Loreto Pérez, juez internacional, vivió su primer mundial absoluto tras empezar en el colectivo a los 13 años
04 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Madre entrenadora y padre monitor y directivo del Comesaña, el atletismo le viene de cuna a Loreto Pérez Román (Vigo, 1976). Pero esta viguesa enseguida cambió las zapatillas de clavos por la libreta y el reglamento. A los 13 años ya hizo su primera secretaría en una prueba de salto de altura invitada, e imitando, por su madrina, que por aquel entonces ya ejercía en el gremio de jueces. Hoy, tres décadas después, acaba de estrenarse en un mundial absoluto bajo techo. En Belgrado.
Tan precoz fue Loreto, que tuvo que esperar tres años para poder realizar su primer curso como juez territorial de atletismo. «Con 13 años no podía. Por aquel entonces, el límite era 15, pero el año que yo los cumplí, no convocaron ningún examen y tuve que esperar otro más. Cuando tuve la edad, hice el examen y ese momento era juez a nivel territorial», recuerda la viguesa.
Aquel fue el primer paso en una carrera tan meteórica como brillante. Tras cumplir el espacio de tiempo mínimo a nivel territorial, hizo el examen para juez nacional, primero para tomar parte en competiciones de ámbito estatal y más tarde dando el salto internacional. «Después de haber hecho el nivel 3, mi hermano (también juez) me animó a presentarme a nivel internacional. Él ya era oficial técnico internacional, en donde también hay varios niveles: el europeo y el internacional, el mundial, lo que era antes IAAF, ahora World Athletics», comenta. Loreto pasó el corte en Lisboa en un examen y cuatro años después, siendo una de las mejores notas, dio el salto a nivel mundial. En la actualidad, ya acumula ocho años con responsabilidades más allá del atletismo español.
Además, la viguesa rompe moldes. Es una de las pocas mujeres a nivel internacional en un gremio con mayoría aplastante masculina y con una media de edad bastante alta. En el último mundial eran 37 los jueces, de los que solo nueve era mujeres, y de ella tres españolas, un hecho también inédito. «A nivel general, las mujeres no llegamos ni al 20 %», certifica.
Del Mundial de Belgrado trae la mochila de experiencias llena. «Un ambiente muy bonito en una competición de mucho nivel», comenta. Allí, en la capital serbia, Loreto Pérez ejerció de juez árbitro de vídeo, un cargo que poco o nada tiene que ver con el popular VAR balompédico. «En las carreras tenemos una función bastante proactiva. El técnico de vídeo, si ve algún incidente que pista no se vio, toma la decisión directamente. En los concursos también tenemos la función de si vemos algo podemos tomar la decisión, pero normalmente se actúa más a demanda del compañero que está en pista encargado de concurso», puntualiza, al tiempo que describe el escenario de la pista cubierta de Belgrado: «Estábamos es un sala con un montón de pantallas, 45 cámaras entre las de televisión y las que nosotros llamamos cámaras técnicas, que se dedican a centrarse en puntos que pueden ser conflictivos a nivel técnico para decidir un salto nulo o cosas así».
Pero en el atletismo, un juez no está encasillado en una sola tarea, sino en muchas. «A nivel internacional, no tenemos especialidad. Puede tocarte cualquier cosa porque estamos capacitados y tenemos formación para encargarnos de cualquier función», precisa Loreto, que explica a modo de ejemplo el reparto de funciones en Belgrado: su staff lo formaban cinco personas con un jefe, que decide el reparto, un juez para carreras y salidas, otro para lanzamientos y otro para saltos verticales.
El Mundial bajo techo ni de lejos fue su primera cita universal. Su debut a nivel internacional tuvo lugar en Tallin en una liga de naciones y el pasado año estuvo en Nairobi en el Mundial sub-20. De la cita africana acumula muchos recuerdos y experiencias: «Me llamó la atención la diferencia del sistema de vida y cómo se plantean todo de otra manera. La filosofía que tienen para todo es diferente». Su próxima cita, en verano, será el Mundial sub-20 de Cali. A diferencia de otros deportes, los jueces de atletismo, que no son profesionales, saben con meses de antelación sus convocatorias para organizarse.
A diferencia de otros deportes, la preparación física no es un elemento fundamental en el día de día de los jueces de atletismo, cuya preparación apunta más a estar atentos a todos los cambios. «Están continuamente cambiando cosas y tenemos que estar muy atentos. Lo nuestro es una formación continua», que a nivel internacional tiene incluso pruebas de examen.
Pero Loreto, además, también practica atletismo por su cuenta, de un modo aficionado, e incluso se ha apuntado en más de una media maratón. La última, en la localidad lusa de Viana do Castelo.