Una mirada a la Galicia de los años 70

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

La fotógrafa Anna Turbau expone «A intimidade da imaxe» en la Casa das Artes de Vigo

22 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La fotoperiodista catalana Anna Turbau llegó a Galicia en 1975 para fotografiar las casas construidas por César Portela en Poio para una comunidad de gitanos. Se quedó y el resultado son más de 9.000 imágenes tomadas hasta 1979. Parte de ese conjunto se puede ver en la Casa das Artes bajo el título A intimidade da imaxe, en una iniciativa del Consello da Cultura Galega.

Este proyecto reúne un centenar de imágenes de conflictos sociales, políticos y humanos que documentó la fotógrafa catalana a finales de los años setenta en Galicia. El discurso expositivo gira alrededor de nueve bloques temáticos titulados: El rostro que te mira, Luz en el otro lado, La atmósfera y el signo, El vestigio y la huida, El vistazo que daña, La imagen que libera, La fiesta como síntoma, Fuera de campo y Paisaje interior.

«Realmente, Galicia no se conocía, ese era el encanto que descubrí. Venía de Barcelona y llegué aquí y me encontré con el tema de los movimientos populares. En Barcelona hacía prensa, pero aquí era más fácil ir con unas historias superpotentes», explicaba a La Voz de Galicia Anna Turbau cuando la exposición partió de Compostela.

Al poco de llegar a Galicia, la fotógrafa decidió instalarse en Santiago y, como colaboradora independiente de la revista Interviú y Primera Plana, se encontró con una realidad marcada por movimientos populares que levantaban la voz contra distintas situaciones que consideraban injustas. Eran los tiempos de las protestas contra la construcción de la autopista, que generó un gran conflicto social. Esa realidad llevó a Turbau a fijar su residencia en Galicia hasta que comenzó a tener problemas con la policía para hacer su trabajo. Durante su estancia en Galicia, Turbau hizo cerca de diez mil fotografías, un archivo que cedió al Consello da Cultura Galega y que encaja con el mandato institucional de preservar el patrimonio cultural gallego. De esa cesión sale esta exposición y una publicación homónima que verá la luz el próximo mes de noviembre. El libro está editado por Natalia Poncela y exhibirá alrededor de unas 500 imágenes.

«Llegué buscándome a mí misma. No entendía las cosas a nivel político y sigo sin entenderlas, pero lo que queda muy claro es que buscaba mi relación con el mundo y al final lo encontré. Mis fotos son tan políticas que sobrepasan ese margen y se convierten en fotos emblemáticas de determinadas situaciones con las personas como protagonistas» añadía la fotógrafa en la mencionada entrevista.

La muestra que se puede ver en Vigo permite reconocer una doble visión. Por un lado, una Galicia rural de gran riqueza visual y compositiva que emerge a través del vistazo de esta fotógrafa que investigó con su cámara la realidad rural, las fiestas y romerías, el trabajo de las mariscadores o el universo de las curanderas. Y por otro, dio visibilidad a una serie de problemas y reivindicaciones populares, desde las movilizaciones contra las obras de la autopista del Atlántico, las manifestaciones sobre la situación de las empresas navales, los debates sobre la autonomía y las voluntades nacionalistas, que le ocasionaron, en más de una ocasión, problemas con la policía.

«Trabajaba para Interviu, que entonces sacaba todos los conflictos que había, y eso me abría una puerta. Después, era la sinceridad. Por ejemplo, iba con gente de la coordinadora en las obras de la autopista o para el conflicto de Ascón iba con un piquete. Siempre encontré mucho respeto y mucha protección, la coordinadora de la autopista me salvó un par de veces de que quedara detenida. Era gente muy mayor con una sabiduría increíble», recordaba la fotógrafa cuando se inauguró la exposición en Santiago.

Anna Turbau regresó a Barcelona tras aquellos años en Galicia. En la capital catalana comenzó a trabajar en la revista Actual y en 1984 en la realización televisiva, campo en el que se especializó en programación educativa y cultural. Fue profesora de fotoperiodismo en la Escuela Internacional de Fotografía Grisart de Barcelona.

En la actualidad vive entre Calatañazor y Barcelona, y continúa trabajando en series fotográficas, como Mujer y silencio (2009) y en su última obra: la documentación fotográfica de la exhumación de los fusilados de guerra en Calatañazor (2017). Se puede visitar hasta el 7 de noviembre.