La reforma del paseo que durará más de un año ya ha causado despidos
25 nov 2021 . Actualizado a las 23:17 h.Acorralados. Así están varios negocios de Bouzas que se han visto cercados, de repente, por las obras de reforma del paseo marítimo desde la iglesia al puente que conduce al relleno. Los empresarios reclaman más espacio para las terrazas y una salida al mar de la que dependen directamente algunas empresas vinculadas al ocio y al deporte náutico.
El dueño del restaurante La Tula, Javier Salgado, que recibe estos días turistas ansiosos de conocer la ciudad, como un grupo venido de Canarias, señala». «He tenido que desprenderme de dos camareros y un ayudante de cocina porque me han quitado la terraza y solo me han dejado sitio para cuatro mesas y he tenido que prescindir de doce mesas exteriores más». Salgado, como otros hosteleros, se estaba empezando a recuperar del varapalo de las restricciones de la pandemia cuando ha comenzado a sufrir otra limitación de aforo, pero por motivo de las obras que rodean su negocio y que van para largo, al menos 11 meses «pero el responsable nos ha dicho que serán 15».
A otros empresarios, como Paulino Cameselle, la cerca que rodea su empresa de submarinismo, Cíes Sub, supone un serio peligro para varios empleos . «Los equipos de buceo pesan mucho, unos 40 kilos los normales y pueden llegar a 80 kilos los profesionales, si se incluyen las cámaras de filmación subacuática y las bombonas de repuesto», explica Antes podían descargar le material por la parte de atrás, pero al hacer peatonal el casco antiguo de Bouzas esa posibilidad desapareció, por ello venían por la puerta que da al paseo, pero ahora ni siquiera pueden hacerlo. Así que pide al menos una salida directa a la ría. «Somos una empresa que da a conocer a Vigo en el mundo. Vienen desde China hasta a Portugal para bucear y conocer el parque nacional subacuático. Todos los años desplazamos hasta las Cíes a 4.500 buceadores que vienen a hacer turismo aquí o realizar cursos».
El presidente de la Asociación de Vecinos de Bouzas, y dueño de otro bar, Jose Antonio Vidal, está en cambio contento con el proyecto para reformar el paseo marítimo y considera que ya era hora de empezar. En su caso, aunque también han cerrado la valla alrededor dispone de más espacio para mesas en el exterior que otros hosteleros.