«Mis hijos pueden decir por fin que su papá tiene trabajo»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Sergio Gabriel Cantariño es una de las 457 personas que lograron la inserción laboral el año pasado gracias a los planes de la Cruz Roja

05 ene 2023 . Actualizado a las 23:44 h.

Sergio Gabriel Cantariño afronta con ilusión su nuevo trabajo en una empresa de cultivo de brotes vegetales para la hostelería de Vigo. Solo son dos horas al día, pero es un buen comienzo y, sobre todo, una oportunidad para demostrar a su jefe que no se equivocó cuando confió en él. «Me aferro a cualquier oportunidad y no la dejo pasar. La cosa es estar en el mercado laboral, no caerse y de ahí van saliendo otras cosas. Cuando estás positivo, una cosa te va trayendo la otra», afirma este argentino de 51 años que se vino a España con su mujer y sus hijos de 12 y 6 años.

Es terrible cuando sus hijos han tenido que contestar en alguna ocasión que su papá no trabaja en nada. Lo recuerda con lágrimas en los ojos, pero ahora ya no es así. Sergio es uno de los 457 personas que el año pasado consiguieron un trabajo gracias al plan de empleo de la Cruz Roja. Participaron un total de 691 personas en riesgo de exclusión, lo que supone un porcentaje de inserción de un 66 %. Por ese motivo, recientemente, la Cruz Roja protagonizó un reconocimiento público a la labor de 40 empresas de todos los sectores de la comarca de Vigo que han colaborado con el programa.

Para Sergio, como para muchos otros participantes, este plan de empleo ha supuesto que le abrieran una puerta para demostrar su valía y ganas de trabajar. Se mudó con su familia de Estados Unidos, donde llevaban residiendo 25 años, hasta Barcelona. Allí trabajó durante dos años como encargado del almacén de una conocida discoteca, hasta que se quedó en la calle por culpa de la pandemia. Sin recursos para afrontar un alquiler de 1.200 euros, decidieron mudarse a Vigo, la ciudad de donde eran sus abuelos, donde los precios de la vivienda no son tan elevados. Enseguida se dio cuenta de lo difícil que resulta encontrar un trabajo en la ciudad. Después de un año entregando su currículo en diferentes empresas, no consiguió que le llamaran para ninguna entrevista de trabajo. «Es muy difícil lograr conectarte con la gente que necesita contratar. Sobre todo cuando vienes de fuera», afirma.

En la Cruz Roja encontró una salida. «Te ayudan a levantarte. No solo a sentirte mejor, sino que te dan herramientas para salir adelante. Me formaron en cosas que no veía. Uno llega a ver que no puede hacer muchas cosas y ellas pueden ver lo que uno mismo ya no puede ver», afirma refiriéndose a las coordinadoras del programa. Entre otros cursos, hizo uno de jardinería, que le permitió hacer prácticas en Acciona. Cuando se acabó este período formativo, le propusieron trabajar en Vivegreens, la empresa de cultivo y venta de micro brotes que surte a restaurantes. «No solo cuidaron de mí, sino también de mis hijos y de mi esposa. Si tuviera que decir una palabra, es agradecimiento», afirma.

La Cruz Roja tiene diferentes proyectos para cubrir las franjas de edad y circunstancias de las personas que se encuentran en la necesidad de optar a un puesto de trabajo. En la agrupación comarcal de Vigo cuentan con dos proyectos que trabajan con jóvenes de 18 a 30 años. También tienen otro plan para mujeres que pueden encontrarse en situaciones conflictivas como violencia de género y también desarrollan un programa global para personas que llevan mucho tiempo alejadas del mercado laboral.