Paula Sanmartín, al otro lado del pelotón

M. V. F. VIGO

VIGO

PHOTO GÓMEZ SPORT

La exciclista profesional viguesa ejerció de moto pizarra en O Gran Camiño

03 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Paula Sanmartín (Vigo, 1997), dejó el ciclismo hace camino de dos años porque ya no le hacía feliz, confesaba entonces. Había llegado a profesional, pero se había encontrado muchos contratiempos y los sacrificios habían dejado de compensarle. Eso no significa que no siga siendo una enamorada de su deporte. Pero lo vive de otra manera y la semana pasada incorporó un nuevo ángulo: ejerció de moto pizarra en O Gran Camiño, la recuperada vuelta ciclista profesional a Galicia. La experiencia, cuenta, no pudo ser más satisfactoria.

A Paula lo de ser motera le viene de familia y comenta entre risas que, a día de hoy, y tras sacarse el carné, anda más sobre dos ruedas motorizada en en bici. Pertenece, junto a su padre, al club Moto Enlace Galicia, con el que Ezequiel Mosquera contó para la prueba que recorrió la comunidad hace unos días. «Confió en nosotros y allá fuimos», explica. Ella, en concreto, ejerciendo de moto pizarra. «Te dan los tiempos, tienes que apuntarlos y marcárselos al pelotón y a los escapados para que sepan el tiempo que hay entre ellos», desgrana. En este caso, su progenitor era el piloto.

Era la primera vez que Paula ejercía este rol y que vivía una carrera ciclista desde esta perspectiva. Asegura que haber estado tantas veces al otro lado facilitó mucho su labor. «Me explicaron un poco cómo tenía que hacer, pero en realidad, al llevar tantos años corriendo, ya sabía bien en qué consistía. Llevo bastante bien todo el tema de los tiempos y el cronometraje», indica. No necesitaba que la guiaran en aspectos básicos como «no molestas a los corredores, porque es de lógica» y porque no necesita esfuerzo alguno para ponerse en la piel de los deportistas que corrían. «Haber estado al otro lado me daba mucha ventaja», constata.

Aunque ella era la única encargada de la pizarra sin rotar con nadie más, el equipo de motos era de un total de 18 con diferentes funciones. «Están las de enlace que cubren los cruces y ayudan a la Guardia Civil, luego están otras que llevan a los comisarios... Tienen un papel importante en cuestiones como dirigir el tráfico de carrera: los coches, las motos, cómo adelantar al pelotón...», detalla.

«Ves toda la carrera por dentro»

También sentía que la suya era una responsabilidad relevante, y como tal afrontó este nuevo reto para ella. «Estás dando los tiempos a los corredores, que están ansiosos por conocerlos, ya que son importantes para ellos. Al haber sido corredora, sé muy bien el significado que tiene», recalca. Y añade que se lo tomó «muy apecho», lo que no le impidió disfrutar al máximo de una aventura que estaría dispuesta a repetir.

Sanmartín señala que lo mejor de haber tenido este papel en O Gran Camiño fue «que ves toda la carrera por dentro, estás donde está pasando todo», viviéndolo de una manera muy intensa y sin perder detalle. Tampoco duda sobre lo peor, el frío, «pero por lo demás, encantada».

Había sido ya el año pasado cuando le habían hablado por primera vez de la posibilidad de ser moto pizarra. Desde el principio tuvo claro que quería hacerlo. Aunque, a corto plazo, intuye que le esperan otros roles en carreras ciclistas. «Creo que haré más de moto enlace, porque hay gente en el club que no tiene el carné y yo sí», recuerda. No son las únicas maneras en que está dispuesta aportar al deporte, pues revela que ha ejercido ocasionalmente de fotógrafa en algunas pruebas y que también lo ha disfrutado de lo lindo.

Porque pese a haberlo dejado por agotamiento, Sanmartín no ha desarrollado ningún tipo de rechazo al que considera que sigue siendo su deporte. Más al contrario. «Fue mi vida durante muchos años y lo sigue siendo aunque esté un poco apartada. Mi mundo es este y voy a ser ciclista siempre», indica al tiempo que confirma que le encanta vivirlo desde otras perspectivas.

Además, responde con contundencia que en el tiempo que ha pasado desde que se bajó de la bici profesional, jamás ha aparecido un atisbo de arrepentimiento. «Lo tengo clarísimo y lo he tenido siempre. Además, me está yendo muy bien en la Universidad, estoy con el trabajo de fin de grado y me centro en ello», dice esta estudiante de Química en la Universidade de Vigo.

«Piensas: ‘Yo estaba ahí'»

Cuenta asimismo con naturalidad, eso sí, que durante O Gran Camiño tuvo algunos momentos de echar la vista atrás y apareció la nostalgia. Pero de manera puntual. «Algunas veces piensas: ‘Yo estaba ahí y andaba así de bien'. Pero el proceso de llegar es muy duro y ahora mismo no sería capaz de hacerlo», reflexiona.

Por su parte, coge la bici «de vez en cuando» y, sobre todo, sigue siendo aficionada y amante del ciclismo. Como tal, celebra el nacimiento de O Gran Camiño: «A Galicia le hace mucha falta esto. Los ciclistas de la base tienen que ver estas cosas: que hay salidas, que hay carreras, que el ciclismo se mueve en Galicia». Y termina con un deseo: «En un futuro, quizá pueda haber también una vuelta femenina en Galicia. Esperemos que sí».

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