Una comerciante de la zona confirmó que en ese edificio residían okupas aunque no sabía cuánto tiempo llevaban allí.
El hecho de que la tienda estuviese tiempo cerrada y hubiese poca actividad en el inmueble, con todas las persianas bajadas menos una desde enero, pudo haber delatado a los okupas. Estos eligieron una céntrica esquina muy transitada en Vigo y estaban expuestos a las miradas curiosas frente a la entrada principal del mercado de O Progreso. Por ese cruce pasan a diario miles de clientes y decenas de comerciantes que pudieron haber detectado movimientos extraños en la vivienda y alertado a la propietaria.
Los desalojos de okupas son habituales en Vigo. A principios de este mes, una empresa especializada en vaciar edificios logró que diez intrusos recogiesen sus bártulos y se marchasen de un inmueble de la calle Pi y Margall.