Las administraciones, industrias y particulares deben afrontar un cambio de mentalidad respecto al uso del agua
23 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Suele decirse que buena parte de los incendios se apagan en invierno aplicando medidas de prevención. Con ese mismo principio, estos días de lluvias continuadas, que ayudan a mitigar pero no resuelven el problema, son el mejor momento para recordar que tenemos que prepararnos para la próxima sequía, que llegará pronto. Se trataría de adoptar las medidas cuando no estamos en situación de emergencia, precisamente para evitar llegar a una situación de emergencia.
La primera medida, aparentemente sencilla, es en realidad la más complicada: tenemos que cambiar nuestra forma de pensar para desarrollar individual y colectivamente una nueva cultura del agua que la considere siempre ? independientemente de que estemos en períodos de sequía o no ? como un bien escaso a conservar y utilizar de forma responsable. Si interiorizamos esta manera de pensar, las medidas concretas son sencillas de aplicar y para ese cambio en nuestra percepción del agua sería una gran ayuda un pago por consumo real, que no se diluya con un aumento de tasas fijas de un 256 % que al final solo sirve para perpetuar la cultura del derroche si finalmente hagamos lo que hagamos pagaremos más o menos lo mismo aunque cerremos los grifos.
En primer lugar hagamos una investigación de fugas, empezando por las más evidentes como grifos y cisternas (un solo grifo que gotea significa perder unos 30 litros diarios), sin olvidar las fugas ocultas. Un método sencillo consiste en revisar lo que marca el contador del agua al salir de casa. Si al regresar la cifra ha aumentado, significa que tenemos una fuga oculta. Instalemos aireadores y reductores de caudal en grifos y duchas, y si renovamos nuestras lavadoras o lavavajillas, apostemos por los modelos más eficientes en el uso de agua y energía y recordemos utilizarlos siempre a plena carga y con programas ecológicos que optimizan consumos y temperatura del agua. Por otras latitudes empieza a ser frecuente la instalación de sistemas de fontanería en baños y cocinas pensados para reutilizar el agua, por ejemplo utilizando la de duchas y lavamanos para rellenar las cisternas. Sin llegar a ese nivel de optimización, siempre podemos instalar en las cisternas sistemas de doble descarga que aportan diferente cantidad de agua en función de las necesidades, y recordemos que el WC no es una papelera.
Duchas breves, grifos cerrados al cepillarnos los dientes y al fregar los cacharros y cerrar ligeramente la llave de paso general son pequeños gestos que reducen el consumo. Son algunos ejemplos de las medidas que se pueden adoptar en nuestros hogares para un uso consciente del agua, pero tampoco debemos olvidar que las medidas individuales, siendo imprescindibles, son insuficientes. Si el agua embalsada en Eiras se destinase al consumo humano tendríamos reservas para años, pero no son nuestros hogares los mayores consumidores de agua. Las administraciones deben predicar con el ejemplo en las instalaciones públicas y la gestión municipal en cuanto a riegos y baldeos, para lo que se puede reutilizar el agua de la depuradora y evitar seguir llenando la ciudad de fuentes, ríos y cataratas ornamentales (o “inmensos” parques acuáticos), y hacerlo siempre, no solo en situación de alerta.
La industria, la agricultura y la ganadería industrial deben priorizar el ahorro y la eficiencia en todo el ciclo de sus procesos productivos, y ser penalizados si no lo hacen. Embalses como Zamáns y Baíña podrían ser dragados en cuanto aumenten las reservas de Eiras recuperando un 30 % de su capacidad, sin apenas impacto ambiental y muy bajo coste (y atrevernos algún día a hacerlo en Eiras). Recordemos que en el siglo XX la población mundial se triplicó, pero el uso del agua se sextuplicó. Hoy millones de personas sobreviven con menos de 12 litros de agua al día, pero cada vigués y viguesa utiliza una media de 142 litros diarios de agua directamente al que debemos añadir el doble para producir nuestros alimentos.