«Tengo 80 años y no puedo saltar por encima de tuberías para entrar en casa»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

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Las canalizaciones llevan dos meses por fuera en 300 metros de una calle de Teis

17 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Tengo 80 años y no puedo saltar por encima de la tubería». Es la queja de Nieves, una vecina de la calle Párroco Don Serafín, en Teis. La señora entra con dificultad en su casa sorteando el colector del abastecimiento y señala que «es un peligro». Las tuberías discurren por la superficie a lo largo de los dos márgenes en un tramo de unos 300 metros de la calle.

Enrique Ordóñez, histórico sindicalista, señala que llevan así desde hace más de dos meses y no saben cuándo volverán a soterrar la red para solucionar el problema. Ahora el agua sale siempre caliente cuando abren los grifos en sus casas. Con unos colectores expuestos continuamente al sol, la temperatura aumenta. Es bueno para ducharse y ahorrar energía, pero también necesitan agua fría en sus hogares. «Para lavar el pescado, tengo que meter el agua en la nevera», afirma Ordóñez.

Los vecinos señalan que este verano se produjo una avería en la red de abastecimiento en varios tramos de la calle. Para no picar toda la avenida, los operarios optaron por una solución provisional, consistente en instalar a modo de baipás dos largas tuberías a cielo abierto.

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Para los residentes de la zona, se trata de una «chapuza» que no debe prolongarse por más tiempo y urgen al Ayuntamiento a que encargue un proyecto de soterramiento de la red para no crear una imagen «tercermundista» del barrio. También creen que es un problema de seguridad, puesto que las personas mayores pueden caerse y hacerse daño. Los tubos pasan por delante de sus casas. En algunos puntos, están fijados con cemento para evitar que invadan la carretera. «Qué les costaría hacer una canaleta, pero no, me dejaron un molote de cemento. Estamos abandonados», se queja Enrique.

Quejas al alcalde

Como es miembro de la comisión creada para recordar la huelga de 1972, hace unos días tuvo una reunión con el alcalde de Vigo en la que aprovechó para exponerle este problema. «Le dije a Caballero que no soy ningún pelotas ni ningún palmero, que le escribí una carta certificada a él, a Carmela Silva y a Carlos Font. También le mandé un correo electrónico a su secretaria. Entonces el alcalde me contestó que había hablado con el monaguillo, pero que ahora lo estaba haciendo con el cura y que se lo mandara todo por correo electrónico, pero no me contestó nada, y seguimos igual», se queja

Las roturas de la red son una constante. El alcalde, Abel Caballero, señala que gracias a la renovación de redes que han emprendido bajo su mandato, han conseguido evitar muchas incidencias y evitar fugas masivas de agua que suponían todo un desperdicio de un bien escaso. Pero todavía se siguen produciendo algunas roturas como las que padecen los vecinos de esta calle de Teis, por cuya solución siguen esperando. Reclaman que no se prolonguen por más tiempo los trámites administrativos para poder adjudicar la obra. «Nos sentimos impotentes. Por lo menos que venga alguien a decirnos cuándo lo van a arreglar», asegura este portavoz vecinal. Temen que haya que levantar toda la calle para solucionar las roturas, por lo que el proyecto deberá ser aprobado por la Junta de Gobierno Local, con sus correspondientes plazos.

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Otras carencias

Enrique Ordóñez señala que en el barrio tienen otras carencias y que llevan más de 20 años pidiendo mejoras en esta zona de Teis cercana al parque de A Riouxa. «Tenemos muchos problemas. La carretera está rota por todos los lados», dice. La calle tiene un intenso tráfico y carece de suficientes espacios peatonales. «Faltan un 40 % de las aceras. Los coches a veces pasan a 80 y 90 kilómetros por hora, cuando hay una señala de 30».

Señala también que frente a la gasolinera hay un vial que no tiene señales. «Cuando pasan los coches, como es tan estrecho, la gente tiene que subirse a los muros», critica. En otro vial hay una señal de prohibido que nadie respeta porque está mal puesta. «No tenemos seguridad para cruzar a la calle con nuestros niños», se queja.

Los vecinos de la zona también demandan islas de reciclaje para poder separar los residuos en sus viviendas y llevarlos a sus correspondientes contenedores de recogida selectiva. Reclaman a la administración local que establezca un plan para ir introduciendo mejoras que llevan mucho tiempo pendientes.