través de su cuenta de Instagram. En un par de entregas cuenta el proceso que ha seguido: «Aquí podéis ver cómo estoy preparando el formato exclusivo de Trinchera Pop. Nuevas canciones dentro de fundas que ya tuvieron otras canciones y ahora acogen las mías. Y firmaré, dibujaré... Todos serán diferentes...», explica mientras se le ve fedellar con portadas de vinilos antiguos, desde Amor de hombre, de Mocedades, a uno de aquellos famosos recopilatorios de éxitos de los años 90, Boom 4 en este caso. Estas ediciones limitadas y firmadas por él del vinilo junto a su versión en cedé, las vende a través de su página web www.ivanferreiro.es, donde se explica, además, que algunas vendrán ilustradas o con sorpresa incluida, pero no habrá dos iguales.

La creación artesanal de Iván Ferreiro no es solo un entretenimiento más para el músico, ya que esa actividad forma parte del concepto que introduce en el título del álbum, esa trinchera de discos reutilizados forman parte de la mochila sonora del vigués, o más bien, de la bolsa con estampado de cuadros llena de discos que han pasado por su setlist vital y que cobran nueva dimensión al servir de base para el formato en pegatina de los retratos en blanco y negro de un Iván Ferreiro asentado en la imagen de los últimos años, con gafas de pasta y barba canosa, con abundante pelo de medio siglo y pico. Los adhesivos que pega con cuidado sobre las carpetas al frente y al dorso, dejan un margen de unos centímetros alrededor de las obras originales, espacios que él aprovecha para firmar o añadir trazos negros al diseño ferreiriano.

En una escena muy casera y entrañable, en la que se ve a su hermano Amaro observando a su hermano mayor entretenido con la tarea sobre una mesita setentera de salón de casa de padres y voces de niños al fondo, el autor de El equilibrio es imposible explica que piensa mucho en de quién son las canciones: «No sé sé si hacen falta hacer más en este mundo, pero no quería gastar más cartón, no quería tener que preocuparme por eso. Me parecía más divertido usar los cartones de otros discos maravillosos», afirma.

El cantante y compositor añade que normalmente se preocupa más de cómo suenan las canciones o lo que dicen, «pero lo cierto es que al final van en un soporte, y tienen que dormir en algún sitio. Me gustaría que estuvieran calentitas, en un sobre donde hayan dormido otras canciones», relata con mimo. «Mis canciones son mías hasta que llegan hasta vosotros, y de alguna forma me gustaría que mi disco contuviera las pasiones y las trincheras de otros, ya las hagas o las escuches». Iván Ferreiro asegura que no cree que haya hecho nunca nada inédito: «Lo que hago es competir conmigo mismo y tratar de hacer canciones sin darme cuenta de que las hago. Mi disco se llama Trinchera pop y habla de....», y se hace el silencio.