«La obra de Francisco Castro Represas aguanta la comparación internacional»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

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El hijo del arquitecto contextualiza en un libro el trabajo de su progenitor

08 ago 2022 . Actualizado a las 19:12 h.

«La obra de mi padre aguanta bien la comparación», afirma Francisco Castro Nieto para referirse al arquitecto Francisco Castro Represas. La comparación a la que se refiere es el panorama de la arquitectura racionalista internacional. Este arquitecto urbanista vigués acaba de publicar el libro Francisco Castro: Entrevías del racionalismo. A través de más de quinientas páginas, Castro Nieto aborda la obra de su padre, pero desde un punto de vista distinto al que desarrolló en publicaciones anteriores. «Con esta obra pretendo poner, con toda modestia, en el mapa de la geografía racionalista europea la figura de Castro Represas, un arquitecto maldito en un adverso contexto, como un gran número de sus compañeros contemporáneos de las vanguardias», afirma de su padre el autor de este impresionante libro.

Ese malditismo está compartido entre el estilo racionalista y la propia obra de Castro Represas. Esa forma de construir, iniciada en los años veinte de la pasada centuria, fue asimilada a una ideología socialista en el contexto de las vanguardias artísticas. Esa aproximación significó su declive en aquellos países donde triunfaron las ideologías fascistas, con la excepción de Italia. «A mi padre lo presionaron para que dejara de construir edificios racionalistas», recuerda Castro Nieto, que también reconoce que grandes obras de su progenitor, como la sede del Náutico, pudieron acabarse, aunque con muchas concesiones, a mediados de los años cuarenta, aunque era un proyecto iniciado en 1935.

El trabajo tiene tres partes. Comienza con una aproximación a la figura del arquitecto nacido en la calle Colón en 1905. «Incluye dos dibujos inéditos de Antonio Palacios: una perspectiva de la calle Carral de Vigo y una vista de un salón de baile de algún proyecto madrileño fallido de Palacios, ambos obsequio de su autor, Antonio Palacios, a mi padre», explica Castro Nieto. Es curioso un apartado de este capítulo que está dedicado al registro total de construcciones de Castro Represas: 3.870. Tras esta enorme cifra explica el autor del libro que no todas son obras de nueva planta ya que se incluyen proyectos de reformas.

Pero el mayor número de páginas de la publicación están dedicadas al panorama internacional del racionalismo, y aquí está una de las grandes virtudes de este libro. Francisco Castro Nieto recorre toda la trayectoria de esta corriente arquitectónica desde el edificio Bauhaus, de Gropius, y lo hace de una forma artesanal porque presenta a los grandes arquitectos y corrientes nacionales a través de sus obras, pero no a través de fotografías. Ese recorrido lo hace con planos y alzados realizados por él mismo al modo de los amanuenses medievales, o mejor dicho, de los arquitectos de antes de la era digital. En ese recorrido están todos los grandes edificios, como la Werkbundsiedlung Stuttgart, la primera colonia racionalista de Europa, creada en julio-septiembre de 1927, por Mies Van der Rohe.

Castro Nieto no se olvida en su libro de los racionalistas españoles, como Gutiérrez Soto, y dedica un espacio amplio al pabellón de España en la Exposición Internacional de París, en 1937. Fue allí donde el Gobierno de la República de España mostró el Guernica de Picasso.

La última parte del libro está enfocada en la obra de Castro Represas. El autor recorre edificios concluidos y proyectos que se quedaron en el papel, pero que muestra claramente la vocación racionalista del arquitecto vigués. Es especialmente interesante los proyectos que quedaron en el papel y nunca se ejecutaron. Muestran un Vigo que no fue, pero que, de haberse ejecutado, cambiarían en gran medida la imagen de la ciudad.

Concluye el libro con fotografías de los edificios ejecutados. Y ahí se puede comprobar nuevamente el maltrato sufrido por la obra de este grande de la arquitectura viguesa. «Baste citar que en Vigo en estos últimos tiempos, entre otras agresiones a su obra histórica, tres edificios racionalistas de su autoría han sido demolidos ante la mayor indiferencia: dos en la Gran Vía de Vigo y otro en la calle Pizarro. Todo ello pese a que la extracción de los modelos racionalistas tienen sus profundas raíces en las ideologías progresistas que hoy gobiernan la ciudad», explica con sorpresa, pero también con amargura.

El libro es una excelente ocasión para revalorizar edificios que reflejan una forma de construir más allá de la tradición y de la nobleza que algunos atribuyen a las piedras. Porque el racionalismo nació para mejorar la calidad de vida de las clases menos favorecidas socialmente sin perder el sentido estético.

Hace un par de años, Francisco Castro Nieto publicó otro libro sobre la obra de su padre. En aquella ocasión, agrupaba tres conjuntos de obras que fueron demolidas, irrealizadas o gravemente modificadas. Francisco Castro es el autor de edificios tan importantes en la imagen actual de Vigo como son los casos, entre otros, del Sanchón (Policarpo Sanz, 18), el Náutico y los edificios Albo (Gran Vía, 2), Curbera (García Barbón, 30) y Ribas (Colón, 8).