«Bastantes enfermos de covid tienen síntomas tras el séptimo día»

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Ignacio Jiménez es uno de los médicos jubilados que han vuelto a consulta para ayudar en el seguimiento de enfermos de covid

21 ene 2022 . Actualizado a las 00:55 h.

Cuando la epidemia de covid-19 encerró a medio mundo en casa, el Sergas llamó a médicos recién jubilados para que echasen una mano en aquello que parecía un apocalipsis. Entre ellos estaba Ignacio Jiménez, que se había retirado en el 2019 de su plaza como médico de familia en el centro de salud de Rosalía de Castro. Desde sus casas, esos facultativos llamaban a pacientes que no estaban ingresados, para saber cómo iban. Ahora que la sexta ola del coronavirus ha dejado en cifras ridículas aquella primera arremetida de hace casi dos años, el doctor no se lo pensó para aceptar volver a atender pacientes de covid por teléfono y echar una mano a sus compañeros de atención primaria, desbordados con este repunte de casos.

«Tengo una agenda de 40 consultas al día, que en ocasiones es mayor», explica. Ya no hace «guardias en el salón de casa», como llama con ironía al trabajo de la primera ola epidémica, sino que le han dado una consulta en el centro de salud de Rosalía, tiene acceso a la historia clínica electrónica y su función es apoyar al de Teis, en el seguimiento de pacientes de covid. El Sergas ha incorporado a 19 médicos de familia y cuatro pediatras para esta tarea.

Su trabajo es muy burocrático, «pero las vivencias personales son múltiples, cada persona tiene sus temores, su situación particular y sus vivencias, y eso le da una dosis de originalidad muy grande a cada caso, aunque el virus sea el mismo», dice.

La burocracia ha bajado desde que a principios de año se pasó se redujeron a dos las llamadas que el médico hace a cada paciente que está aislado: una al principio del proceso y otra al final. En breve, además, podrán dar la baja y el alta a la vez. «Sobre el 80 % de los casos se resuelven en los siete días, pero entre un 15 y un 25 %, que no es desdeñable, quedan con clínica residual y eso son más consultas después del séptimo día», aclara.

Ignacio Jiménez reflexiona que «la carga burocrática del profesional de atención primaria se ha incrementado sin duda alguna en los últimos cinco o diez años». Esta realidad ha quedado más patente durante esta sexta ola de la epidemia, que ha desbordado los centros de salud. Los jubilados han vuelto a coger la bata para combatir esa saturación. En principio, solo durante tres meses.