Portugal dice que solo hace falta el pasaporte covid para cruzar la frontera

Monica Torres
Mónica Torres VALENÇA

VIGO

M.MORALEJO

Fuentes del Ministerio de Administración Interna han confirmado a La Voz que «no es necesario ningún otro test» para quienes tengan completa la pauta de vacunación y aporten el certificado digital

01 dic 2021 . Actualizado a las 13:45 h.

Todos los españoles, con independencia del punto de paso por el que accedan, por vía terrestre a Portugal, podrán entrar en el país vecino con el pasaporte covid de la Unión Europea. «Quienes dispongan de este certificado no precisan ningún otro test ni PCR. Solo han de poder demostrar que tienen este certificado digital», ha confirmado a La Voz Manuel Freire, asesor del Ministerio de Administración Interna de Portugal a última hora de este martes en el que la nueva normativa lusa mantiene en jaque a toda la raia por el cruce de informaciones.

Con esta aclaración, Portugal confirma la vía libre tanto para trabajadores transfronterizos como para cualquier otro ciudadano que cruce la frontera por vía terrestre desde la Península.

«A nosa forma de ver a situación é que España, nos últimos catorce días, tiña menos de 200 casos por cada 100.000 habitantes. Polo tanto, está e laranxa, así que os españois poden entrar sempre que aporten o pasaporte covid da Unión Europea», concretó Manuel Freire a La Voz.

Este funcionario del Ministerio de Administración Interna de Portugal recordó que la normativa se revisa semanalmente, por lo que puede haber cambios a partir del próximo lunes. Sin embargo, su aclaración arroja luz a una jornada llena de incertidumbre ante un decreto que ha entrado en vigor este miércoles 1 de diciembre, jornada en la que Portugal ha vuelto al estado de calamidad

El decreto publicado el lunes desató un gran malestar porque se advertía de la necesidad de disponer de test de antígenos o de PCR para poder entrar por la frontera terrestre y esa medida ponía sobre las cuerdas a los más de 14.000 trabajadores transfronterizos, pero el despacho que a primera hora del martes publicaban los ministerios lusos con competencias en movilidad fronteriza provocó una cadena de interpretaciones y comunicaciones de distintos organismos oficiales de ambos países que volvió incomprensible la normativa. 

Portugal no habla de rectificación en ningún caso, pero lo cierto es que la ambigüedad de las comunicaciones han provocado una gran desinformación y, tanto trabajadores transfronterizos, como gallegos que tenían planificado pasar el puente de la Constitución en Portugal, han pasado una jornada de absoluta inseguridad.

Quienes no dispongan del certificado covid de vacunación, han de presentar un test de antígenos realizado en las 48 horas anteriores a que se le requiera, o una PCR, que tendrá una validez de 72 horas. Es la misma documentación que han de presentar los ciudadanos procedentes de países clasificado de riesgo elevado (rojo o rojo oscuro en la clasificación que se actualiza semanalmente).

Las dicrepancias sobre el decreto y el despacho que el Diario de la República publicó el lunes y el martes y que suscitaron la controversia, se centraron precisamente en el semáforo de colores que semanalmente publica el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (EDCD), de la Unión Europea. El decreto especifica que los test son obligatorios para quienes procedan de países en rojo, como Portugal pero, mientras para unas administraciones España, también estaba en el mismo nivel, Lisboa aplica su normativa en función de los casos acumulados por cada 100.000 habitantes, lo que le permite rebajar el riesgo hasta el naranja.

 El Consulado de España en Lisboa publicó en tuit una notificación del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, que establecía distintos requisitos en función de la Comunidad Autónoma desde la que se cruzara la frontera. «El MNE confirma que, para el cruce de frontera terrestre, la exigencia de test para quien provenga de España solo es aplicable a las Comunidades Autónomas que están en nivel rojo o rojo oscuro», decía y añadía un enlace al mismo mapa en el que se interpretaba a España en rojo y no en naranja, con la salvedad de Asturias, Cantabria y Extremadura, que sí aparecen en ámbar. 

La Guarda Nacional Republicana (GNR) y el Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF) «realizarán operaciones de fiscalización aleatorias en los puntos de paso de la frontera», indica el decreto. El plan de fiscalización, especifica, «ha de atender al flujo de tráfico en cada punto de paso, de forma que garantice la cobertura de las medidas especiales en materia de testado, con prioridad para la fiscalización de los vehículos oriundos de terceros países, que no integren la Unión Europea ni el Espacio Schengen, así como de los países que se encuentren en los niveles de riesgo rojo o rojo oscuro en la clasificación del ECDC».

En Portugal se suspende, debido al estado de calamidad, la actividad de las discotecas desde el día 2 hasta el 9 de diciembre y la mascarilla es obligatoria en todos los sitios cerrados. Es también necesario el pasaporte covid para acceder a restaurantes, hoteles y alojamientos si bien, también en las últimas horas, se ha suprimido su obligatoriedad en los bares del país luso. 

El enfado por la incertidumbre suscitada durante estos dos días ha sido mayúscula. A pocas horas de que entre en vigor el estado de calamidad en Portugal y, por lo tanto, las nuevas normas sanitarias, siguen llegando informaciones difusas y que se contradicen. La Agrupación Europea de Cooperación Transfronteriza (AECT) Río Miño ha advertido sobre el «efecto espantada»  que está generando entre visitantes las medidas restrictivas adoptadas en Portugal contra la nueva ola de contagios de la pandemia de covid-19. «Hay una confusión sobre la obligatoriedad de presentar un test PCR o un prueba de antígenos negativa para poder entrar en Portugal tanto por vía terrestre como aérea y marítima, además del certificado de vacunación» critica el vicedirector de AECT, Uxío Benítez,

Los «vaivenes» del Ejecutivo luso, según el representante de este organismo que agrupa municipios de Pontevedra y el norte de Portugal, está repercutiendo en la economía de la zona fronteriza, sobre todo en el comercio y la hostelería.

«No tenemos dudas de que la decisión de Portugal repercutirá para mal económicamente en nuestro territorio», ha señalado el dirigente, que considera que medidas «simbólicas» como la presentación de estos test «no son la solución para la mejoría de la situación de la pandemia».

Aunque Portugal ha suavizado las medidas anunciadas inicialmente, AECT lamenta que se mantiene la «ambigüedad» y la «inseguridad», especialmente para los trabajadores transfronterizos por lo que pide aclaraciones.

Benítez subraya que muchos gallegos habían planeado visitar Portugal el próximo largo fin de semana festivo, «pero probablemente están reconsiderando su decisión».