Alicia López: «Me estaba hundiendo en una depresión y esto me salvó la vida»

iria Juiz VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Erika y Alicia encontraron una válvula de escape en la práctica del crossfit, deporte que ya se puede practicar en 25 locales especializados de las Rías Baixas

10 ago 2022 . Actualizado a las 12:58 h.

Cuando Erika Franko y Alicia López empezaron en el mundo del crossfit, esta modalidad todavía no estaba plenamente implantada en Galicia. Ha sido en los últimos dos años cuando su auge se ha hecho más patente en las Rías Baixas. Actualmente, solo en Vigo permanecen abiertos unos doce locales especializados en este deporte. A estos, se suman cuatro en Pontevedra y otros nueve que se reparten entre Vilagarcía de Arousa, Cambados, Sanxenxo, Cangas, Moaña, Redondela, Puxeiros y Mos. Cada vez son más las personas que se suman a este fenómeno, basado en los ejercicios de cuerpos militares, policiales y de bomberos.

Alicia, que hacía yoga en un gimnasio, escuchó que se iban a impartir clases de iniciación al crossfit. La curiosidad le hizo probar. De esto hace ya unos cuatro años. «Me motivó porque yo era una persona muy insegura y sentirme fuerte me hacía estar bien», sostiene. Por su parte, Erika fue jugadora de balonmano durante muchos años, pero por motivos de trabajo se le hacía imposible compatibilizar ambas actividades. Abandonó este deporte y estuvo en otro box, pero no fue hasta hace dos años cuando llegó al box X-One, ubicado en Vigo, que comenzaría a tomarse esta disciplina más en serio.

«Es muy duro y muy intenso, pero eso es lo que me gusta, ir a correr me aburre», apunta Erika. «Con el tiempo me di cuenta que el trabajo intenso es como amor odio, lo sufres muchísimo pero te sienta genial», añade su compañera, que nunca volvió a practicar yoga.

Tanto Erika como Alicia entrenan una media de dos horas al día, cinco o seis veces por semana. «La verdad es que no nos costó coger una rutina, porque es algo que haces por placer», comenta la primera, que compite en esta disciplina: «A veces necesitas un objetivo final que te anime a mejorar», añade. Además de una mejora física, ambas encuentran en el crossfit una válvula de escape a sus ocho horas de trabajo. «Descargas la ansiedad, el exceso de energía que tienes acumulada», apunta Alicia López.

Erika, que lleva practicando deporte toda su vida, cree que caer en el sedentarismo sería para ella «entrar en un ciclo muy chungo». No se imagina dejar de practicar este deporte. Su compañera confiesa que fue su salvación: «Yo me estaba hundiendo en una depresión muy grande y esto me salvó la vida literalmente».

Pero el crossfit no es un simple deporte para ellas, sino que se ha convertido con el tiempo en un modo de vida. «Siempre he hecho deporte, pero en otros sitios yo lo hacía y me iba a casa. Al box yo vengo y mientras hago crossfit estoy con mis amigos», cuenta Erika. A pesar de ser un deporte individual, a la hora de realizar los ejercicios el apoyo de los compañeros, dicen, es imprescindible. Según Alicia, compartir momentos tan duros acaba creando lazos entre los integrantes del box.

Tratando de romper con el estigma que aún existe con el crossfit, Alicia y Erika quieren recordar que los límites los pone cada uno. Así, en el mismo box podemos encontrar una persona «que mueve un palo» y otra «que mueve cien kilos». Alicia reitera que «no es un deporte para gente superfuerte, sino para aquellos que quieren esforzarse».

Miguel Ángel López: «Los médicos siempre escapamos de esta intensidad de ejercicio» 

 

El crossfit consiste en alternar una serie de ejercicios de alta intensidad, en los que durante un corto período de tiempo la frecuencia cardíaca se eleva por encima de un 85 %. «Los médicos siempre escapamos de esta intensidad de ejercicio, porque pensábamos que era perjudicial», comenta Miguel Ángel López, jefe de servicio de medicina física y rehabilitación en el hospital Povisa. Pero, con el paso del tiempo, los expertos se han dado cuenta de que entrenar en esa «zona roja» puede aportar beneficios a nivel cardiovasculares nunca antes imaginados.

«En el pasado solo recomendábamos ejercicios como la natación o la bicicleta», en los que la frecuencia cardíaca elevada se mantiene en intensidades moderadas, recuerda el especialista.

Si bien este deporte no se recomienda a cualquier persona, el índice de lesiones respecto a otros más populares como el running, por ejemplo, es considerablemente menor. El crossfit tiene un índice de tres lesiones por cada mil horas practicadas, mientras que el running, diez y doce.

«Es cierto que no se recomienda para pacientes con patologías en articulaciones, ni como primera opción si no has hecho ejercicio en años», pero con una buena base de deporte y teniendo un buen guía no debería de haber ningún problema, comenta el médico. «A lo mejor tus primeras clases tienen que ser de 10 a 15 minutos», dice López, que asegura que no son muchas las personas que llegan a su consulta con lesiones por practicar crossfit.

Aparentemente es un deporte que maneja muchos pesos y que parece muy agresivo. «Cada ejercicio tiene una técnica específica», por lo que es necesario estar supervisado en todo momento por un experto, subraya.

La alimentación se convierte en un pilar básico en estas modalidades de alta intensidad

 

La alimentación también acaba transformándose en una parte esencial en la vida de las personas que practican este tipo de deporte a diario. El nutricionista y dietista Nicolás Piedrafita, trabajador en la clínica Fix salud y deporte, asegura que «es necesario hacer un registro», sobre todo en personas que practican deportes que requieren mucha exigencia como el crossfit. Alerta, además, de que si en estos casos no se cubre la alta demanda de energía que se requiere «es más fácil tener roturas, tener cansancio, o no ser capaz de llegar a tu nivel levantando peso, por ejemplo».

Además, las personas que compiten deben llevar un control mucho más severo, adaptando muchas veces la alimentación a la fase en la que se encuentra de la competición. Ya sea en descanso, en fase de preparación o durante la competición.

Contrariamente a lo que siempre se piensa, las dietas que suelen recomendar en consulta son aquellas «elevadas en hidratos de carbono» con arroz, pasta y cereales, que aportan mucha energía. Esto sin olvidar una ingesta de proteínas «acorde a la masa muscular del deportista», concreta el experto. Todo esto ayuda tanto a mantener la musculatura, como a reparar el daño muscular causado por el deporte.

El dietista sostiene que con una buena alimentación —como la dieta mediterránea que tenemos en Galicia— ya estarían cubiertas las necesidades básicas, y el cuerpo estaría listo para rendir. Pero cada vez es más habitual que en el crossfit, donde se queman muchas calorías, se opte por la ingesta de suplementos alimenticios, que actualmente se encuentran al alcance de cualquier persona.

Los más frecuentes en crossfit son las proteínas («bastante inofensivas», según Piedrafita). El problema con estas puede ser, únicamente, su uso como «recurso rápido». Lo que significa, que en vez de tratar de consumir las propias proteínas a través de la alimentación convencional, el deportista las sustituya por complementos.

Por otra parte, la creatina es otro de los compuestos más habituales en estos deportistas. Esta sustancia debe ser siempre consumida bajo supervisión y sirve, sobre todo, «para tener energía inmediata y hacer movimientos muy explosivos», como explica el nutricionista. El médico de Povisa Miguel Ángel López advierte que con esta sustancia «hay que estar seguros de que lo se mete de suplemento, se va a quemar».