La Guardia Civil vincula el móvil del crimen del pozo de O Porriño con las estafas en la compraventa de coches que hacía la víctima

VIGO

A Carlos Alberto Videira do Orfao, cuyo cuerpo apareció en O Porriño en febrero del 2021, lo mataron el 13 de octubre del 2018, fecha en la que uno de los investigados declaró haber visto cómo dos falsos policías se lo llevaban con grilletes

23 ene 2023 . Actualizado a las 21:20 h.

La Guardia Civil considera que el asesinato del ciudadano luso Carlos Alberto Videira do Orfao, cuyo cadáver fue localizado en un pozo de O Porriño en febrero del año pasado, está vinculado con las estafas en la compraventa de coches que, supuestamente, perpetraba la víctima. Era la primera línea de la compleja investigación que desarrolló el Grupo de Delitos contra las Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Pontevedra durante año y medio y que comenzó casi a ciegas ya que el avanzado estado de descomposición del cuerpo y la falta de cualquier otro elemento que facilitara su identificación ralentizó mucho la resolución del caso.

A día de hoy ya se puede poner fecha al fallecimiento de este vecino de Viana do Castelo afincado en Galicia desde hacía más de dos décadas y coincide con la jornada en la que uno de los cinco detenidos, el que quedó en libertad con cargos tras pasar 24 horas en la Comandancia de Pontevedra y prestar declaración judicial, asegura haberlo visto con vida por última vez. La investigación considera que fue el 13 de octubre del 2018 cuando Carlos Alberto Videira murió, el mismo día en que el arrestado ubicó a otros dos detenidos, que son además los únicos que ingresaron en prisión, en su nave de Vigo. Según su relato a La Voz, «dos personas que se hicieron pasar por policías me obligaron a citarlo en mi negocio porque decían que había estafado a uno de ellos».

«Cuando llegamos, los supuestos policías ya estaban allí, le pegaron le pusieron grilletes y se lo llevaron en la furgoneta de un cliente. Cuando regresaron sin él me dijeron que lo habían abandonado en medio de un monte en Portugal y que, si decía algo, lo pagaríamos mi hijo y yo», indicó tras abandonar las dependencias judiciales.

La operación Profundo 21, dirigida por el Juzgado de Instrucción número 3 de O Porriño culminó con cinco personas detenidas, cuatro hombres y una mujer en los municipios de Vigo y O Porriño. A todos ellos se les arrestó como responsables de la comisión de un delito de homicidio, detención ilegal y encubrimiento si bien dos de ellos ya quedaron libres en dependencias policiales. La declaración del tercer arrestado fue clave para llegar hasta los últimos dos, que fueron los únicos que ingresaron en prisión. «Pensé que eran policías hasta que ayer la Guardia Civil me enseñó las fotos y los reconocí como los que se habían llevado en la furgoneta a Carlos», indicó el arrestado que quedó libre con cargos y que ha de comparecer una vez al mes en el juzgado, sin posibilidad de salir del territorio nacional. Este detenido aseguró a La Voz que solo supo del fallecimiento de Carlos un mes antes de que se produjeran los arrestos.

«Yo no tengo nada que ver con su muerte ni sé quién lo mató, pero he testificado contra dos personas porque fueron a los últimos que vi con el él y presencié cómo se lo llevaron», relató.

Sobre las presuntas estadas de la víctima, indicó que «llegó a tener más de 80 denuncias». Los que señala como supuestos policías le dijeron que lo buscaban porque a uno de ellos le había robado el ordenador de abordo de un BMW. «Lo que hacía Carlos era coger el coche de un cliente, lo vendía a nombre de otras persona y desaparecía durante un tiempo. Yo mismo devolví varios vehículos», aseguró el arrestado que identificó a los dos presuntos policías, desde el viernes en prisión. «Yo no hice nada y de lo que me arrepiento es de ceder al miedo por mi hijo y por eso no dije nada hasta ahora», sostuvo tras salir de las dependencias judiciales la semana pasada.