El Concello sustituirá los velocímetros de superficie por dispositivos aéreos
25 ene 2022 . Actualizado a las 20:05 h.Muchos conductores no se han tomado en serio la prohibición de circular a más de 30 kilómetros por hora por muchas de las calles de Vigo en las que está impuesta esta limitación. Rebasar esta velocidad resulta muy habitual en tramos del centro urbano donde los usuarios están acostumbrados a circular más rápido, como siempre lo han hecho hasta que en mayo del año pasado cambiaron las normas.
Recurrir a las sanciones es la vía que el Concello emplea para corregir esta situación. La Policía Local ha comenzado a usar sus radares móviles en avenidas donde la velocidad máxima ha bajado hasta los 30 kilómetros por hora. Así, a golpe de sanción, espera ir acostumbrando a muchos conductores a que tengan en cuenta las normas para lograr el objetivo de calmar el tráfico en la ciudad y mejorar la seguridad vial.
La administración local dispone de dos radares móviles camuflados en turismos y un veloláser colocado sobre un trípode. No todos los agentes están habilitados para el manejo de estos aparatos. Previamente tienen que cumplir un período de formación. La Jefatura de la Policía Local elabora un listado de las calles controladas por radar en la que ya se están empezando a incluir las avenidas de circulación más lenta.
La DGT decidió intervenir en el ámbito urbano bajo la premisa de que, a más de 30 kilómetros por hora, es imposible garantizar la seguridad de los peatones. Un atropello a más velocidad puede tener unas consecuencias fatales. El departamento de Tráfico recogió el guante y elaboró un nuevo mapa de límites máximos de velocidad con decenas de calles en las que no se puede superar esa velocidad y que puede consultarse en la web municipal.
Polémica
Está siendo motivo de quejas vecinales los lugares en los que, con frecuencia, queda aparcado el coche que camufla el radar. Muchas veces incumple la normativa de tráfico. Agentes de la Policía Local ponen multas en lugares donde después aparca el coche con el radar móvil. Por ejemplo, en vados, salidas de vehículos o paradas de autobús, con la consiguiente molestias para los ciudadanos. En la calle Tomás Paredes, donde la velocidad está limitada a 30 kilómetros por hora, fue fotografiado el coche radar obstaculizando el acceso a una vivienda. También en la calle Clara Campoamor se suele colocar en un arcén en el que la Policía Local siempre multa a los vehículos que se encuentran allí estacionados. «No nos parece muy ético y es porque hay un afán recaudatorio», afirma un ciudadano que prefiere no decir su nombre.
Precisamente, en la avenida Clara Campoamor, en dirección al Hospital Álvaro Cunqueiro el Concello ha cambiado el radar fijo que estaba en superficie por otro aéreo. El dispositivo está colocado sobre un poste. El riesgo de recibir una multa es mayor porque la velocidad máxima en esta carretera ha cambiado hace poco tiempo de los 70 kilómetros por hora a 50. Muchos conductores no están acostumbrados a disminuir la velocidad en este tramo y caen al pasar por el cinemómetro.
El Concello va a ir sustituyendo paulatinamente el resto de sus radares de tierra por dispositivos aéreos, que están dotados de una tecnología más moderna y son más potentes que los que se usan actualmente.