La Guardia Civil denuncia una fiesta a bordo de yates en las islas Cíes

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

El jefe de la Policía Local de O Porriño fue identificado como dueño de uno de los barcos en los que se celebraban despedidas de soltero con la música a todo volumen en pleno parque nacional

10 sep 2022 . Actualizado a las 00:12 h.

La tranquilidad de las Cíes se quebró en la isla sur el pasado sábado debido a dos estruendosas despedidas de soltero que se celebraron desde sendas embarcaciones de recreo. La Guardia Civil identificó a los participantes de las fiestas e informó a la dirección del Parque Nacional das Illas Atlánticas de estos hechos de los que se derivan posibles sanciones administrativas por incumplir la norma que prohíbe hacer ruido en este espacio protegido.

Entre las personas a las que tomaron los datos, se encuentra el jefe de la Policía Local de O Porriño, Daniel Rodríguez, que estaba a bordo del Balea 3 y al que se le requirió la documentación. La denuncia a la que se enfrenta es tanto por el ruido provocado en el espacio natural protegido por ley como por el uso de altavoces.

La isla de San Martiño carece de acceso por medio de los servicios regulares de transporte marítimo. Precisamente, es el lugar escogido por los bañistas que disponen de una embarcación propia para disfrutar de este paraíso natural lejos del bullicio de las otras dos islas del archipiélago. Pero lo que el sábado podía haber sido un día plácido de comunión con el entorno natural acabó convirtiéndose en una pesadilla acústica para quienes disfrutaban del arenal. Algunos usuarios se marcharon malhumorados del lugar para buscar un sitio tranquilo donde poder disfrutar del fin de semana. Un testigo cuenta que sobre las doce del mediodía llegaron dos yates de unos 10 o 12 metros de eslora que quedaron fondeados en la zona destinada a las embarcaciones, cerca de la costa.

Uno de los barcos estaba tripulado por mujeres, que iban disfrazadas de piratas. Al parecer, habían zarpado del muelle de la marina Davila. La otra embarcación, que se situó a unos 40 metros de distancia, llevaba hombres. «Entre los dos era un espectáculo atronador, con música de un lado y del otro», comentaba el bañista, que pudo grabar parte de la celebración con su teléfono móvil. «Era un volumen espantoso y después empezaron a decirse cosas a través de la megafonía de los barcos y a gritar !viva la novia, viva el novio!», recuerda. Algunos usuarios, indignados, avisaron a la Guardia Civil para dar cuenta de lo que estaba sucediendo. Poco después llegó una lancha del servicio marítimo de la Benemérita. La patrulla se posicionó junto a las embarcaciones y los organizadores de la fiesta pararon la música. El ruido quedó interrumpido durante unas horas, pero los testigos cuentan que, sobre las tres de la tarde, la música volvió a sonar con fuerza. Una de las embarcaciones tenía unos grandes altavoces colgados del mástil. «Incluso más alto todavía», afirma una de las personas que se encontraban en el lugar. A los asistentes a la fiesta se les observaba muy animados bailando con vasos y botellas en la mano. Cuenta que las personas que se encontraban en la zona padecieron un «espectáculo surrealista. El volumen de la música era brutal, como si fuera una fiesta de Ibiza, tal cual».

Usuarios que visitan con frecuencia las Cíes denuncian, además, que hay personas que tampoco respetan las dunas. «Hay unas vallas para que la gente no pase, pero suben igual. Una vez avisamos a la Guardia Civil y nos dijeron que no tenían medios para llegar a la isla Sur», apunta.

Actividad sancionable

Hacer ruido es una actividad que se encuentra completamente prohibida en todo el Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas de Galicia. Forma parte de las normas de acceso de este espacio natural el máximo respeto a la fauna y la flora. El motivo es obvio, no molestar a las especies naturales que habitan dentro de este espacio protegido. «Quedan prohibidos todos aquellos usos y actividades que alteren o pongan en peligro la estabilidad de los ecosistemas o la integridad de sus componentes», reza la normativa.

Concretamente, la emisión de ruidos que perturben a la fauna se encuentra tipificada como una falta de carácter leve dentro del régimen sancionador de la ley que aprobó la declaración del parque nacional. En este caso, las sanciones previstas oscilan desde los 60 a los 600 euros, según se estipula en la Ley Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres. En el caso detectado el pasado fin de semana no cabía duda del exceso de decibelios en el que se incurrió con la música puesta a través de los altavoces que había en las embarcaciones que estaban de fiesta.