Stellantis Vigo suspende el turno de esta noche por falta de componentes

La Voz VIGO

VIGO

M.MORALEJO

Los afectados son los trabajadores del sistema que monta las furgonetas y monovolúmenes

08 oct 2021 . Actualizado a las 20:58 h.

Nueva parada en Stellantis Vigo. La planta del grupo de automoción (antes PSA Peugeot Citroën) suspenderá el turno de noche de este viernes debido a los problemas de aprovisionamiento. La dirección ya le ha comunicado a la plantilla, según recoge Europa Press, que los trabajadores del turno 2, que monta las furgonetas y monovolúmenes, no trabajará esta noche. La crisis de los semiconductores o microchips vuelve a estar tras esta medida. 

La situación se arrastra ya desde hace meses, en los que las paradas intermitentes han mantenido en vilo la producción de esta y otras muchas fábricas gallegas. La última suspensión se produjo hace una semana, cuando afectó a todos los turnos de los dos sistemas de producción. 

La crisis de los microchips ha llevado a la fábrica a suspender temporalmente el turno de fin de semana en la línea de montaje 2, así como a la aplicación de un ERTE que estará en vigor hasta final de este año.

Las sucesivas paradas de producción de las fábricas de todo el mundo -y con más énfasis en Europa-, provocadas por la crisis de desabastecimiento de componentes electrónicos se saldan, en lo que va de año, con la pérdida de 8,21 millones los vehículos (contando turismos, camiones, autobuses y motocicletas) que se han dejado de ensamblar, según la consultora global AutoForecast Solutions. En España, segundo productor de Europa y octavo del mundo, la fabricación de vehículos registró en el primer semestre un retroceso del 21,6 % en comparación con el mismo período del 2019; es decir, 300.000 coches menos, situándose en 1,2 millones de unidades. De dicha cantidad, según cálculos del sector, más de 150.000 unidades no se han podido ensamblar por la falta de piezas, de los que 70.000 tendrían que haber salido de la fábrica gallega de Stellantis Vigo.

Con el mercado tan tensionado a nivel mundial, los concesionarios se encuentran en una situación límite, ya que, a la caída del mercado provocada por la incertidumbre económica y las dudas sobre que tipo de vehículo comprar -ya que pese a las ayudas, el gran consumo sigue siendo reticente al eléctrico-, se suma el desabastecimiento de los expositores y las largas esperas, superiores ya a los seis meses, para la entrega de un nuevo modelo.

Anfac, la patronal de los fabricantes, ya ha avanzado que el último trimestre seguirán las paradas de producción. ¿Cómo afrontan esta situación los concesionarios, ya prácticamente sin stock que mostrar y ofrecer a sus clientes? «Depende mucho de la programación de cada concesión, de sus cupos de producción y de lo que haya vendido, pero la tendencia es ir a peor en disponibilidad de stock. Noviembre y diciembre serán meses difíciles», afirman fuentes de la red comercial gallega.

Esta falta de existencias también lleva a los compradores a poner en su punto de mira el mercado de ocasión y la alternativa arroja ya unas cifras nunca antes vistas. Solo en Galicia, entre enero y agosto se vendieron 76.000 coches de segunda mano. Es un 16 % más que en el mismo período del 2020, pero un 457 % más que el número de vehículos nuevos matriculados entre enero y agosto de este año, que suma 16.668 unidades.

Faconauto, la patronal española de concesionarios, dice que la crisis de microprocesadores viene a agravar una situación inicialmente muy complicada para las redes de venta de coches ya originada por la pandemia. «Un automóvil incorpora hasta 14.000 semiconductores, por lo que esta coyuntura está provocando dos situaciones: que los consumidores pospongan la compra para cuando haya más certidumbre, o que se decanten por un vehículo de ocasión», afirma Gerardo Pérez, presidente de Faconauto.

El presidente de la patronal de la distribución (Ganvam), Raúl Palacios, incide en la misma idea al afirmar que la crisis global de componentes electrónicos está lastrando el ritmo de fabricación de los vehículos y provocando un efecto en cadena: el concesionario no tiene stock para atender la demanda y el comprador sufre, por tanto, retrasos de más de cuatro meses en la entrega del vehículo nuevo. Esta demora en la entrega del vehículo nuevo desplaza la demanda al mercado de ocasión».