Francisco Saborido: «El exceso burocrático está afectando a la calidad de nuestras investigaciones»

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

El reelegido director del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo avanza que ya hay un proyecto seleccionado para la sede de la ETEA

26 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La plantilla del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) volvió a elegir en las urnas la semana pasada a Francisco Saborido como director, cargo que ocupa desde el 2018. En los próximos cuatro años, confía en arrancar la nueva sede del organismo en la ETEA y apuesta por que se reduzcan los excesos burocráticos para mejorar las investigaciones.

—En el 2018 anunció que trabajaban para que este año estuviese operativa la nueva sede del IIM en la ETEA, pero finalmente no ha sido así. ¿En qué se basa para pensar que en este nuevo mandato saldrá adelante el proyecto?

—En que, en cuestión de días, todo dependerá exclusivamente de nosotros. En el 2018 adquirimos los terrenos y en el 2020 presentamos el proyecto sectorial ante la Xunta. Entonces llegó la pandemia. No tuvimos aprobado este trámite hasta mayo del 2021. Luego realizamos un concurso de proyectos, que, por cierto, era el primero de estas características organizado por el CSIC. Se presentaron 38 propuestas, de modo totalmente anónimo. A día de hoy, ya hay un proyecto seleccionado para la sede de la ETEA y publicaremos en breve el fallo del jurado. El que haya ganado, ejecutará la obra. Ya no hay licitación. Manos a la obra.

—¿Manejan plazos para la construcción e incorporación?

—En cuestión de meses, si no hubiera más pandemias de por medio, iniciaremos las obras. Únicamente habría que tramitar la licencia urbanística con el Ayuntamiento de Vigo. Pero ya es un proyecto imparable. Nuestra esperanza es que el verano que viene tengamos el proyecto completamente definido e iniciar en estas fechas la demolición del edificio actual que hay en la ETEA.

—Disponen de 16 millones de euros para llevar a cabo la actuación.

—Sí, del Ministerio de Ciencia e Innovación. Pero quizás no sean suficientes para el traslado completo de las instalaciones actuales. El edificio proyectado es una ligera ampliación con respecto al centro de Bouzas, con una mejora de la organización del edificio, más óptimo y más moderno. Pero no es mucho más grande. Eso sí, en la ETEA tenemos terreno para crecer.

—¿Qué tal le ha ido al IIM en el reparto de fondos europeos?

—Ya hemos recibido ayudas de distintos organismos de la Xunta de Galicia y del Ministerio. La estrella de este instituto, sin duda, es la captación de 10 millones de euros del Programa de Ciencias Marinas, que es un plan complementario para trabajar conjuntamente con otras comunidades autónomas. Nosotros hemos recibido 3,2 millones y somos el coordinador global de un programa en el que participan 280 científicos. Es un avance muy importante que todos los investigadores de Galicia puedan trabajar en red de forma colaborativa por primera vez.

—¿Les afecta la burocracia? Está ocurriendo en otros organismos científicos nacionales.

—Somos agentes públicos de investigación, que pertenecemos al mayor organismo de nuestro ámbito que tiene España y el tercero de Europa. La burocracia per se no es mala. Es más, es necesaria. Contamos con gestores que, por cierto, no están muy bien tratados por el sistema público, que facilitan nuestras investigaciones. El problema actual es el exceso de burocracia y el exceso normativo, que antes no existía. Esto se impuso con la crisis financiera en el 2012, en un período de austeridad. Hemos acabado en un sistema muy complejo de justificación de proyectos, de adquisición... Hoy, sin ir más lejos, debatía con los gestores de nuestro instituto cómo adquirir ordenadores, que es la herramienta básica de investigación. Los cambiamos cada seis meses porque es una herramienta de trabajo. Esa falsa austeridad nos ha perjudicado muchísimo.

—¿Qué efecto tiene todo esto en sus investigaciones?

—Los agentes políticos todavía no han sabido solucionar este exceso burocrático, que está afectando a la calidad de nuestras investigaciones. A veces, continúan su curso a base de la voluntad y del esfuerzo personal de los investigadores.

—¿Afecta a alguna área en particular?

—Es un problema transversal. Nos está afectando a todos.

«Las sedes del IEO han ido a Santander y a Murcia porque sus responsables están allí»

A mediados de este año, el Gobierno central anunció que la sede de Pesquerías del Instituto Español de Oceanografía (IEO) se trasladaba a Santander y que la de Acuicultura iba a parar a Murcia. Estas decisiones se tomaron en un proceso de descentralización de las diferentes disciplinas científicas orquestado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Francisco Saborido considera que se ha generado un excesivo revuelo con esta decisión y que el concepto de sede ha quedado de algún modo difuso. Defiende, por encima de este cisma, la hegemonía de Vigo en el campo de la investigación oceanográfica.

—El pasado marzo, el IEO se integró en el CSIC. ¿Qué resultado ha dado?

—Existió cierto debate al principio, pero eso siempre es bueno en cualquier ámbito científico. La integración del IEO no nos afecta en el sentido de que no se ha creado un instituto que compita contra nosotros. Es un organismo hermano. Yo, por ejemplo, trabajo en Pesca desde hace 33 años y mano a mano con el IEO. Tenemos una buena oportunidad para que esta colaboración sea mucho más sencilla.

—¿Qué le parece que las sedes del IEO hayan ido a parar a Cantabria y Murcia?

—Creo que hubo cierta confusión. El IEO está dividido en tres áreas, todas ellas con un responsable. Lo que ha pasado es que uno de ellos es de Murcia y el otro es de Santander. Parece que la sede se va para allí, pero no existen como tal. Cuando mañana se nombre a otro, estarán allí las sedes. El IEO de Vigo es el más grande de todos. Es una potencia pesquera y no dejará de serlo. Se ha generado un poco de ruido. El debate existió más bien sobre la integración del IEO. Llevan un año en este proceso y no han cambiado sus capacidades.