Los narcocorridos vigueses de los Duques de Monterrey, a la conquista de México

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

cedida

El grupo inicia mañana en el D.F. una gira por cerca de 20 escenarios y con músicos locales

26 oct 2022 . Actualizado a las 00:07 h.

Los vigueses Linda Lamarr e Indy Tumbita llevan ocho años masticando lentamente pero con pasos firmes, un proyecto enraizado con la música popular mexicana que se encuentra ahora con la horma de su bota y el perímetro de sus sombreros charros. Ambos músicos tienen un currículo a sus espaldas que va desde el punk de Pussycats, Tumbitas y Ex-Mums a Joao Tomba, The Voodoo Bandits o Heroínas (que acaban de estrenar su nuevo disco, Hocus Pocus), pero lo que confluye en este dúo con singular porte va más allá de todo lo esperado. Los ritmos y letras desgarradas de la ranchera comparten playlist con la versión del narcocorrido de las Rías Baixas. Y con ese repertorio se lanzan a recorrer México durante casi un mes, en una gira que esperan con disparos pero al aire y de júbilo.

La gira, que comienza mañana, miércoles, en la sala Wicklow de la capital del Distrito Federal, les llevará por cerca de una veintena de escenarios, casi todos en el área de Ciudad de México, pero también en otras localidades como Querétaro, entre Jalisco y Michoacán, aunque lejos de su Monterrey al que irán algún día.

Aunque el mundo de los conciertos está tan globalizado como casi todo en el siglo XXI, sin embargo no es muy habitual que bandas locales, que además tocan un palo de una tradición que están haciendo suya pero no lo es, crucen esa frontera. Tan raro como si un grupo mexicano llega a Galicia con la carpeta llena de canciones folk, gaitas y panderetas. Además. Los Duques de Monterrey han cruzado la peligrosa línea del narcocorrido, género o subgénero en el que en México se ensalzan las bondades de los capos de las mafias de la droga. La versión de los vigueses introduce la clave gallega en ese cosmos, pero con puntualizaciones. Linda Lamarr explica que sus narcocorridos de batea se parecen más a la crónica o la crítica social: «Relatamos historias que son o pudieran ser ciertas, en el ambiente gallego.Las causas por las que ocurren ese tipo de desgracias suelen venir de Estados fallidos que no hacen su trabajo y olvidan la educación de la gente. De todas maneras, nosotros no juzgamos, mostramos. Y el narco, además, se dedica a otras cosas. Nosotros, a la música», subraya.

La viguesa resalta también la conexión por la delgada línea que separa vivos y muertos en ambas culturas, con nuestra Santa Compaña y su Día de los Muertos, que vivirán in situ tocando además en un gran festival. Los artífices de todo esto son sus amigos mexicanos Los Compadres Muertos. «Edu, el líder de la banda, nos gestionó esta gira, que por cierto está súper bien promocionada. Hemos hecho un montón de entrevistas previas en varios programas. Estamos causando mucha curiosidad», cuenta, ilusionada, añadiendo que no perderán el tiempo porque el poco libre que tienen lo van a aprovechar para grabar un disco que se sumará al ep De asuntos perros (solo en internet) y a su debut en cedé Chili con Grelos. En la gira Los Duques de Monterrey tocarán con una banda mexicana, «reputados músicos como el acordeonista Ramoncito Sánchez, el batería Erik el Vikingo y el guitarrista Uriel», añade. Entre las actuaciones previstas, les espera una en El Choco, un espacio parecido al Rastro madrileño, «donde tocaron Los Ramones ante más de cinco mil personas», apunta. Canciones de José Alfredo Jiménez o de Rocío Dúrcal, temas como El Rey, Volver o Camelia, sonarán junto a sus propios temas con acento vigmex.