Vecinos de Teis ponen alarmas en sus casas por miedo a los okupas

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

Alejandro Martínez

La sensación de inseguridad crece en Cacharela por la impunidad de los intrusos

04 oct 2022 . Actualizado a las 21:10 h.

El temor a los okupas ha hecho que muchos vecinos del Camiño de Cacharela, en Teis, hayan puesto alarmas en sus casas. El detonante ha sido los intrusos que, con total impunidad, se hicieron los dueños de la vivienda unifamiliar de una madre que falleció el año pasado y que había dejado en herencia a sus hijos. Esta invasión de una propiedad privada sin que las fuerzas del orden lo hayan podido evitar ha causado una gran alarma social en el barrio que se encuentra en el límite del Concello de Vigo con el de Redondela, cerca de la playa de Arealonga.

Los residentes tienen ahora una sensación de inseguridad en sus domicilios y muchos han empezado a tomar medidas para protegerse. Temen que sus casas puedan ser okupadas o que puedan llegar a ser víctimas de robos. «No tengo porqué vivir con miedo y mi hijo llorar todo el rato y tenerlo que meter en cama con nosotros porque está aterrorizado», afirma Verónica Portela.

Su casa está pegada a la okupada y las fincas están separadas por un muro de poca altura que es muy sencillo atravesar. Asegura que en su casa no tiene nada de valor que pueda interesar a los amigos de los ajeno, pero se pregunta «¿y si okupan mi casa también?».

Esta situación les ha generado un gran nerviosismo y es el motivo por el que han decidido poner una alarma después de la okupación de la casa de sus vecinos.

Para tranquilizar a su hijo de siete años, muy impactado por lo sucedido, afirma que «en casa ya no se habla del tema para que no se pase todas las noches llorando». Decidieron poner la alarma porque asegura que «no podemos vivir así. Mi marido y yo trabajamos. Ahora estoy de días libres, pero normalmente salgo por la mañana y hasta la noche no llego. Estamos todo el día fuera. Antes salía de mi casa y dejaba las ventanas abiertas. Ahora tengo miedo de que entren o me roben», afirma.

El dispositivo de vigilancia durante las 24 horas del día que les ha devuelto cierta tranquilidad cuenta con sensores de movimiento en todas las habitaciones. «Cuando vinieron a instalarla, el chico me dijo que lo estaba controlando desde la ventana de arriba y cuando vino con los carteles se puso a silbar», afirma.

La inquietud se palpa en el resto del vecindario. Una residente afirma que por la noche, en la casa de los okupas, se escucha ruido «de estar rompiendo cosas». Afirman que salen de madrugada con carritos. «Es vergonzoso que tengas tu casa y que te la quiten de esta manera. Queremos que se tomen medidas y que la ley actúe rápido», señala otro vecino.

Intruso merodeando

Los hechos que han generado tanta preocupación en el barrio sucedieron el pasado día 18. Verónica Portela señala que esa semana ya vieron a un desconocido merodeando por la zona y les causó una gran extrañeza. Los okupas entraron en una vivienda donde no vive nadie porque su propietaria falleció en febrero del año pasado. Sin embargo, sus dos hijos la utilizan de forma ocasional con sus respectivas familias porque se encuentra muy cerca de la playa. La vivienda está tal cual la dejó la señora antes de morir, con todas sus pertenencias y recuerdos personales y enseres de gran valor sentimental. Los vecinos han visto a los okupas sacar cosas fuera del inmueble. Temen que estén desvalijando la casa y vendiendo cosas.

Lo triste, señala Consuelo Lago, casada con uno de los herederos, es que ahora tienen que gastarse una cantidad que para ellos representa toda una fortuna en contratar abogados para recuperar su vivienda cuanto antes. Y hasta que no llegue ese momento, deben seguir pagando los recibos del agua y de la luz que generan los okupas.

La Policía no desalojó la casa porque no pudo demostrar cuándo fue la okupación

 

 

Los propietarios de la vivienda del camino de Cacharela denunciaron que la policía no actuó durante las primeras 48 horas de la okupación. Critican que no hicieron nada ante un delito de allanamiento de morada. Desde la comisaría de Vigo, respondieron ayer que los agentes no pudieron acceder a la vivienda al no ser capaces de demostrar desde cuándo estaba okupada. «La detención y entrada en un domicilio depende de la inmediatez, comprobar que es un delito flagrante y de la titularidad del domicilio», señalaron.

Una patrulla tuvo que intervenir por segunda vez el miércoles tras recibir una llamada a la sala del 091, aunque no por allanamiento ni okupación de la vivienda. Según explicaron portavoces de la Policía Nacional en Vigo, los propietarios de la casa avisaron de daños en un cuadro eléctrico. Los okupas permitieron la entrada a los agentes, que comprobaron los hechos e informaron de lo sucedido. Consuelo Lago afirmó que, como tienen contratada la mínima potencia, manipularon el cuadro eléctrico rompiendo el precinto para poder utilizar el suministro a su antojo sin que se les corte la luz.

Juicio rápido

Para el martes de la semana que viene está señalado un juicio rápido en el Juzgado de Instrucción número 3 de Vigo. Las partes recibieron ayer la notificación. La vista se podría retrasar si los acusados piden un abogado de oficio ante la falta de recursos. Los agentes identificaron a dos personas dentro de la casa, pero los vecinos vieron cómo había un tercero que se escabulló por detrás de la vivienda para evitar ser reconocido.