El Cunqueiro reparte 8,25 millones entre cinco hospitales para reducir su lista de espera

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

Operación en Povisa, en imagen de archivo
Operación en Povisa, en imagen de archivo

Povisa es el centro que más facturará y las derivaciones a Pontevedra se van a reducir

04 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Servizo Galego de Saúde acaba de repartir entre los hospitales privados del área sanitaria de Vigo la tarta de las derivaciones de pacientes para reducir su propia lista de espera. Son 8,25 millones de euros al año que a partir de ahora serán sometidos a un nuevo sistema, más ordenado y más regulado. Povisa es el hospital que más va a facturar. Recibirá un tope de tres millones al año (al margen del concierto por el que es el hospital de referencia para 130.000 ciudadanos), algo más de un tercio del total.

El siguiente clasificado es Vithas Vigo (antiguo Fátima), con 2,4 millones. Después está Concheiro, con 2 millones, que antes apenas recibía derivaciones de la pública y que es el centro que más va a ganar con este contrato. Este hospital es dueño también del antiguo Centro Médico El Castro-Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de modo que tiene dos clínicas.

A continuación va QuironSalud Miguel Domínguez, de Pontevedra, con 650.000 euros, el hospital para el que el nuevo sistema será más lesivo (antes recibía unos dos millones al año). Y finalmente, la Clínica Gaiás, del centro de Vigo, con 150.000 euros. Todos estos son precios anuales, aunque el contrato que se firma tiene una duración de dos años.

Este reparto no se ha hecho hospital por hospital, sino siguiendo otro sistema, más novedoso, que se conoce como acuerdo marco y que el Sergas acaba de adjudicar. El organismo hizo un estudio de todos los procesos (médicos, quirúrgicos y diagnósticos) que envía a la sanidad privada y los dividió en seis grupos. Cada hospital podía presentar una oferta para cada uno de esos seis grupos. Después, el Sergas repartía cada grupo entre todos los hospitales que se hubiesen presentado, como si fuesen seis tartas distintas, garantizando una porción para cada centro.

Por ejemplo, el lote más cuantioso de los que estaban en liza era el de cirugía general, traumatología y plástica. Estos pacientes serán derivados a Concheiro (el 31 % del total del dinero que se invierta), a Povisa (30 %), a Vithas (29 %) y a Domínguez (10 %). Se reparte entre todos los que se presentaron, porque todos ellos cuentan con unidad de cuidados intensivos o de reanimación, con laboratorio, con radiología y con urgencias que estén abiertos de forma permanente, que eran los requisitos exigidos por el Sergas. La clasificación se hace en función de la oferta económica. Estos procesos suman un gasto de 3,8 millones de euros al año.

Solo existe un lote que se va a quedar un solo hospital privado, que es la asistencia compleja en cirugía plástica, maxilofacial y de quemados. Se asigna a Povisa, el único hospital que tiene capacidad para atender este tipo de procesos, para los que se estima un gasto de un millón de euros al año. En realidad, el hospital del Grupo Ribera Salud ya venía haciendo estos procedimientos en los últimos años porque el Sergas se los derivaba y se los pagaba, pero ahora quedan fijados en el marco de un nuevo acuerdo.

Las operaciones complejas de neurocirugía, ginecología, traumatología e ingresos del área médica se repartirán entre Povisa y Vithas, al igual que las cirugías de baja complejidad de otorrinolaringología y maxilofacial.

Hay otro grupo de operaciones que se repartirán entre cuatro hospitales, que son las de baja complejidad en cirugía general, traumatología y vascular. Los pacientes del Cunqueiro serán derivados a Concheiro, Povisa, Vithas y Domínguez.

Finalmente, el Sergas contrata también pruebas diagnósticas en otras clínicas, que son Povisa, Clínica Gaiás, Vithas y Concheiro.

No será el paciente quien elija, sino el Sergas. Cuando alguien lleva tiempo en la lista de espera, legalmente la Administración sanitaria está obligada a ofrecerle una alternativa en un centro privado. El paciente solo puede elegir si prefiere quedarse en la lista de espera en la pública o irse a otro hospital, pero no elige cuál. La decisión será del servicio de admisión del área sanitaria, ubicado en el Cunqueiro, que debe garantizar el reparto porcentual pactado con cada hospital.

Con una dificultad: cada centro ha ofrecido unas tarifas distintas, de manera que con el mismo dinero igual se puede operar a diez pacientes en un hospital y a doce en otro. Lo que el Sergas tiene que garantizar es el reparto porcentual del dinero que gaste, no de los pacientes. Se han utilizado tarifas especiales, más bajas de las que se venían empleando hasta ahora.

El Cunqueiro tiene que derivar pacientes cada dos meses a los hospitales privados, y estos tienen dos meses para hacer la operación en cuestión. Si después el paciente sufre complicaciones, el hospital privado tiene que hacerse cargo de cualquier reingreso que sufra en los seis primeros meses tras una operación o en 15 días tras un ingreso por una patología médica.

Cuando el paciente rechaza la derivación, pasa a otra lista de espera, que se conoce como no estructural. En principio, sus derechos no varían, pero el Sergas no hace públicos los datos de esta segunda lista.