Jana, la líder de la montaña en femenino

VIGO

M.MORALEJO

La ciclista promueve quedadas ciclistas en el monte y en un año su grupeta ya cuenta con 20 mujeres

22 mar 2022 . Actualizado a las 17:49 h.

Jana Buba marca el camino. Esta eslovaca afincada en Vigo desde hace tres lustros se aficionó a la bicicleta por su familia, comenzó a hacer salidas por el monte y se dio cuenta de que las chicas no tenían una grupeta para pedalear juntas y compartir experiencias y risas. Por eso el pasado verano puso en marcha un programa de quedadas y una primavera después, el grupo ya supera la veintena.

«Estas quedadas son para que las chicas pedaleen juntas. Cuando comencé en la bicicleta me encontraba muy sola, iba al monte e iba sola, y eso tampoco es plan, porque te puedes caer o cualquier cosa. Estamos intentando hacer un grupo», comenta Jana, que comenzó en el ciclismo cuando lo hicieron sus hijos. Ricky, el mayor, se proclamó este año Campeón del España júnior de ciclocrós como integrante de la selección gallega. «Comencé a través de mis chicos. Empezaron ellos, después se metió mi marido y yo me sentía un poco desplazada. La verdad es que me gustaba la bicicleta (de hecho, llegó a participar en alguna prueba), pero con ellos era imposible salir porque ellos tienen otro nivel», precisa.

Por eso decidió iniciar un camino en solitario que fue el germen de lo que ahora se trae entre manos, y que recibió el empujón definitivo con una quedada en Narón. «Al principio me veía muy sola y dije: ‘Si hubiera un club de chicas, nos podíamos juntar'. Busqué por las redes y en el norte tienen un club que se llama As Cabritiñas y coincidió que tenemos muchos amigos en el ciclismo y uno me dijo que me apuntaba a una quedada en Narón con el marido y los chicos. Así fue, fuimos y me pareció una idea estupenda». En el camino de vuelta ya no tenía otra cosa en la cabeza: «Lo pasamos tan bien que me dije: ‘Esto hace falta en el sur' y desde entonces intentamos planearlo un poco».

Desde el principio tenía claro que la iniciativa debía ir dirigida al ciclismo de montaña. Jana Buba sabía de la existencia de una fórmula parecida en carretera con las Atlántigas. «Yo no me quería hacer la intrusa en su zona». De la mano del Club Ciclista Coruxo, puso la idea en marcha en el monte. «La primera quedada la hicimos en verano» y, casi sin darse cuenta, se convirtió en la líder la grupeta. «Con cinco quedadas te dan el título de líder. Tienes que hacer un curso online y oficialmente ya puedo organizar quedadas», dice entre risas esta viguesa nacida en Eslovaquia.

A medida que iban saliendo, se encontraban con otras ciclistas en el monte que se unían a la iniciativa. «Encontramos a muchas por el monte solas y nos decían: ‘¿Cuándo salís? Avisadnos'. Y poco a poco nos fuimos haciendo la idea de que se necesitaba algo para las chicas para salir juntas».

En la actualidad salen dos veces por semanas, miércoles y sábados, y Jana cuenta con el apoyo de otra compañera para coordinar un grupo que no para de crecer. Con un arco de edades que va desde los 13 años a los 50, pero todas con el mismo espíritu ciclista. «No notamos la diferencia de edad, porque pedaleamos todas juntas, vamos charlando, después pedimos una tortilla y nos lo pasamos muy bien».

La experiencia de las salidas también le ha servido para hacer itinerarios casi a la carta en función de las ciclistas que forman parte del grupo. «Si vienen unas, hacemos 25 kilómetros sin mucha subida; si vienen otras, hacemos 35 más duros. Nos adaptamos para no quemar a las chicas, que no se nos asusten y no vuelvan más», comenta Jana, que rescata un caso de sus primeras salidas: «La primera vez hicimos una salvajada de casi 50 kilómetros y de aquella salida no volvió ninguna chica. Nos emocionamos, pensamos que les queríamos enseñar y demostrar que era chulo y superguay, pero no nos dimos cuenta de que iban chicas que no andan habitualmente en bicicleta y ahora intentamos según quién se apunta a la quedada, un recorrido adaptado».

Los recorridos

En sus recorridos por los montes del área de Vigo ya cuentan con un buen número de senderos: Gondomar, Nigrán, los montes vigueses... y ahora también tienen en mente el camino de Santiago, aunque la conciliación lo hace difícil. «Hablamos de hacerlo entre las que puedan, porque las mamás es lo que tenemos, nunca podemos coincidir todas».

Acostumbrada a hacer senderos por el monte, pero no a cuestiones técnicas como superar piedras, el único percance que bicicleta a Jana le llegó en las escaleras de su casa. «Me caí y me gané ocho puntos en las barbilla. Fue mi marido que me obligó a bajar unos escalones, le dije que no, pero insistió y al final me asusté, frené y allí me fui. En el monte, de momento, nada».