Sabotean con pegamento y palillos las puertas de la excolegiata de Cangas

Monica Torres
MÓNICA TORRES CANGAS / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

La Guardia Civil investiga hasta tres delitos de daños en lo que va de mes

21 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La Guardia Civil investiga el sabotaje en cerraduras de la excolegiata de Cangas. Durante este mes ya han sido tres las ocasiones en las que autores desconocidos han inutilizado cerraduras de la iglesia de Santiago de Cangas e Illas Cíes introduciendo palillos y pegamento en los bombines. El párroco, Severo Lobato, indicó a La Voz que desconoce cuáles son los motivos que subyacen en estos hechos que, en cualquier caso, «provocan un quebranto a toda la colectividad y que serían especialmente graves en caso de que hubieran coincidido con la celebración de algún oficio especial como un entierro o una misa solemne».

No entra el párroco a valorar posibles intenciones y deja la investigación en manos de la Guardia Civil, que es la que instruye diligencias. El sacerdote asegura que no ha recibido ninguna queja sobre el tañido de las campanas y no vincula estos hechos con la vieja polémica de los ruidos, pero es una hipótesis, toda vez que entre los años 2017 y 2020 se presentaron numerosas quejas en el Concello de Cangas por el sonido. El gobierno local llegó a encargar mediciones a la empresa Virocem a raíz de la confrontación vecinal que se desató hace cinco años pero que enmudeció la pandemia.

El informe de diciembre del 2017 reveló que los niveles sonoros de las campanas superaban los límites que determina la normativa de contaminación acústica en el atrio y en un tramo de la calle Real, pero no en el interior de una vivienda próxima. En el 2018 hubo otra medición cuyos resultados no trascendieron y la polémica también se acalló desde entonces sin que se hubieran presentado quejas recientes.

Y de repente aparecen tres sabotajes muy seguidos. En dos ocasiones se actuó desde el interior de la propia iglesia ya que se dañó la cerradura de la puerta que da al campanario. «Una de las veces pudo limpiarse, pero la otra hubo que cambiarla», confirma el sacerdote. Se trata de una puerta, apunta, «que da acceso al órgano y al almacén en el que se guardan elementos de ornato y liturgia y, a veces, objetos de algún vecino, por lo que causa un mayor quebranto». Otra vez se toparon con que habían inutilizado la cerradura del acceso principal a la iglesia, aunque consiguieron limpiarla y no hubo que cambiarla por una nueva.

Alguno se perdió la misa

Más allá de los daños materiales, el impacto ha sido de momento anecdótico ya que el día que no pudieron sonar las campanas para llamar a misa algún vecino se la perdió. El párroco asegura que, por lo demás la vida parroquial «continúa con absoluta normalidad», pese a estos incidentes. Insiste en que la mayor gravedad sería porque afectasen a algún servicio especial si bien, en todo caso, el daño lo sufre la colectividad de fieles y de personas que acuden al templo también por turismo.

Será la investigación la que pueda arrojar algo de luz sobre el caso y determinar si se trata de unos meros hechos de vandalismo o hay alguna otra intencionalidad detrás. La Guardia Civil abrió diligencias tras la pertinente denuncia e investiga un presunto delito de daños.

Pero las campanas siguen sonando con absoluta normalidad. Tres veces al día ofrecen su canto, a las 8.30, al mediodía y a las 19.00 horas. De forma excepcional, para cualquier funeral.