Oro para un enamorado del ciclocrós

x.r.c. VIGO

VIGO

ricardo buba
cedida

Ricky Buba se inició en el fútbol, pero a los 11 años se pasó al ciclismo y el domingo saldó su cuenta pendiente con el Estatal de la disciplina proclamándose campeón

11 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Ricardo Buba, nacido en Alicante en el 2004 pero gondomareño de adopción desde muy niño, tenía una cuenta pendiente en el Nacional de ciclocrós. En su primer año cadete, un problema burocrático le impidió participar; en el segundo, se puso muy nervioso, lo que derivó en un día horrible; y llegado a júnior, en su primera intentona, una avería le relegó a la décimo séptima posición. A la cuarta fue la vencida y el domingo, en Xátiva, sorprendió a todos proclamándose campeón de España júnior de la especialidad, su preferida aunque también haga ruta. Una medalla individual que unir al oro del relevo de Galicia del que formó parte en la primera jornada del campeonato.

Ricky Buba, como le conocen, comenzó de portero en las categorías inferiores del Vilariño, pero a los 11 años sintió la llamada del ciclismo y durante un par de temporadas, compaginó el balón y la bici, hasta que terminó por decantarse por el deporte de las dos ruedas. El desaparecido Monteferro fue su primer club ciclista. «Houbo un momento no que tiven que escoller», recuerda.

Y aunque lo hizo por el ciclismo en toda su extensión, Buba no esconde que su sitio perfecto es el ciclocrós, en el que defiende los colores del Coruxo. «É a miña disciplina favorita e onde tiven os mellores resultados ata agora», precisa. Por eso preparó a conciencia el Estatal del año 2022, tomándose una semana de descanso total después del Campeonato de Europa, renunciando a todo el calendario del mes de diciembre, menos al Campeonato Gallego, y cambiando kilómetros en carretera para acudir a las pruebas por exigentes entrenamientos cinco o seis días a la semana.

Y la apuesta le salió redonda a este ciclista de 180 centímetros de alto y 67 kilos de peso. Porque llegó a Xátiva sin entrar en las quinielas para el triunfo, agazapado en la segunda fila, pero enseñando los dientes desde la primera pedalada. «Eu sabía que tiña opcións de gañar despois da preparación que fixen e na primeira volta conseguín saír ben, estiven sempre no grupo de cabeza e a partir da segunda xa puiden abrir un oco con respecto ao resto», recuerda Ricky, que vio cómo en el inicio de la última vuelta le daba caza el favorito Raúl Mira, pero «ao final puiden sacarlle un par de metros e cheguei á meta», recuerda.

El éxito confirma uno de los aspectos capitales de su filosofía vital: «Se me propoño algo, fago todo o posible para conseguilo. Son moi cabezón en todos os aspectos da vida» y en el ciclocrós tenía entre ceja y ceja desde pequeño ser campeón de España. «Era un soño que tiña dende que empecei na bici de pequeno».

Francia y Estados Unidos

Ahora le quedan dos citas más en el ciclocrós para cerrar el año. El próximo fin de semana competirá en la prueba de la Copa del Mundo en Francia y a finales de mes espera estar en el Mundial de Estados Unidos siempre y cuando le convoque el seleccionador. Sería lo más normal después de proclamarse campeón de España.

Luego, este estudiante de segundo de Bachillerato, que rueda de maravilla y es explosivo encima de la bicicleta, comenzará la temporada de ruta con el Vigo-Rías Baixas, equipo con el que se proclamó campeón gallego de contrarreloj de su categoría la temporada pasada. «Foi un pouco de sorpresa ese día».

Buba cree que su potencial en el asfalto está en los llanos y en los repechos cortos «porque co ciclocrós si que se gaña bastante explosividade». Un no parar que casi no le deja tiempo a saborear los éxito. De hecho, llegó a casa el domingo por la noche pasada las dos de la madrugada y seis horas después, cogía la mochila rumbo a clase.