La jefa de la uci del Cunqueiro: «Los pacientes de covid suelen recordar que decían: 'De esta no salgo'»

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

La intensivista advierte que «solo hay un 6 % de no vacunados, pero son más del 50 % de nuestros ingresados»

07 mar 2022 . Actualizado a las 23:28 h.

Hace hoy dos años ingresó en la uci del Cunqueiro el primer infectado con el coronavirus. Las unidades de cuidados intensivos se enfrentaban entonces a lo desconocido. Ahora el covid forma parte del paisaje aunque, como dice la jefa de servicio, Dolores Vila, los mantiene exhaustos.

—Dos años con coronavirus. ¿Cómo están?

—Muy cansados. Han sido dos años duros, hemos estado siempre en primera línea, sin descanso. Varias veces creímos que esto se acababa, pero no ha sido así.

—¿Cuántos pacientes han atendido?

—Nosotros 185 en la uci y en la unidad de reanimación (anestesia) otros 56. La primera ola fue dramática, llegamos a tener 24 ingresados en la uci. En ese momento se paralizó casi toda la actividad del hospital. Después, empezamos a gestionarlo de manera diferente, con protocolos de desaislamiento temprano de los enfermos. Cuando un paciente da negativo, se le puede desaislar. Esto nos permite no tener una uci solo para covid, sino que sea una unidad mixta; y usar menos equipos de protección.

—Pero el paciente sigue ahí.

—Sí. La ocupación, la gravedad y la ocupación no disminuyen, pero ya no cuentan como covid. Hoy [el viernes] tenemos dos pacientes con covid y tres poscovid, es decir, entraron por el coronavirus pero después dieron negativo y están desaislados. ¿Cuántos pacientes tenemos? No lo sé, pero son cinco camas ocupadas.

—¿Qué ganan, entonces?

—Uno de nuestros lemas ha sido conseguir que el hospital siguiese funcionando con normalidad, sin usar camas de servicios quirúrgicos para los enfermos de covid. Con los desaislamientos, creo que lo hemos conseguido.

—¿Qué pacientes están ingresando ahora?

—Casi siempre son no vacunados. Desde agosto hemos tenido 46 pacientes, y 21 estaban vacunados. Pero en un contexto en que el 94 % de los adultos están vacunados. Los no vacunados son el 6 % de la población, pero representan el 54 % de nuestros pacientes. Además, los factores de riesgo no han cambiado, el mayor es el sobrepeso.

—La uci de Vigo también ha atendido a pacientes de otras áreas.

—Sí. En un momento determinado, Ourense y Pontevedra desviaron pacientes. Ourense, para hospitalización, pero algunos van a la uci. En Pontevedra, por sobrecarga asistencial. Además, somos referencia para la técnica ECMO [se saca la sangre del paciente y se pasa a una máquina, que hace de pulmón, para que el paciente se recupere] para el área de Ourense, tanto en covid como en no covid, y han seguido viniendo. Todo esto lo hemos hecho sin desatender a nuestros pacientes. En el 2021, por ejemplo, el 15 % de los pacientes críticos vinieron de otras áreas.

—Cita el ECMO. Cada vez lo usan más para el covid.

—Al principio era una terapia de rescate, a la desesperada. Ahora es una línea más. En el 2020 pusimos 6 y en el 2021 el triple.

—Al principio, la gente salía a los balcones a aplaudirles...

—¡Qué lejos queda eso!

—¿Lo dice porque ha dejado de haber reconocimiento social?

—Creo que lo tuvimos en el 2020. La prolongación de esto también ha cansado a la población, pero creo que persiste el conocimiento y reconocimiento de la medicina intensiva. De hecho, hay pacientes que tuvimos ingresados y vienen a visitarnos.

—¿Cómo es eso?

—Algunos vienen porque sí. Otros acuden a la unidad poscovid del hospital y pasan a saludar. Están estupendamente. Es muy gratificante.

—¿Y qué recuerdan?

—Saben que estuvieron, recuerdan poco, solo de cuando empezaban a despertar. La familia les explica. Suelen recordar cómo pensaban «De esta no salgo».

—Antes de la pandemia estaban haciendo proyectos de humanización, como el horario abierto de visitas. ¿Eso va a volver?

—Ese proyecto tuvo muy buenos resultados. Permitía visitas de 13.00 a 23.00 horas. No va a ser fácil retomarlo, pero queremos incorporar a las familias, que son un pilar fundamental del tratamiento.

—¿Por qué lo son?

—Al paciente lo arrancamos de su escenario y le atienden personas que no conoce. La familia aporta tranquilidad, puede participar de los cuidados, ayudar a comer, el aseo. Es un apoyo emocional. Se ha visto una reducción importante del delirio y la desorientación, patologías que aumentan el uso de fármacos y de sedaciones. Yo si estoy ingresada quiero que esté mi familia al lado. Aquí con más motivo.

«Las guardias de Navidad se cambiaron el día anterior, y no hubo ni una queja»

La patología no covid desapareció con el confinamiento, pero después volvió. La adaptación de las ucis a la realidad ha sido constante.

—Con el covid, la uci se ha llenado de otros especialistas.

—Hemos aprendido a trabajar en equipo con otros profesionales. Los fisioterapeutas han estado desde el minuto cero, mañanas, tardes y fines de semana, y su papel ha sido muy relevante para las altas y recuperaciones. En nutrición se ha trabajado mucho. También los logopedas y los farmacéuticos. Cada vez tenemos más necesidad de nuestra psicóloga... Hemos creado un gran equipo. Creo que los terapeutas ocupacionales jugarían buen papel en el manejo del delirio y la desorientación.

—¿El covid ha cambiado la uci?

—Mucho. Para mejor. Nos ha unido a los profesionales. Nos ha cambiado nuestra forma de ver la vida y de trabajar. Yo estoy muy agradecida a todos los profesionales de la uci. Me siento orgullosísima. Han tenido una actitud ejemplar. Se han portado como nadie. No ha fallado nada. Ha habido días durísimis, con muchos pacientes y poca enfermería, y aquí seguían. Se han cambiado vacaciones. El día de Navidad y el de Nochevieja se cambiaron las guardias con menos de 24 horas porque había compañeros positivos o en cuarentena. Y se hizo, sin una sola queja.