Entrenador de balonmano y aspirante a alcalde

M. V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

CEDIDA

El exjugador y técnico del Novás Carlos Rodríguez es el candidato del PP en O Rosal para las próximas elecciones; es nieto del primer regidor del pueblo en democracia

31 oct 2022 . Actualizado a las 07:51 h.

Tanto la política como el balonmano son pasiones que le vienen de familia a Carlos Rodríguez Vicente (O Rosal, 1993). A día de hoy, las compagina, pero reconoce que «si las cosas salen bien», puede que tenga que plantearse un cambio de escenario. Porque ayer fue anunciado como candidato a la alcaldía de su municipio natal, el mismo del que fue regidor local su abuelo, José Luis, durante 20 años (1979-1999). Responsable de la gestora local del partido desde enero, dejó de jugar la temporada pasada, pero continúa como entrenador de la base del Novás.

Rodríguez Vicente recuerda que empezó en el balonmano porque su hermano jugaba y le animó a probar. Tenía nueve años cuando creó un vínculo que ya nunca se ha roto. También por herencia familiar le vino un interés por la política al que no pone fecha de comienzo, pero que afirma que viene de lejos. «Al haber sido alcalde mi abuelo tantos años, siempre estuve ligado. Me llamó la atención desde siempre», señala.

Finalizada la temporada pasada, dejó de jugar, pero asegura que no fue una decisión que estuviera relacionada con los nuevos proyectos que venían en camino. «Fue independiente. Estos últimos años estaba jugando en A Cañiza, que aún es buen rato de coche y me lo estaba pasando mejor entrenando que jugando», señala. Le apetecía tener «más tiempo» para sí mismo y lo que sí admite es que la faceta política le «ayudó» a dar el difícil paso de colgar las botas después de tanto tiempo.

Su periplo deportivo le llevó a jugar, tras el que califica como el equipo de su vida y en el que ha sido el último de su carrera, en el Cisne y en un equipo de Madrid, a donde su familia se trasladó durante una etapa debido al trabajo de su padre. Jugó también en selecciones autonómicas tanto allí como en Galicia y, luego, ha sido también él seleccionador de categorías inferiores.

En el Novás estuvo como jugador hasta el 2018, pero ahora continúa en los banquillos. «Ayudo a los más pequeños, intentando que les guste el balonmano. Por ahora, tengo un compromiso hasta final de temporada y, después, ya se verá», indica el que también es estudiante de Derecho, a punto de finalizar la carrera.

Con sus responsabilidades actuales, asegura que no le ha sido complicado poder hacer frente a todas. «Hasta ahora, lo compagino bien. Entrenar a los niños es algo que me alivia, una vía de escape que me ayuda a relajarme», cuenta. Actualmente, las mañanas son para «estudiar y para los temas políticos», mientras que las tardes son tiempo de «familia, aficiones y balonmano». Admite que hace algunos «malabares», pero que lo lleva bien.

En el club y en su entorno no falta alguna broma sobre su faceta política, incluso sobre la de su familia antes de estar él tan metido en el ajo. «Siempre es con respeto, de manera divertida. Son llevaderas y desde el cariño. Se piensa que la política es un ámbito inaccesible, y no», zanja.

Los consejos del abuelo

Rodríguez Vicente dice que es «un orgullo poder seguir los pasos» de su abuelo y del sucesor de este , «dos alcaldes que pusieron en el mapa al pueblo», reivindica. Su familiar está orgulloso y le da consejos «aunque sabe que no es lo mismo cuando él era alcalde que ahora».