«Mi madre nos amenaza de muerte»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

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alejandro martinez molina

El trastorno que sufre una ciudadana de Vigo causa alarma en una comunidad de vecinos. Su hija pide ayuda para que la diagnostiquen y den tratamiento

23 nov 2022 . Actualizado a las 01:21 h.

«Pido una solución, que alguien la valore y la trate porque, por voluntad propia, ella no va a ir a la consulta de ningún especialista». Es la demanda desesperada que hace una viguesa por los trastornos de conducta que sufre su madre, con la que convive en un piso del edificio Boavista, en García Barbón. Los delirios que empezaron a manifestarse hace unos años se agravaron durante la pandemia, hasta el punto de que Carmen cree que podría llegar a representar un peligro para los demás. «No le puedes decir nada en pleno brote porque te levanta la mano y amenaza de muerte. Llegará un día en que, si la dejamos así, igual lo hace», asegura con preocupación.

Las veces que Carmen ha intentado que un especialista diagnostique a su madre han sido inútiles. «Llamé al médico de cabecera y le expliqué lo insostenible de la situación. La respuesta fue que, si no se hace daño a sí misma o a los demás, no se puede hacer nada porque es mayor de edad y no se quiere tratar voluntariamente», afirma. Los servicios sociales del Concello tampoco han podido ponerse en contacto con ella porque no les abre la puerta.

También ha avisado a la policía y al 061, pero cuando ha llegado una patrulla o una ambulancia, ella actúa con normalidad. La comunidad de propietarios de Boavista se pregunta si, para empezar a tomar medidas, habrá que esperar a que cometa alguna desgracia, como el crimen de la calle Zamora, ocurrido hace un mes.

Denuncia por daños

La mujer causó daños en el ascensor del edificio con un martillo y ha amenazado a los vecinos. La comunidad de propietarios la denunció y resultó condenada. Los residentes cuentan que muchas veces grita y hace ruido con los cacharros de cocina. Su estado causa una gran alarma en el inmueble, donde han reunido firmas que han entregado en la Fiscalía para reclamar a las autoridades competentes una solución para esta señora que a ellos les devuelva la tranquilidad. El Ministerio Público ha promovido en el juzgado que se ordene la valoración psiqiátrica y un tratamiento médico, así como medidas de apoyo jurídico para la hija.

Los vecinos aseguran que los ruidos son a cualquier hora del día o de la noche. La mujer abre la ventana que da a un patio interior y empieza a golpear con sartenes y tarteras. «Era una vecina más y encantadora, pero se vuelve violenta y te quiere pegar. Tienen que hacer algo», afirma una de sus vecinas. «Viene a mi puerta y no duermo ni de noche ni de día», dice

La hija afirma que, desde el confinamiento, su madre empeoró muchísimo y empezó a obsesionarse con que le hablaban a través de la televisión e Internet. «Llegó un momento en el que, para ducharse, bajaba los plomos», afirma. La manía persecutoria que sufre desde entonces le llevó a romper con un martillo el teléfono móvil que había perdido, pensando que se lo habían manipulado.

Carmen no puede abrir las ventanas del domicilio porque su madre las ha clausurado con silicona para evitar que nadie acceda al interior y en el baño ha colocado un cristal fijo. «Hemos llegado a la conclusión de que escucha voces porque se enfada sola, grita e insulta», afirma. La mujer habla sola cuando va por la calle o mira por la ventana. El padre de Carmen se ha tenido que marchar del domicilio porque «con la situación actual y con la ley, si ella lo denunciara tendríamos un problema mayor», afirma. La hija dice que la situación repercute en su salud, puesto que es diabética de tipo 1.

«No puedo estar viviendo así. No hay una noche que la duerma entera, porque es imposible», afirma.