Ana Buceta vuelve a disfrutar del fútbol en el Oviedo

M. V. F. VIGO

VIGO

CEDIDA

La moañesa recuperó la continuidad tras un calvario de lesiones

22 jun 2022 . Actualizado a las 08:43 h.

Durante cuatro años de su carrera, la futbolista moañesa Ana Buceta no pasó de los 200 minutos en total. Dos de ellos, los pasó completamente en blanco y el resto fueron reapariciones en falso o muy pocos minutos. Un calvario de lesiones muy largo y que, como ella misma contó, le llevó a pensar en la retirada pese a su juventud —veintipocos años entonces—. Ahora a unos meses de cumplir los 30, acaba de terminar la temporada en la que puede decir con voz firme que ha vuelto a disfrutar. Ha sido en el Oviedo, con el que acaba de renovar por dos temporadas.

Buceta se muestra feliz por lo vivido en los últimos meses. «Hacía muchísimo tiempo que no tenía tanta continuidad. Estaba jugándolo todo hasta el último mes, cuando tuve una lesión de rodilla que llegó cuando mejor estaba», señala. Nada que ver con su terrorífico historial, afortunadamente. «No, no, de hecho era en la otra rodilla», aclara. En la izquierda, la mala durante tanto tiempo, ya no tiene a día de hoy ningún tipo de secuela. «Las molestias que tengo son las sobrecargas normales, las mismas que en la derecha», celebra.

El hecho de haber podido recuperarse tan bien no es casual. Se ha esforzado lo indecible hasta conseguirlo y sigue teniendo presente siempre que no puede bajar la guardia: «Trabajo todos los días la rodilla por mi cuenta», dice. Algo que contrasta con su actitud en los partidos: «Cuando juego, no pienso en que la rodilla ha estado lesionada. Alguna vez puedo ser más conservadora a la hora de arriesgar, pero estoy tan centrada en el juego que se me olvida», recalca.

De la indecisión antes de dar el paso de fichar por el conjunto asturiano ha pasado, un año después, a estar segura de que no pudo dar mejor paso. «Tomé la decisión correcta, nunca me he arrepentido. Me considero una pieza importante para el equipo y ha sido de las temporadas que más he disfrutado, la que más después de la lesión», comenta. Además, ya tiene un papel diferente al de antaño. «Las compañeras son mas jóvenes y puedo aportar experiencia al equipo, que es algo que me gusta», afirma.

«Coraje» por lo que se perdió

Cuando echa la vista atrás al calvario que vivió, confiesa que le da «coraje» por lo que se ha perdido. «Con el crecimiento que ha tenido el fútbol femenino, si no fuera por la rodilla, igual ahora estaría viviendo otras experiencia que, por desgracia, no he vivido», reflexiona la que en su día fue una de las grandes promesas del fútbol femenino español. A la vez, está contenta por haberlo superado, por haber aprendido a gestionarse y por valorar más lo que tiene: «Ya no soy aquella niña de 22 años», constata en referencia al momento de la lesión.

Por aquel entonces, recuerda, era «impensable» que el fútbol femenino alcanzara las cotas en las que está ahora, por mucho que quede, como también sostiene Buceta, mucho camino por recorrer. «Las jugadoras que ahora tienen 17 o 18 años son muy afortunadas. Ha habido avances muy grandes, como el convenio colectivo o que la máxima categoría se haga profesional», valora.

Además, aventura que con la nueva reestructuración, la Segunda en la que ella juega tendrá «mucho más nivel». Y espera seguir disfrutándolo en el Oviedo «mientras el cuerpo responda y esté bien para jugar».

«Este año me he centrado al 100 % en el fútbol y la rodilla»

En sus dos temporadas en el Málaga, las anteriores a fichar por el Oviedo, Ana Buceta ya rindió a un buen nivel hasta que llegó la pandemia, pero sin tanto protagonismo ni continuidad como en el Oviedo. Detrás de ello cree que está un cambio importante: «Este año fue el único que me dediqué solo al fútbol, sin estudios ni trabajo. Me lo he tomado sabático y me he centrado al 100 % en el fútbol y en mi rodilla», revela. Está segura de que el descanso y tener menos estrés han sido factores claves.

No fue premeditado. Ingeniera de profesión, su idea era buscar empleo en Oviedo como topógrafa, a lo que se venía dedicando, pero no apareció. «No me salió nada de topografía y fue ahí cuando decidí dejarlo y centrarme en el fútbol, porque supongo que no me quedará mucho».

Actualmente, en la categoría de plata, «los salarios están bien y te dan para vivir cómodamente el día a día», si bien no alcanzan «para generar futuro». Recomienda compaginar formación y fútbol para tener «algo de lo que tirar» cuando la vida deportiva se acabe, como ha hecho ella.

Ve el fútbol femenino gallego en crecimiento y apura al Celta: «Debería mirar al eterno rival y ayudarnos a nosotras, a las futbolistas gallegas». La idea de retirarse cerca de casa, dice, le encantaría si hubiera esa oportunidad cuando llegue el momento.