Contencioso
La situación derivó en que todos los ciclistas con contrato en vigor quedaran inmediatamente desligados del equipo francés, pero queda pendiente la liquidación para los que, como es el caso del moañés, tenían firmado contrato para la temporada 2022 que mañana comienza de un modo oficial. Fernández Cruz quiere hacer valer sus derechos y reclama el dinero que tiene pendiente, pero será la administración judicial, que se encarga de la liquidación de la sociedad, la que decidirá las cantidades que el moañés perciba siempre que pueda darse ese supuesto. De ahí que, legalmente y hasta mañana, tenga la condición de parado. Y no en la bici, en la que seguro no ha dejado de entrenar un solo día para llegar del mejor modo a su nuevo equipo.
Para el moañés, el Tavira será su quinto equipo en una carrera profesional que comenzó en el Xacobeo, para seguir después en el Onda, lo que significó su salto al ciclismo luso, echando raíces después en el Quinta da Lixa antes de marcharse a Francia.