El gran apagón navideño en Vigo

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

La Voz

En 1996, la ciudad sufrió durante varios días cortes en el suministro eléctrico que afectaron a cientos de establecimientos y muchas familias se quedaron también a oscuras en plena cena de Nochebuena

28 dic 2021 . Actualizado a las 18:20 h.

Desde el sábado 21 al lunes 30 de diciembre de 1996 miles de vigueses sufrieron las consecuencias de sucesivos cortes de suministro eléctrico que causaron grandes pérdidas económicas y también anímicas, ya que uno de aquellos apagones se produjo durante la cena de Nochebuena. Las averías sufridas por Unión Fenosa, entonces único suministrador de electricidad en la ciudad, no fueron suficientes para provocar las quejas del alcalde Manuel Pérez. «No caben multas ni medidas contra Fenosa. Simplemente, se trata de una cuestión de mala suerte. Es como si se pincha la rueda de un coche y echas la culpa al alcalde», decía en La Voz el regidor del PP.

Los ciudadanos no opinaban lo mismo. «Los del sábado y el domingo se produjeron en hora punta, lo que provocó importantes pérdidas. Pedimos explicaciones a Fenosa, pero se nos dijo que lo pusiéramos por escrito», afirmaba el encargado de la desaparecida cafetería Lorena. Desde otro establecimiento hostelero de la calle del Príncipe se añadía: «Se estropeó el motor del frigorífico. El negocio fue redondo porque en la tarde del domingo solo abrimos de 4 a 9 y estuvimos sin luz de 5 a 8».

Un periodista de La Voz se puso en contacto con la empresa suministradora para conocer más sobre aquel incidente. «Las averías no entienden de fechas ni de horas; se producen en cualquier momento y, casi siempre, son imprevisibles», señaló José Manuel Siso, ingeniero de Fenosa.

Pero si los hosteleros del centro de la ciudad se quejaban, también lo hicieron muchos vecinos de Cabral, Candeán y Lavadores. En estas parroquias, el apagón atacó en Nochebuena. Comenzó a las 19.48 horas, momento en el que las cocinas echaban humo con los preparativos de la cena familiar. En algunas casas, la electricidad no regresó hasta las once de la noche por lo que las velas aportaron un romanticismo inopinado a las reuniones. Por aquello de las curiosidades de la vida, el lugar donde se produjo la avería había sido revisado dos días antes.

La Federación de Comerciantes envió un escrito a la Consellería de Industria relatando los perjuicios ocasionados en sus locales el domingo 22 de diciembre. Fueron 120 establecimientos afectados y la pretensión de los hosteleros y comerciantes era reclamar a Fenosa cien millones de pesetas por las pérdidas estimadas. «Cuando un abonado deja de pagar el recibo, Fenosa corta inmediatamente la luz. Se trata de devolver la pelota y que ellos se hagan cargo de los problemas que ocasiona un corte de luz», afirmaba Antonio Reguera, presidente de la Federación de Comerciantes de la Provincia de Pontevedra.

Hasta final de año continuaron los cortes de luz en distintas zonas de Vigo. Desde Fragoso a Coia, los fallos se sucedieron aquellos días sin que desde Unión Fenosa no saliera otra explicación que un «son cosas que pasan y que pasarán porque una ciudad tan grande es muy compleja». Incluso, desde la empresa se acusó a la prensa de causar una alarma innecesaria en la población: «Si no fuera por el alarmismo de los apagones de Navidades, el público tomaría estos percances como normales, porque se producen siempre y se arreglan inmediatamente», decía a La Voz de Galicia el responsable de solucionar las averías de Fenosa.

Desde esta misma empresa se comentaba que el gran despliegue efectuado por los comerciantes y el Concello de Vigo para potenciar el alumbrado navideño no había influido en los numerosos cortes que se sucedieron aquellos días de finales del año 1996. Si ese fuese el motivo, en la actualidad no había suministro eléctrico en Vigo desde finales de noviembre.

De 200.000 bombillas, a los once millones de lámparas led

La Navidad de 1996 marcó un récord en la iluminación pública de Vigo. Aquel año, el gobierno presidido por Manuel Pérez decidió dar lustre lumínico a la población con la instalación de 200.000 bombillas y 900 arcos lumínicos en diversas calles de la ciudad. Curiosamente, no todo el dinero necesario, ni mucho menos, salió de las arcas públicas. La Voz de Galicia señalaba el 27 de diciembre de 1996 que para acometer el gasto de la iluminación navideña se invirtieron 17,7 millones de pesetas (106.000 euros). De ellos, 15 millones de pesetas salieron de la Asociación de Comerciantes de Vigo y el dinero restante, del presupuesto municipal. Se calculaba entonces que el gasto en el recibo de la luz ascendería a unos ocho millones de pesetas. En aquella época, la iluminación navideña se encendía el 5 de diciembre, justo antes del puente de la Constitución, y permanecía encendida hasta el 6 de enero, todos los días entre las 18.00 horas y la una de la madrugada.

Sin embargo, en la actualidad, como es sobradamente conocido, Vigo luce, y sus gobernantes se enorgullecen de ello, once millones de lámparas led repartidas por 350 calles de la ciudad. La factura, sin contar con el gasto eléctrico, pasa del millón de euros, aunque también hay que recordar que las atracciones lumínicas actuales no tienen nada que ver con las que lucía la ciudad hace veinticinco años. Además, ahora se mantienen encendidas durante dos meses, aproximadamente.