Jesús Caballero: «Los pacientes están menos días en la uci porque sedamos menos»

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

El especialista explica que hay sistemas objetivos para conocer si se están usando muchos fármacos con los ingresados

28 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Estar en la uci tiene un coste. Las ucis gallegas trabajan para reducirlo y, por eso, quieren implantar un programa de sobresedación zero, una guía para utilizar menos sedantes en los pacientes y, así, facilitar su recuperación y disminuir las secuelas. El Álvaro Cunqueiro ya ha elaborado un protocolo que se basa en la experiencia del Hospital Arnau de Vilanova, en Lleida. Su jefe de servicio de intensivos, Jesús Caballero, también presidente de la Sociedad Catalana de Medicina Intensiva y Crítica (Socmic), explicó ayer en el hospital de Vigo a sus homólogos gallegos cómo han conseguido reducir la sedación.

—La sedación parece consustancial a la uci. ¿Da problemas?

—En un quirófano el paciente está sedado cuatro o cinco horas, pero en la uci pueden ser semanas. Es necesario que sea así, pero puede ser perjudicial a posteriori: puede generar deprivación, que es como el síndrome abstinencia, o fallo orgánico en el hígado o los riñones, que son los que depuran los sedantes. Si ponemos más fármacos de lo deseable o más tiempo del necesario, añadimos problemas.

—Pero al mismo tiempo, es necesaria la sedación. ¿Qué se puede hacer?

—No todos los sedantes iguales. Los hay de acción corta y de acción larga; hay sedantes que hipotensan más o que hipotensan menos. La recomendación es hacer una sedación personalizada y segura: adecuar el tipo de sedación, el fármaco y la vía a la tipología del paciente y al momento de la evolución clínica en el que está. Y luego, hacer una buena monitorización para dar al paciente lo que necesita. Si no lo hacemos, sabemos cuándo nos quedamos cortos, porque empieza a agitarse, pero no cuándo nos quedamos largos. Es importante monitorizar el dolor, la agitación, el delírium y el bloqueo neuromuscular.

—¿Pero hay manera objetiva de saber si se está sedando mucho?

—Sí. Hay distintos niveles de sedación. La ideal es la ligera, en la que paciente está reactivo. Pero hay situaciones clínicas en que necesitas sedación profunda. Igual que monitorizamos la oxigenación y el corazón, monitorizamos el cerebro. Cuando el paciente está medio despierto utilizamos escalas de agitación y sedación. Pero cuando está muy dormido, utilizamos sistemas de monitorización objetiva basados en la electroencefalografía: les ponemos un sensor en la frente y nos dice cómo está su cerebro. Así podemos subir o bajar la medicación.

—¿Es habitual que una uci tenga estos dispositivos?

—Sí. Pero no solo hay que tenerlo, además hay que utilizarlo y después ajustar la medicación. Ahora estamos introduciendo también sistemas de medición objetiva del dolor. Si el paciente está reactivo y contesta, se le pregunta y se usan escalas autorreferenciales. Si está reactivo pero no puede contestar, se utilizan escalas conductuales. Pero si está con sedación profunda, usamos sistemas de monitorización del dolor basados en la variabilidad de la frecuencia cardíaca, en la conductancia de la piel...

—¿Cuánto tiempo llevan ustedes con la sobresedación zero?

—Desde el 2016. La sedación es un tema estratégico, porque hace que se curen antes, que salgan de la uci antes y tengan mejor calidad de vida.

—¿Qué resultados tienen?

—Los pacientes están en un nivel de sedación más ligero. Las estancias en uci se han acortado. Al estar menos tiempo, podemos ingresar a más pacientes con la misma estructura. Ayuda a la humanización de las ucis. No se trata solo de supervivencia, sino de calidad de vida. Antes la uci era un lugar terrorífico donde iban a ingresar y ahora es un lugar más en el proceso de curación de la enfermedad.

«En la uci ya no se busca solo la supervivencia, sino la calidad de vida»

Además de dirigir la unidad de críticos del Arnau de Vilanova, Caballero ha pasado a ser director clínico de las ucis de toda la provincia de Lleida.

—¿Qué sentido tiene agrupar la coordinación de varias ucis?

—Coordinar varias ucis optimiza recursos humanos. No todos los hospitales tienen la misma cartera de servicios o la misma complejidad.

—¿Quiere decir que trasladan pacientes de un hospital a otro?

—A veces, sí, dependiendo de la especialidad. Si el paciente se genera fuera del hospital decidimos adónde derivar.

—¿Anima a usar estos modelos?

—Sí. Los hospitales grandes son atractivos para los profesionales, pero en los otros cuesta mucho. No se puede mantener la complejidad que a todos nos gustaría en zonas remotas. Lo mejor es coordinarse con ayuda de la tecnología, estar conectados con el sistema de emergencias médicas y, si hace falta, trasladar pacientes. A esto lo llamamos uci sin paredes territorial.

—¿Qué significa eso?

—Yo defino la uci como las cinco SP. La primera es la seguridad del paciente: como médicos, es importante que no añadamos problemas a los que ya trae el paciente, y por eso tenemos los proyectos zero, para reducir infecciones o la sobresedación. La segunda SP es la uci sin puertas. Es el plan de humanización: la uci abierta para que las familias puedan entrar, pero también la reducción del ruido, la televisión gratuita, la musicoterapia, que las familias tengan una sala de estar y no una sala de espera. La tercera SP es sin paredes. La uci no es un lugar cerrado y, por eso, tenemos un dispositivo de médico y enfermera mañana y tarde al servicio del hospital que funciona de forma reactiva, como equipo de respuesta rápida (por ejemplo si hay una parada cardíaca en urgencias), y proactiva, vigilando dónde se generan pacientes críticos y semicríticos en el hospital y también haciendo un seguimiento de los pacientes que salen de críticos.

—De ahí sin paredes territorial.

—Sí. Ese concepto, cuando hablamos de coordinarnos con otros hospitales y con el sistema de emergencias médicas.

—¿Y las otras dos SP?

—La cuarta es sin papeles. Antes apuntábamos todo en papel, pero tenía una trazabilidad complicada; ahora hemos digitalizado toda la información. La quinta es el síndrome posuci. Ya no solo buscamos la supervivencia, que es alta (superior al 80 %), sino la calidad de vida. Pasar por la uci puede tener un coste vital importante, psicológico, de debilidad muscular o de fatiga respiratoria. Tratamos de prevenirlo.