Ángeles, la viguesa que ha coordinado la llegada de más de 300 ucranianos a España

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

«Es la aventura de mi vida», dice la fundadora de la plataforma de voluntariado Red Alert Refugees, que ya se volcó con los refugiados de Siria

07 abr 2022 . Actualizado a las 23:39 h.

Ángeles de Andrés gestionaba la noche del martes al teléfono desde su despacho en Vigo del rescate de una persona en silla de ruedas de Ucrania. «Me la van a sacar un grupo de voluntarios polacos que tienen permiso para ir a buscar a personas con necesidades médicas», señalaba. Esta administradora del centro de alto rendimiento educativo que lleva su nombre en el número 43 de la calle Urzaiz es la fundadora de Red Alert Refugees, con la que hasta la fecha ha podido poner a salvo en nuestro país a más de 300 refugiados ucranianos. Montó esta plataforma de voluntariado hace siete años, durante la crisis de los refugiados de Siria, con el fin de monitorizar y darles soporte desde que piden ayuda hasta que llegan a su destino, donde también reciben atención.

La organización llegó a tener más de 3.000 voluntarios en puntos calientes de refugiados como Grecia, Turquía, Libia, Afganistán, Alemania, Suecia, Noruega, Calais e Italia. Tras estallar la guerra de Ucrania, decidieron emplear la experiencia adquirida y los voluntarios para ayudar a la población que está sufriendo el ataque ruso. La ventaja esta vez es que las fronteras están abiertas y se obtiene el estatus de protección internacional en 24 horas, cuando muchos sirios siguen en una situación ilegal. «Ahora mismo estamos sacando a personas en Ucrania con equipos de trabajo en Polonia y en Hungría. Algunos se quedan en Francia o Alemania, respetando su voluntad. Se les ayuda con la compra de billetes y la atención higiénico-sanitaria y de alimentación», cuenta Ángeles.

Red Alert Refugees trabaja en colaboración con la asociación de inmobiliarias Emergency Home. «Estamos obteniendo alojamientos en casas de acogida particulares, familias y ayuntamientos, muchos de la España vaciada, que se han volcado con el proyecto», afirma.

En la frontera con Polonia colaboran con Open Arms, sus antiguos rescatistas en el mar Egeo, y, con la ayuda de otras organizaciones, preparan grupos de refugiados que quieren venir a España. «Una vez aquí les damos soporte de inmersión lingüística, búsqueda activa de empleo, adecuación del currículo según su profesión y formación académica y atención psicosocial por parte de voluntarios psicólogos», señala. Dice que el 90 % de los refugiados presentan situaciones de estrés postraumático, depresión, tristeza profunda «y es una tónica general que nadie habla de la guerra». Ya están empezando a conseguir las primeras entrevistas de trabajo en empresas del sector de la automoción. «Ayer nos llegó a Vigo un señor a las doce de la noche en tren con su mujer, un perro, dos gatos y dos caracoles en un táper, lo único que sobrevivió del jardín de su casa. Es mecánico y le hemos conseguido cita en una empresa», señala.

Afirma que muchos de los refugiados sueñan con volver a sus hogares, aunque su vida no será la misma después de tanta destrucción. «No son muy conscientes todavía de que han venido a quedarse o para empezar de nuevo y enfrentarse a un futuro muy incierto», dice.

De esta forma, cubren con creces las carencias del plan gubernamental de acogida, que se encuentra sobrepasado. Los grandes centros de refugiados que estableció el Gobierno en Barcelona, Málaga y Madrid no dan abasto. «El noroeste español se quedó sin centro de refugiados. Las organizaciones derivan a Oporto a muchos refugiados que vienen a Vigo», afirma.

Actualmente también están gestionado el envío de material sanitario de guerra como vendajes, desinfectantes o antibióticos, así como el envío de chalecos antibalas, botas militares y material de Protección Civil. «Necesito alguien que nos lleve la mercancía a Polonia», añade. Tiene un grupo de wasap con medio centenar de médicos que también colaboran aconsejando ante cualquier problema de salud.

Un deber moral

«Considero que es obligatorio ayudar». Así explica Ángeles su motivación. «Crecí oyendo hablar de los nazis, de la barbaridad que hizo Hitler. Me preguntaba cómo se consintió y ahora me lo explico. Hemos hecho la vista gorda con Putin», considera. Afirma que el rescate de refugiados es «la aventura de mi vida». Agradece la labor que desarrolla su equipo profesional docente en su centro de alto rendimiento educativo que abrió hace 30 años en Urzaiz y que le permiten emplearse a fondo en esta tarea. «Mi tiempo libre ha desaparecido y necesito manos», asegura.