El auge del deporte generaliza la infiltración para muchas lesiones

Ángel Paniagua Pérez
Á. Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

La radióloga Raquel Prada infiltra a una paciente, Conchi, guiándose por la ecografía
La radióloga Raquel Prada infiltra a una paciente, Conchi, guiándose por la ecografía M.MORALEJO

Los radiólogos de Povisa atienden cada vez a más pacientes, no solo en el diagnóstico sino también en el tratamiento

15 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los tratamientos de las lesiones musculares mediante la infiltración de fármacos son cada vez más frecuentes. «Cada vez vemos más lesiones deportivas porque todos somos deportistas», constata la radióloga Raquel Prada, especializada en patología musculoesquelética en Povisa, donde tratan a deportistas de élite y también a ciudadanos corrientes que hacen ejercicio por placer. Notaron un bum de lesiones con el fin del confinamiento del 2020, cuando la gente podía salir de casa por primera vez en tres meses; ahora ya se ha ido normalizando.

Pero en general, son enfermedades con una incidencia creciente y en las cuales los radiólogos reivindican su papel, no solo en el diagnóstico sino también en el tratamiento de la lesión. «Nosotros aportamos precisión, porque nos guiamos por una prueba de imagen, así que siempre infiltramos en el sitio correcto», dice Prada. En Povisa, lo habitual es que los lesionados sean atendidos por un traumatólogo, reumatólogo o médico rehabilitador. Si el paciente cumple unos criterios, se lo remite al radiólogo.

En el 2009, explica, cada semana tenían tres jornadas de ecografía en patología musculoesquelética. Ahora tienen ocho. «No solo son las lesiones, la población también tiene más conciencia de la salud, si va a hacer un maratón, quiere saber si está bien», dice.

Entre las lesiones que tratan muchas tienen que ver con el uso excesivo, como las fascitis plantares. También intervienen en tendinitis en la rodilla y en el hombro, o trocanteritis (en la cadera). Suelen utilizar infiltraciones de distintas terapias (habitualmente corticoides y también plasma rico en plaquetas), aspiraciones (cuando hay calcificaciones) o drenajes. Los tratamientos suelen ir asociados a la fisioterapia. «Permiten acortar el tiempo de recuperación; si un hematoma tarda cuatro meses en desaparecer, puedes convertirlo en un mes», explica la radióloga.