«Ya llueve y tenemos el mar en casa»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Las aguas pluviales de la A-55 provocan riadas en la calle Paz Pardo de Vigo

10 sep 2022 . Actualizado a las 00:15 h.

Los vecinos de la calle Paz Pardo, en Lavadores, están desesperados porque, cada vez que llueve con intensidad el agua baja con fuerza en forma de riada y provoca daños en sus propiedades. La tromba procede de la autovía y la zona comercial de Meixoeiro, que no tiene canalizadas las agua pluviales, que discurren libremente calle abajo invadiendo todo a su paso.

La Junta de Gobierno Local adjudicó ayer las obras para la colocación de un colector y un tanque de tormentas que los afectados llevando mucho tiempo esperando para solucionar el problema. Lamentan que los trámites administrativos se hayan prolongado tanto tiempo desde que les prometieron la obra. Creen que podía haberse aprovechado el tiempo seco y ya estar terminada la actuación.

Margarita Martínez es una de las vecinas más afectadas porque todo el torrente pasa directamente por su vivienda, haciendo que su finca se convierta en un río de aguas rápidas hasta que no escampa. Esta situación ha erosionado tanto el suelo de su garaje, que se ha creado un enorme agujero de más de un metro y medio de profundidad. «Ya empezó a llover y tenemos el mar en casa. Aquí da para los embalses y sobra. Empezamos con el calvario», lamenta esta vecina. Señala que el torrente de agua baja con una fuerte intensidad, como si de repente se abrieran las compuertas de una presa. Dice que este problema surgió coincidiendo con la construcción del centro comercial próximo al hospital Meixoeiro. Hasta entonces, las aguas se canalizaban de manera natural por los regatos y no invadían su finca.

El origen del problema se encuentra en el punto kilométrico 5 de la A-55, según han detectado los técnicos municpales. Aquí existe un punto de evacuación de aguas pluviales que resulta insuficiente. La solución aprobada y pendiente de ejecutar consiste en la creación de un depósito de retención y un colector con sus correspondientes pozos y arquetas de conexión que canalicen todas las aguas pluviales.

Retraso

Manuel Costas, representante de la Asociación de Vecinos de Lavadores, lamenta que las obras no hayan empezado todavía cuando les habían prometido que lo harían en abril. El gobierno municipal aprobó el proyecto en noviembre del año pasado y creían que las obras no tardarían mucho tiempo en empezar. No ha sido así y ahora temen que volverán a sufrir inundaciones un invierno más.

El portavoz vecinal añade que la parte baja de la calle Paz Pardo la vegetación tiene mucha maleza sin desbrozar desde hace meses y el agua de la lluvia pasa por el centro del camino. «No se aprovechó nada. Las obras iban a empezar en abril y seguimos esperando y también a que el concejal de Fomento nos reciba para hablar de este y otros problemas que tenemos en la parroquia y que requieren de la atención municipal para poder mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos», señala.

El gobierno local adjudica la instalación de un colector de 486 metros y un tanque

La Junta de Gobierno Local adjudicó ayer a Construcciones Obras y Viales (COVSA) el procedimiento abierto para la contratación de las obras de encauzamiento de las escorrentías superficiales en el contorno de la calle Paz Pardo. El precio de esta actuación es de 227.983 euros, IVA incluido.

El objetivo del proyecto es canalizar las aguas pluviales en las cotas inferiores a la autovía A-55 y el parque comercial Gandariña. Tras un estudio del terreno, se considera prioritario actuar en el tramo de la calle que va desde el número 100 hasta el cruce con la Estrada Vella de Madrid para que cesen los daños a los servicios municipales existentes y a propiedades privadas. La solución planteada es la creación de un nuevo colector y un tanque que permita modificar la trayectoria del agua. El trazado más recomendable es por la calle Paz Pardo en su tramo más alto y por la Subida a Montecastelo, hasta la conexión con la Estrada Vella.

El colector diseñado tendrá 630 milímetros de diámetro y una extensión de 486 metros cuadrados. No se prevé la conexión de aguas pluviales a lo largo del trazado, ya que podrían perjudicarse las comunidades de regantes aguas abajo. Un depósito de cabecera de hormigón reconducirá el agua bien hacia el nuevo colector o hacia el terreno natural mediante unas compuertas.