«Ayudar a mujeres a dar a luz es adictivo»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

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Ser matrona es mucho más que asistir partos, pero el nacimiento de una vida es un momento único que estas profesionales facilitan. En los centros de salud la tarea se multiplica: «Atendemos a la mitad de la población»

22 may 2022 . Actualizado a las 00:51 h.

La vida es eso que pasa desde que nacemos hasta que morimos, dos instantes que la ciencia sigue estudiando a la espera de dar respuesta a muchas de las incógnitas que siguen existiendo. Los extremos de estos procesos biológicos los conoce bien Cristina Lojo (Vigo, 1983), matrona en el hospital Álvaro Cunqueiro y vicepresidenta de la Asociación Galega de Matronas. Lojo inició su carrera como enfermera haciendo prácticas en la unidad de críticos, atendiendo a pacientes con pocas probabilidades de sobrevivir: «Me encantaba el trabajo, la enfermera en ese momento tiene un papel muy importante y mucha responsabilidad. A mí lo que me gustan son los cuidados». La casualidad quiso que se presentase a unas pruebas de la especialidad de matrona, hace más de diez años, y asegura que no cambiaría una coma de su vida profesional. «Ser matrona es emocionante, hay partos en los que llegas a tener mucho feeling con la pareja y acabas llorando con ellos de la emoción. Yo creo que ayudar a mujeres a dar a luz es adictivo, esa liberación de oxitocina que tiene la madre también la tienes tú. Yo lo vivo con esa empatía». En la retina hay muchos bebés, agradecimientos, fotos y cartas de mujeres y parejas que nunca han olvidado el acompañamiento sanitario y emocional que Lojo ha prestado en el momento más trascendental de sus vidas.

En un trabajo que no sabe de rutina —«cada pareja es un mundo», asegura—, reina una frase: «¿Cuándo me puedes poner la epidural?». «Es la frase que más oigo. Y siempre digo que la indicación es el dolor, aunque hay que garantizar que el parto está iniciado y eso se da a partir de los cuatro centímetros, de lo contrario, podemos frenarlo». En un proceso natural pero complejo, y muchas veces doloroso, el papel de la matrona consiste en acompañar y facilitar. Y aunque su trabajo es dar vida, en ocasiones sus prácticas en la uci ayudan a esta sanitaria a consolar a los padres para los que la unidad de partos es el principio del duelo de su bebé. «Tener que decir a una mujer que el corazón de su hijo no late cuando ya está en trabajo de parto es durísimo. Intentas acompañar con empatía y sensibilidad, estando ahí y llorando con ellos, porque sobran las palabras».

Respetar el proceso natural evitando riesgos para el bebé y la madre es el equilibrio más difícil de conseguir. Lojo dio a luz en su casa a su segundo hijo, una decisión controvertida para muchos que ella cree que hay que tomar desde la cautela y asegurándose de que no hay complicaciones. «Tienes que estar a menos de 30 minutos del hospital, tener un plan B bien organizado, con dos matronas y muy controlado. Pero parir y estar en tu cama con tu bebé, en tu entorno, es brutal». ¿Quién es la matrona de la matrona? «Cuando estás embarazada haces tu papel de madre, te dejas llevar por las profesionales y tienes los mismos miedos que cualquier embarazada. Con las compañeras, bromeamos de que tenemos miedo a entrar por paritorio sin estar de parto y que tus colegas te tengan que mandar para casa».

«La regla sigue siendo un tabú»

Las matronas celebran estos días que la regla haya saltado a los titulares y que la menstruación deje de ser un tema oculto. «Hay que normalizarlo y hablarle a los niños y niñas desde pequeños, hay que darle naturalidad y dar esa información». Lojo ve positivo que el debate político arroje luz sobre un asunto silenciado. «No es normal tener náuseas, cólicos o vómitos por la regla. Si existen hay que ir a la matrona y, si lo considera, derivarlo al ginecólogo. Hay que descartar endometriosis, que hay muchas no diagnosticadas, o miomas. La regla sigue siendo un tema tabú. Existe vergüenza y hay mujeres que se medican por fuertes dolores y no dicen nada. Hay que acabar con el estigma». Lojo es contundente con quienes cuestionan los abortos sin permiso paterno: «Con 16 años una mujer puede decidir operarse a vida o muerte, dar el consentimiento sanitario. Me llama la atención que digan que una mujer de 16 años no pueda decidir abortar y sí se considere que puede ser madre. La clave está en la educación».

En los centros de salud las matronas asesoran y atienden a niñas desde su primera regla hasta mujeres en la senectud. «Hasta el final de tu vida sigues siendo mujer, teniendo sexualidad y aparato reproductivo». Suelo pélvico, lactancia, citologías, revisiones, educación sexual, seguimiento del parto y posparto... La lista es interminable, de ahí que estas profesionales reivindiquen ante las Administraciones que se aumente el número de puestos en los paritorios y en las plantas de maternidad pero, especialmente, en los centros de salud. «Las matronas atendemos a más de la mitad de la población. En Galicia se forma cada año a 16 matronas, son pocas. En pocos años habrá muchas jubilaciones y vamos a tener dificultades». Faltan plazas pero no vocaciones para un trabajo por el que cada vez optan más hombres. «Nos alegramos, como de que haya cada vez más mujeres bomberas». La paridad no solo está dentro de la consulta, también se ve en la sala de espera de estas profesionales.

Su canción favorita

«Tierra», de Xoel López. «Esta canción me inspira morriña, me eriza la piel. Da igual las veces que la escuche, me da mucha paz y me transmite mucho. Se la cantaba a mi hija para dormirla y ella se la sabe entera. La música ayuda a la hora de dar a luz, relaja y da placer, eso hace que liberes oxitocina y todo fluye mejor».