La ejecutiva que formula el futuro del motor: «Robotizamos sin despedir»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Química de formación, Consuelo Domínguez dirige GKN en Vigo, una empresa auxiliar del automóvil con más de 800 empleados. «Hay que trasladar a las mujeres que lo pueden hacer, es valentía», sostiene

05 nov 2022 . Actualizado a las 22:40 h.

Coches de todo el mundo se mueven gracias a las piezas de acero que se fabrican en la planta de GKN Driveline en Vigo, antes Indugasa. La factoría de la industria auxiliar del automóvil produce a diario diez mil transmisiones laterales —conjunto de piezas que conectan las ruedas con la caja de cambios— para las principales firmas automovilísticas. La contundente sutileza de esta maniobra de ingeniería se puede comparar con el liderazgo de Chelo Domínguez (Vigo, 1972) que dirige la que es una de las plantas de referencia del grupo en Europa, con más de 800 trabajadores. La factoría de Balaídos está llamada a ser el segundo centro más productivo del grupo internacional con sede en el Reino Unido.

Mujer, viguesa y formada en la empresa donde llegó hace ahora 22 años, el perfil de esta ejecutiva dista mucho de los directivos habituales del sector. Consuelo Domínguez estudió Química sin imaginar que, poco después de iniciar su vida laboral, cambiaría las probetas por el acero. Empezó en el departamento de calidad y ha ido ascendiendo en diferentes segmentos de la firma, se ha adaptado a un universo de ingenieros con la misma naturalidad con la que dirigió una profunda reconversión industrial en la planta, incorporando la automatización sin parar de producir. «Hemos robotizado sin despedir, sin perder puestos de trabajo. Lo hemos compensado con nuevos productos y líneas de trabajo. Automatizar no destruye empleos, hay que ser competitivo. Le hemos demostrado a GKN que la planta de Vigo es fuerte y que hacemos lo que decimos».

GKN ha aumentado producción en plena pandemia, los coches eléctricos suelen llevar tracción a las cuatro ruedas y esto ha multiplicado la demanda de las transmisiones laterales que salen de Balaídos y también de las juntas homocinéticas —piezas circulares que transmiten el movimiento en el centro de la rueda— de las que se fabrican 35.000 cada día. Dentro del grupo internacional, el centro vigués es una referencia en productividad y eficiencia. «No competimos en costes sino en innovación. Tenemos un taller que fabrica los prototipos de las juntas lado-rueda para todo el grupo. Aquí empezamos a desarrollar los productos que luego industrializamos en la fabricación». Stellantis es el principal cliente al que suministran desde este laboratorio del acero, que tiene más de 650 máquinas.

«Apagamos todo»

Las fábricas aplican en estos tiempos estrategias de ahorro energético como las de toda la vida. El ir por la casa apagando luces se ha exportado a las empresas que están asfixiadas por unos costes energéticos disparados. «Ahora apagamos todo cuando no trabajas en un turno en una zona. Antes no se hacía porque reiniciar una célula en la producción tenía su impacto, pero ahora, si no fabricas, intentas tener el consumo mínimo», explica Domínguez que estudia posibilidades para instalar placas fotovoltaicas. «Me gustaría tener una situación más tranquila en el sector para poder dedicar más tiempo a la producción diaria. Hoy en día estás tan preocupado con lo que va a venir que no te deja tiempo para trabajar con tu gente. En los últimos tres años ya he pasado por todo, he hecho varios máster en dificultades de gestión». Los parones en Stellantis complican las previsiones y el precio del acero aumenta los costes. Es la tormenta perfecta, pero a pesar de las dificultades han conseguido capear el temporal, lo que no ha impedido tener que recurrir a un erte.

Otro reto aún mayor es el de incorporar mujeres a los puestos directivos. «A nivel de directores de planta solo tengo una compañera, responsable de una planta de Suecia. En las reuniones siempre soy yo sola, o como mucho dos, en medio de quince hombres». En la factoría, el número de empleadas no llega al 6 %, aunque Domínguez asegura que hace lo que puede por aumentar el porcentaje, pero hay un problema de origen: la formación necesaria para trabajar en la planta es FP2 en la rama de Mecánica, una titulación que apenas matricula a alumnas. «Quiero trasladar a las mujeres que lo pueden hacer, no hay ninguna condición especial, llegar aquí es valentía y hacer lo que te gusta lo mejor posible. En mi caso, tener un buen dominio de inglés me ayudó muchísimo».

Satisfecha de ser profeta en su tierra, Domínguez lleva con orgullo el haber sido pregonera en las Fiestas de la Reconquista de Vigo en el año 2019: «Soy de Vigo aunque ahora vivo en Tui». Hasta la ciudad olívica se desplaza cada día en un coche híbrido que conoce a la perfección. «Entiendo de coches un poco más que la mayoría, eso sí. Los primeros años en la empresa me los he pasado en talleres y concesionarios viendo los bajos de los coches». Cocinera antes que fraile.

Su canción favorita

«Killing Me Softly With His Song», de Fugees. «Me recuerda a los años en los que cursé el posgrado en la Universidad de Leicester, en 1996, tras terminar la carrera de Química. Es una época que me ha marcado mucho, me ha dado experiencia y me ha enriquecido. Animaría a todos los estudiantes a que hagan lo mismo».