Un poco más lejos, casi donde Vigo y Mos se yuxtaponen, un enorme camión amarillo ofrece otro producto artesano. Manuel, un portugués que reside en Vigo desde niño, es el encargado del negocio en el que no solo se ocupa de las ventas, ya que él mismo se encarga de fabricar los cestos que vende. «Me enseñó mi padre», cuenta sobre los robustos capachos que elabora a partir de láminas de madera de pino engarzadas que después recubre con tela de saco. «La gente los suele llevar para, por ejemplo, meter patatas o leña», explica. A su lado también muestra botellas recubiertas de mimbre con un asa, labor de la que se ocupa su progenitor. «En el tamaño pequeño se usan sobre todo para aguardiente y también hacemos garrafones grandes, que son para el agua, que se conserva muy fresca», asegura.